Autor/autores:
The Lancet Psychiatry
"Es bien sabido que un gran grupo de pacientes no encaja francamente ni en el grupo psicótico ni en el psiconeurótico, y que este grupo de pacientes en la línea fronteriza es extremadamente difícil de manejar de manera efectiva con cualquier método psicoterapéutico". La acuñación del psiquiatra Adolph Stern en 1938 La frase "línea fron...
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"Es bien sabido que un gran grupo de pacientes no encaja francamente ni en el grupo psicótico ni en el psiconeurótico, y que este grupo de pacientes en la línea fronteriza es extremadamente difícil de manejar de manera efectiva con cualquier método psicoterapéutico". La acuñación del psiquiatra Adolph Stern en 1938 La frase "línea fronteriza" ha tenido una gran influencia en 80 años de investigación y práctica posteriores, y no simplemente en términos del contenido descriptivo de su artículo. Las suposiciones subyacentes continúan en el diagnóstico actual del trastorno límite de la personalidad: que los individuos deben ser incluidos en una categoría, y están ahí para que los psiquiatras los manejen, en lugar de apoyarlos.
El trastorno límite de la personalidad no es tanto un diagnóstico como un estado liminal. Los individuos a quienes se aplica la etiqueta existen entre enfermedad mental y salud mental, entre experimentar una enfermedad aguda y una condición crónica, y entre ser altamente visibles para los médicos, pero invisibles para los principales proyectos epidemiológicos como la Carga Global de la Enfermedad. Los criterios diagnósticos para el trastorno de personalidad se encuentran entre las descripciones objetivas esperadas de los manuales médicos y los juicios de valor basados en la opinión recibida. El DSM-5, por ejemplo, incluye criterios diagnósticos de ira inadecuada e intensa. Es difícil conceptualizar la ira que no es intensa en la naturaleza; y como la artista, escritora y capacitadora en salud mental, Rachel Rowan Olive pregunta: “¿Quién decide cuándo es apropiada la ira?” En los últimos años se han visto eventos como las revelaciones sobre el abuso infantil en la Iglesia Católica y el movimiento global #MeToo, que Han brindado a los sobrevivientes de explotación e injusticia plataformas con las cuales compartir sus historias y experiencias. Su ira tal vez hubiera sido considerada inapropiada e intensa hace apenas una década, por las sociedades en negación acerca de la existencia y el alcance de sus problemas. A pesar de estos avances, todavía es posible que las personas con un historial de abuso sufran dos veces: primero por el abuso en sí mismo y, en segundo lugar, por la patología de su respuesta emocional resultante. Por implicación, el término trastorno de personalidad limítrofe coloca la disfunción dentro del individuo en lugar de dentro de sus entornos sociales y su cultura más amplia.
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