Resumen

La conducta de ejercicio y el sueño son dos importantes indicadores de salud que demuestran una disminución significativa con la edad, y permanecen modificables bien entrada la edad adulta. La presente investigación examinó tanto  las relaciones crónicas como aguadas entre la conducta del ejercicio y el sueño auto-reportado de los adultos mayores a través de un análisis secundario de un ensayo clínico de una intervención de estilo de vida.

Setenta y nueve adultos residentes en la comunidad inicialmente sedentarios (edad media = 63,58 años, SD = 8,66 años) completaron evaluaciones en el hogar de conducta del ejercicio y sueño usando la metodología de registro diario. Las evaluaciones fueron recolectadas semanalmente y continuaron durante 18 semanas consecutivas. Los modelos multinivel revelaron una pequeña asociación crónica positiva (nivel medio entre-persona) entre el ejercicio y el tiempo de despertar después del inicio del sueño, y una pequeña asociación aguda positiva (dentro de la persona, día a día) entre el ejercicio y la tasación de calidad del sueño general. El ejercicio dentro de la persona y la relación de tasación de la calidad del sueño general resultó ser recíproca (es decir, la calidad del sueño también predijo la conducta del ejercicio posterior).

Como tal, parece que el ejercicio y el sueño se relacionan dinámicamente en los adultos mayores. En los esfuerzos para intervenir en el sueño o hacer ejercicio en la tercera edad sería prudente tomar en cuenta la presencia del otro. La exposición a la luz, la regulación de la temperatura y el estado de ánimo pueden ser posibles mecanismos de acción a través de los cuales el ejercicio puede afectar el sueño en los adultos mayores.

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