Las pruebas de detección, las intervenciones y las referencias pueden ayudar a los adolescentes a superar el abuso de sustancias a corto plazo, según un estudio de la División de Investigación de Kaiser Permanente en California (EEUU).
La investigación, publicada en 'Pediatrics', sugiere que los beneficios pueden durar muchos años y pueden incluir reducciones sostenidas en las condiciones de salud mental.
Los investigadores del estudio, dirigidos por Stacy Sterling, encontraron que los adolescentes con acceso a SBIRT (abreviatura de 'detección, intervención breve y remisión al tratamiento') tenían menos probabilidades de padecer enfermedades mentales o crónicas después de un año.
El abuso de sustancias "está estrechamente asociado con las tres causas principales de mortalidad y morbilidad entre adolescentes: lesiones, suicidio y homicidio", han explicado los autores de la investigación. Además, continúan, el uso de sustancias en los adolescentes a menudo va de la mano con otras afecciones médicas y de salud mental y pueden llevar a un mayor uso de los servicios de atención médica.
En este estudio encontraron que aquellos adolescentes con acceso a los servicios de SBIRT tuvieron menos visitas de psiquiatría durante 1 y 3 años, y menos visitas ambulatorias totales en 3 años, lo que redujo costes y utilización de la atención médica.
Este hecho, asegura Sterling, "sugiere que proporcionar acceso a SBIRT puede plantar una semilla para los pacientes y sus equipos de atención, creando conciencia sobre el abuso de sustancias y ayudando a los niños a evitar problemas futuros".
El estudio utilizó datos de registros de salud electrónicos para examinar la cantidad de atención médica que se utilizó entre los adolescentes con acceso a los servicios de SBIRT. Comparó la atención habitual con otros dos métodos de administración de SBIRT en atención primaria pediátrica (brindada por un pediatra o por un médico del comportamiento integrado).
LOS ADOLESCENTES CON ACCESO A SBIRT TIENEN MENOS PROBLEMAS DE SALUD MENTAL
La investigación se realizó en 1.871 adolescentes de entre 12 y 18 aoños. "Encontramos que los adolescentes con acceso a los servicios de SBIRT, independientemente de si fue a través de su pediatra o de un médico de comportamiento integrado, tenían menos probabilidades de tener problemas de salud mental o de salud crónica después de un año", asegura Sterling.
Por este motivo, los autores sugieren que las clínicas pediátricas de atención primaria y medicina para adolescentes deberían considerar la implementación de SBIRT, ya sea a través de la captación de pediatras o la incorporación de clínicos capacitados en SBIRT (o ambos) en el equipo de atención.
"Necesitamos aumentar los recursos y centrarnos en el papel de la salud conductual en la salud general y el bienestar de los niños y adolescentes a nuestro cuidado", ha concluido Sterling.