Los jóvenes españoles son poco tolerantes y muy pragmáticos.

Los jóvenes españoles tienden a la uniformización, son pragmáticos, poco tolerantes y en la teoría admiten la igualdad de géneros pero en la práctica no, según un primer análisis de los datos extraídos de seis estudios realizados desde el 2001 por el INJUVE (Instituto de la Juventud), FAD y Caja Madrid.

De acuerdo con este primer análisis de los estudios de la Colección sobre Jóvenes, la juventud ve a los adultos con indiferencia (imágenes muy distantes), poca tolerancia (piensan que son distintos) y con resignación ("al final seremos como ellos").

Por su parte los adultos ven a los jóvenes con una mezcla de incomprensión, indiferencia y reproche y también con un componente de culpa ("los hemos hecho así").

Al explicar ayer los datos, el director técnico de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción), Eusebio Mejías, destacó el hecho de que el colectivo juvenil, globalmente, asume los estereotipos, los pone como condición para la integración, los entiende como lo "normal" y vive un proceso de homogeneización, de tal forma que los elementos diferenciales se catalogan como "rarezas".

Así las "rarezas" no merecen tolerancia porque suponen una ruptura de sus reglas del juego, mientras que lo "normal" es sencillamente lo esperado al margen de consideraciones éticas.

Para Mejías, lo más significativo es la importancia que los jóvenes dan al concepto de ser "normal", un normalidad que además se plantea como condición para la identificación e integración y que se vive casi como una exigencia.

En este proceso de "identidad homogénea" se ve como raro al que tiene simplemente gustos diferentes y la visión de estas rarezas es además simplista y estereotipada. La mayoría de los jóvenes admiten la igualdad entre sexos como una realidad, pero en la práctica asumen todos los estereotipos y existe una música para chicas y otra para chicos, publicaciones de ocio diferentes y cada sexo consume lo que se supone que debe consumir según el estereotipo.

Por otro lado, y en relación al tema de los estereotipos, el análisis realizado sostiene que la sociedad adulta proyecta una serie de estereotipos, sobre lo que espera que los jóvenes sean, fundados en expectativas primarias y simplificadas, y los jóvenes los asumen confirmándolos, mientras que los medios de comunicación los recogen, los refuerzan y los institucionalizan.