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Relacionan seis variantes genéticas con la adicción al juego



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Noticia | 13/07/2022

Los factores que inciden en el desarrollo de una adicción al juego son múltiples y variados. Intervienen factores como los psicológicos, sociales y biológicos y ahora también se sabe más sobre las variantes genéticas implicadas. Un estudio publicado en la revista Scientific Reports y que ha sido liderado por el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el Hospital Universitario de Bellvitge (HUB), en Barcelona, ha confirmado que seis variantes de las neurotrofinas están relacionadas con la vulnerabilidad a sufrir adicción al juego.


Las neurotrofinas son un grupo de proteínas que inducen la supervivencia, crecimiento y correcto funcionamiento de las células nerviosas de nuestro sistema nervioso. Están implicadas en procesos tan importantes como el aprendizaje o la memoria. Pero diversas investigaciones apuntaban al papel de los genes que regulan estas proteínas en la adicción al juego de apuesta y su implicación en otros trastornos psiquiátricos como las adicciones a substancias.


Todos estos trabajos hicieron que Susana Jiménez, coordinadora de la Unidad de Juego Patológico del HUB, se planteara explorar la relación de los factores genéticos con el desarrollo de la adicción al juego. Para hacerlo se planteó un estudio en el que se exploraron los datos genéticos de más de 300 personas, tanto adictos al juego como un grupo control. “Pudimos observar que en el grupo de los adictos existían seis cambios que eran más presentes en las neurotrofinas que en el grupo control. Esto nos lleva a deducir que existe una asociación entre ellas y la vulnerabilidad a la adicción al juego, aunque harían falta más estudios para poder saber si existe también una causalidad”.



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Las seis variantes que descubrió Jiménez estaban situadas en concreto en tres neurotrofinas y una de ellas, la PDMS, había sido también asociada en otros estudios con otros trastornos como los alimenticios y la adicción a las sustancias, relacionados todos ellos con los denominados trastornos impulsivo-compulsivos. “En las adicciones a sustancias hay mucha literatura que las relaciona con biomarcadores, pero en las adicciones comportamentales, como la del juego, esto no se ha explorado tanto y con este trabajo queremos abrir esta vía”, explica Jiménez, quien añade como también se está estudiando la implicación de los factores hormonales en el trastorno del juego.


¿Existe un fenotipo de personas más vulnerables a las adicciones?


El hecho de que las neurotrofinas, que ya habían sido descritas en otro tipo de trastornos, ahora se observe cómo están relacionadas también con la adicción al juego, plantea la hipótesis de que pueden existir fenotipos que justifiquen una mayor vulnerabilidad a las adicciones. “Cuando comparamos los datos de las adicciones comportamentales, como puede ser el juego pero también otras como las compras, los videojuegos o el sexo, sí que es cierto que observamos algunos rasgos comunes y compartidos, como la baja tolerancia a la frustración o la poca capacidad de autoorganización. Sin embargo, también existen rasgos diferenciales”, concreta Jiménez.


Así, por ejemplo, en la adicción a los videojuegos hay más problemas de introversión y existe una dimensión social que no se ven en otros trastornos; y en la adicción a las compras, existe un mayor nivel de compulsividad. “Esto no quiere decir que no estemos trabajando en intentar identificar fenotipos comunes e incluso hemos observado que dentro de un mismo trastorno es posible identificar grupos definidos en función a variables concretas”, añade la experta.


Vías de futuro en la investigación


Las adicciones al juego van en aumento y en Europa está despertándose un interés cada vez mayor en estudiarlas, así como otras adicciones comportamentales. Se calcula que entre el 0,02 y el 2% de los adultos van a sufrir adicción al juego en algún momento de su vida. Comprender y entender factores como la genética puede ayudar en su tratamiento.


Así, por ejemplo, se está investigando si las seis variantes ahora descritas de las neurotrofinas están relacionadas de alguna manera con una mayor severidad del trastorno o si pueden explicar el por qué hay algunos pacientes que no mejoran con los tratamientos, a pesar de que en la mayoría estos son muy eficaces.


“También hemos de dejar claro que en nuestro estudio hemos puesto el foco en las neurotrofinas, pero es posible que existan otros genes que también puedan estar implicados en el desarrollo de estas adicciones. Y en todo caso, que estén presentes las variantes no significa que necesariamente se vaya a desarrollar la adicción, pero sí que parece haber un mayor riesgo”.


Jiménez reconoce que ahora mismo está muy lejos poder desarrollar moléculas o terapias génicas que tengan estas variantes como diana para el tratamiento de las adicciones, pero su papel en el desarrollo puede ayudar a definir acciones de tratamiento más específico y, de esta forma, a que el paciente esté mejor tratado.


“También nos ayudan a entender que estas adicciones no son algo voluntario, sino que hay unos condicionantes biológicos que hacen a estas personas más vulnerables. Hay que quitar el estigma que se asocia con todos los trastornos comportamentales porque cualquiera lo puede desarrollar”, dice Jiménez.


Añade que “aún hoy en día hay discusión sobre si las adicciones comportamentales deben clasificarse como trastornos del control de impulsos, o bien, como adicciones propiamente dichas. Las adicciones engloban alteraciones de procesos psicológicos muy variados, por eso hay que seguir investigando para conocer bien su origen y poder aplicar medidas de prevención".

Fuente: Diario Médico
Palabras clave: genética, juego, adicción

Comentarios de los usuarios


Estimad@s investigador@s estamos dentro de una pandemia de estudios infinitos que nos ayude a entender los comportamientos humanos diferentes, como respuestas diferentes de nuestra naturaleza humana sometidas a otra pandemia de estimulos estresores sociales, que afectaran inicialmente a los mas vulnerables o predispuestos. Deberiamos empezar los cambios por evitar, reducir o disminuir los estresores sociales y ambientales, pero como cientificos sabemos que eso es imposible, por lo tanto continuamos parcheando o intentando tratar los sintomas del desajuste, llamadas enfermedades o trastornos del neurodesarrollo en lo comportamental, pero este desajuste también cristaliza en numerosas enfermedades fisicas crónicas (obesidad, alergias respiratorias, digestivas, autoinmunes, diabetes, etc), de ahi la cada vez mayor comorbilidad y asociaciones entre ellas. Estoy convencido que con el tiempo se iran encontrando y entendiendo todas las asociaciones genéticas que están en la base de estos comportamientos o respuestas desajustadas, que se inician con frecuencia en la infancia y continuan en la adolescencia y se mantienen en la adultez. En mi opinión no son genes enfermos sino solo mas vulnerables a los estresores socio-ambientales, de cuya interacción cristalizaran en múltiples caras, proceso que denomino de vulnero-variabilidad. Saludos alegres y muy calurosos desde Sevilla

Jose Luis Frias Pulido
Médico - España
Fecha: 14/07/2022



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