Un estudio publicado en JAMA Internal Medicine advierte sobre las consecuencias del uso prolongado de benzodiacepinas como lorazepam (Orfidal) o diazepam (Valium) por parte de la población mayor, a la que se le suele prescribir con frecuencia.
Se hizo un seguimiento de 576 pacientes ancianos (la mediana de edad fue de 78,4 años) a los que un profesional médico diferente al psiquiatra le prescribió uno de estos medicamentos entre 2008 y 2016.
Las guías clínicas recomiendan siempre tratamientos a corto plazo
Un año después de la receta, un 26,4 por ciento seguía consumiéndolo. Obtenían sus recetas principalmente desde la Atención Primaria, y este consumo prolongado se asoció a una baja calidad del sueño, así como a mayor probabilidad de somnolencia conduciendo o de caídas que provocaran roturas de cadera.
Probabilidad de desarrollar adicción
Cuanto más se prolongaba el consumo, mayores eran las probabilidades de desarrollar adicción: hasta cuatro veces más. La probabilidad se duplicaba cada diez días de medicación adicional a lo largo de un año.
Las guías clínicas recomiendan siempre tratamientos a corto plazo, si bien hasta uno de cada tres pacientes consumen estos fármacos durante largo tiempo, algo que es más común entre los adultos mayores de 65 años.