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Forma, programa para la prevención del consumo de drogas.

Autor/autores: Luis Dorantes Marinez , Victor Rico Hernandez
Fecha Publicación: 09/05/2011
Área temática: .
Tipo de trabajo: 

RESUMEN

Objetivo General: Implementar un programa Integral de prevención para disminuir el consumo de drogas en la población escolar. Objetivos Específicos: 1. Ser un programa prototipo, el cual sea manejado por las instituciones dedicadas a la prevención. 2. Prevenir el consumo de drogas en la comunidad educativa, ya que estas ofrecen la oportunidad de alcanzar a todos los grupos de la población, y sirven también como contexto, para subgrupos específicos que corren el riesgo de abusar del consumo de drogas. 3. Disminuir los factores de riesgo en aquellos niños que lo presenten. 4. Fortalecer el desarrollo de habilidades sociales en niños con factores de riesgo. Estrategias ? Detección de factores de riesgos ? Disminución de los factores de riesgo con aplicación de dinámicas grupales a niños detectados y sus padres. ? Normas que limiten el consumo en la comunidad educativa. ? Valoración y evaluación periódica al programa. Líneas de acción ? Detección de factores de riesgo.- Aplicación del cuestionario ?Factores de riesgo? (Padres y Maestros). ? Disminución de los factores de riesgo con aplicación de dinámicas grupales a niños detectados y sus padres, que incluyen: o Desarrollo de habilidades sociales, dirigidas a los niños durante los años críticos de la escuela. o Como manejar a los niños con factores de riesgo, dirigida a los padres. ? Normas que limiten el consumo en la comunidad educativa.- Escuela libre de humo de tabaco, con aplicación del cuestionario ?Libre de humo de tabaco? y sensibilizar a maestros sobre el consumo de drogas. ? Valoración y evaluación periódica al programa.- Por medio de estudios en los que se valora la disminución de los factores de riesgo en niños que ingresaron al programa y con estudio comparativo con grupo control y con niños con factores de riesgo que no ingresaron al programa.


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Dorantes Marinez, LE. Psiquiatria.com. 2011; 15:7.
http://hdl.handle.net/10401/3191

Artículo original
Forma, programa para la prevención del consumo de
drogas
Luis Enrique Dorantes Marinez1*, Victor Rico Hernandez2
Resumen
Objetivo General: Implementar un programa Integral de prevención para disminuir el consumo
de drogas en la población escolar.
Objetivos Específicos: 1. Ser un programa prototipo, el cual sea manejado por las instituciones
dedicadas a la prevención. 2. Prevenir el consumo de drogas en la comunidad educativa, ya que
estas ofrecen la oportunidad de alcanzar a todos los grupos de la población, y sirven también
como contexto, para subgrupos específicos que corren el riesgo de abusar del consumo de
drogas. 3. Disminuir los factores de riesgo en aquellos niños que lo presenten. 4. Fortalecer el
desarrollo de habilidades sociales en niños con factores de riesgo.
Estrategias · Detección de factores de riesgos · Disminución de los factores de riesgo con
aplicación de dinámicas grupales a niños detectados y sus padres. · Normas que limiten el
consumo en la comunidad educativa. · Valoración y evaluación periódica al programa.
Líneas de acción · Detección de factores de riesgo.- Aplicación del cuestionario "Factores de
riesgo" (Padres y Maestros). · Disminución de los factores de riesgo con aplicación de dinámicas
grupales a niños detectados y sus padres, que incluyen: o Desarrollo de habilidades sociales,
dirigidas a los niños durante los años críticos de la escuela. o Como manejar a los niños con
factores de riesgo, dirigida a los padres. · Normas que limiten el consumo en la comunidad
educativa.- Escuela libre de humo de tabaco, con aplicación del cuestionario "Libre de humo de
tabaco" y sensibilizar a maestros sobre el consumo de drogas. · Valoración y evaluación
periódica al programa.- Por medio de estudios en los que se valora la disminución de los
factores de riesgo en niños que ingresaron al programa y con estudio comparativo con grupo
control y con niños con factores de riesgo que no ingresaron al programa.

Recibido: 02/12/2010 ­ Aceptado: 07/01/2011 ­ Publicado: 09/05/2011

* Correspondencia: vrico66@hotmail.com
1,2 Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California

Psiquiatria.com ­ ISSN: 1137-3148
© 2011 Dorantes Marinez LE, Rico Hernández V.

1

Dorantes Marinez, LE. Psiquiatria.com. 2011; 15:7.
http://hdl.handle.net/10401/3191

Introducción
El sistema de prevención que presentamos en este documento constituye el resultado de una
cuidadosa recopilación y análisis de numerosos programas que previamente han alcanzado
diferentes grados de éxito en el difícil campo las adicciones. Tratamos de rescatar aquellos
puntos considerados como medulares en el quehacer preventivo y algunos de ellos los
redimensionamos de tal forma que al momento de implementarse puedan afectar el sistema
multidimensional en el que está inmersa la población a atender.
Prevenir significa realizar acciones o sistemas de acciones (estrategias) cuyo objetivo está
directamente vinculado con la capacidad de evitar o impedir que un evento percibido como
inaceptable llegue a materializarse. Implica, entre otras cosas, la protección y la promoción de la
salud; la detección de las enfermedades y la corrección de sus consecuencias; la identificación de
los riesgos y la protección de los grupos vulnerables a ellos. En el caso particular de la
prevención de las adicciones el foco de atención debe de ir más allá de la erradicación del
consumo y de sus consecuencias. El abordaje tendrá que estar encaminado a la identificación de
los factores que incrementan la probabilidad de que esto suceda. Al mismo tiempo se debe de
partir del hecho de que todo programa de prevención debe, por necesidad, mantenerse incluido
dentro de un contexto dinámico; inserto en lo cotidiano y no presentarse como una estructura
estática con capacidad de intervención momentánea. Finalmente, en todo este proceso, se hace
de crucial importancia el asegurar que cada una de las actividades irá acompañada de un
sistema de evaluación permanente, mecanismo por el cual tendremos la capacidad de dar
seguimiento a las intervenciones y nos permitirá, al mismo tiempo identificar los errores
generados.
De esta manera pretendemos que la cristalización de todo este esfuerzo se vea materializada en
un programa prototipo el cual sea manejado por todas las Instituciones del Estado dedicadas a
la prevención de las adicciones. En otras palabras, generar la posibilidad de contar con criterios
de intervención unificados por medio de los cuales se pueda llevar a cabo un trabajo profesional
y, más importante aún, cuyo beneficio esté al alcance de toda la población bajacaliforniana.

Objetivos

General
Implementar un programa Integral de prevención para disminuir el consumo de drogas en la
población escolar.

Específicos
1.

Ser un programa prototipo, el cual sea manejado por las instituciones dedicadas a la
prevención.

2. Prevenir el consumo de drogas en la comunidad educativa, ya que estas ofrecen la
oportunidad de alcanzar a todos los grupos de la población, y sirven también como
contexto, para subgrupos específicos que corren el riesgo de abusar del consumo de
drogas.

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3. Disminuir los factores de riesgo en aquellos niños que lo presenten.
4. Fortalecer el desarrollo de habilidades sociales en niños con factores de riesgo.

Estrategias
·

Detección de factores de riesgos

·

Disminución de los factores de riesgo con aplicación de dinámicas grupales a niños
detectados y sus padres.

·

Normas que limiten el consumo en la comunidad educativa.

·

Valoración y evaluación periódica al programa.

Líneas de acción
·

Detección de factores de riesgo.- Aplicación del cuestionario "Factores de riesgo"
(Padres y Maestros).

·

Disminución de los factores de riesgo con aplicación de dinámicas grupales a niños
detectados y sus padres, que incluyen:
o

Desarrollo de habilidades sociales, dirigidas a los niños durante los años críticos
de la escuela.

o

Como manejar a los niños con factores de riesgo, dirigida a los padres.

·

Normas que limiten el consumo en la comunidad educativa.- Escuela libre de humo de
tabaco, con aplicación del cuestionario "Libre de humo de tabaco" y sensibilizar a
maestros sobre el consumo de drogas.

·

Valoración y evaluación periódica al programa.- Por medio de estudios en los que se
valora la disminución de los factores de riesgo en niños que ingresaron al programa y
con estudio comparativo con grupo control y con niños con factores de riesgo que no
ingresaron al programa.

Acciones específicas

FASE 1:
Platica informativa y compromiso:


Objetivo del programa



Requisitos para certificación como escuela libre de humo de tabaco y de bajo riesgo para
el consumo de drogas.

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Información a los niños sobre patrullajes estudiantiles y el buzón para reportes de
consumo de sustancias.

Programa compromiso:


Se firma compromiso por parte de Consejo Estatal contra las Adicciones y Escuelas en el
que se hace énfasis la prevención de consumo de drogas.

Aplicación cuestionarios:


Escuela libre de humo de tabaco: Niños y Maestros



Factores de riesgo: Maestros y Padres.

Identificación de grupos de niños con factores de riesgo


Concentrado de los cuestionarios



Formación de grupos por grado y zona escolar.

Certificación de escuelas de bajo riesgo.


Cumplir con requisitos para certificarse como escuela de bajo riesgo de acuerdo al
comité de seguridad escolar

FASE 2:
Manejo de los factores de riesgo en los niños detectados y a sus padres durante 6 años.


Terapia Grupal.



Dinámicas Grupales.



Ejercicios.



Tareas.

Marco teórico
Toda vez que la adicción es un trastorno crónico de difícil erradicación, y que su camino inicia
con el acto mismo de la administración de una sustancia psicotrópica, la meta principal estará
entonces encaminada a evitar tal contacto inicial y con ello la instalación de la ulterior
cronicidad. Luego entonces, la prevención del consumo nos permite indirectamente tener la
posibilidad de mantener un aceptable nivel de funcionamiento productivo del individuo en lo
familiar y lo social en general. (14)
En el campo estricto de los significados y las definiciones, la palabra adicción se relaciona
directamente con el cuadro clínico conocido como "dependencia a una sustancia", cuya
descripción se contempla en las dos principales clasificaciones de las enfermedades mentales, a
saber, la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10) y la publicada por la
Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-IV). Dentro de los signos característicos que se
señalan en dichas clasificaciones destacan los siguientes:

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a) Utilización reiterada y frecuente de la sustancia
b) Utilización continuada de la misma, incluso aunque pueda causar problemas a la
persona
c) Tolerancia
d) Síndrome de abstinencia. (10)

Epidemiología
Gracias a los resultados que arrojan estudios del ámbito nacional se confirma la tendencia que
sigue el uso de las drogas. A partir de la década de los noventas, se hace evidente el incremento
en el consumo de la cocaína, pero también la disminución en el consumo de los solventes. Por
otro lado, en dichos estudios también se vislumbra ya como un problema emergente el uso de
químicos de la familia de las metanfetaminas dentro de la población adicta. (30) Y aunque la
mayor parte de los adolescentes no presenta problemas con su manera de beber, el 3.2%
presenta algunos síntomas que sugieren francos datos de dependencia. Sin embargo, el abuso de
esta sustancia se asocia a los principales riesgos que ocurren en la población de esta edad y de
los que se pueden mencionar los siguientes: Tener relaciones sexuales bajo los efectos del
alcohol (23% lo reportaron); intento de suicidio (Dos veces más frecuente entre quienes beben);
conducir después de haber bebido fue reportado por un 9%; o subirse en el auto de un
conductor que ha bebido demasiado que se menciono en el 16%.(30).
En los resultados de la encuesta de estudiantes, realizada en el otoño del 2000 por el Instituto
Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente y la Dirección de Salud Escolar de la Secretaria de
Educación Publica (32), se analizó una muestra aleatoria de 10,578 estudiantes del D.F. El
diseño de muestra fue bietápico (escuela-grupo) y estratificado (secundarias, bachilleratos y
bachilleratos técnicos). La mayoría tenía 14 años o menos (53.7%) y estaban en secundaria
(58.8%), el 29.8% asistían a bachillerato y solo 11.4% de la muestra acudían a escuelas técnicas.
Se encontró que el consumo de tabaco "alguna vez", incluyó al 50% de los estudiantes (hombres
52.5% y mujeres 45.5%) y el 8.4% del a mujeres y 23% de los hombres reportaron haber
consumido tabaco en el ultimo mes. Se encontró que el 61.4% de los adolescentes ha usado
alcohol alguna vez en su vida y 31.9% lo había consumido en el ultimo mes. La población
masculina (34.0%) esta más afectada que la femenina (29.9%), aunque la diferencia porcentual
es pequeña. Y el indicador del abuso de alcohol 5 o más copas en el ultimo mes fue del 21.4%.
Por lo que respecta al consumo de drogas el total de usuarios fue del 14.7% (cualquier droga
alguna vez), la proporción de usuarios experimentales fue del 66% del total de los usuarios. La
droga que más consume los hombres es la marihuana (8.3%) y la cocaína (7.4%), en tanto que
las mujeres consumen más los tranquilizantes (5.8%), la marihuana (3.3%) y la cocaína (2.9%).
Además se encontró que los adolescentes que asistían regularmente a la escuela consumían
menos drogas que los que asistían a la escuela por poco tiempo y los que habían dejado de
estudiar el año anterior al estudio. La tolerancia social sigue siendo baja (es poco aceptado el
consumo de drogas) aunque el consumo de alcohol y tabaco es más aceptado. El consumo de
drogas en la población adolescente ha aumentado en comparación a años anteriores, además de
que los niveles de consumo de los hombres y de las mujeres son cada vez más similares. El
consumo de cocaína ha seguido subiendo entre los adolescentes, aunque sigue siendo la segunda
droga de mayor consumo después de la marihuana. El consumo de tranquilizantes se ha
incrementado aun por encima de anfetaminas y este aumento es más marcado en las mujeres.

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El Alcohol en México, el consumo per cápita en los últimos 20 años ha registrado un incremento
importante al pasar de 2.06 litros para la población total en 1970 a 3.5 litros para 1994, con una
variación en este periodo de 62.10%, esta cifra no incluye el consumo de alcohol no registrado;
aunque se desconoce su magnitud se estima que es elevada. Las encuestas de población
demuestran que el 25% de los bebedores más fuertes consumen 78% del alcohol disponible. Se
ha demostrado en México la preponderancia de un patrón de consumo esporádico pero asociado
con grandes cantidades de consumo de alcohol y la importancia de variables socioculturales que
influyen la forma de beber y los problemas con los que se asocia. En 1988 la Encuesta Nacional
de adicciones mostró que el 27.6% de la población entre 12-17 años consumían bebidas
alcohólicas, cifra que casi se duplica en el grupo de edad de 18-75 años, abarcando 53.5%. Para
1993 la prevalecía total de bebedores entre 12-65 años fue del 66.5% (23). En la Encuesta
Nacional de Adicciones del 2002 adolescentes entre 12-17 años hubo una prevalecía de 25.7%. El
2% de los adolescentes cumplen síntomas de dependencia según el DSMIV. De la edad de 18-65
años en la población urbana son bebedores hombres 72.2% y mujeres 42.7%, en la rural el 18.9%
para varones y 9.9% para mujeres. 9.6% de los hombres cumplen criterios de dependencia y 9.3
(24). El abuso de alcohol sigue siendo alto tanto en hombres como en mujeres, de manera que
uno de cada cinco se emborracha por lo menos una vez al mes (32). El alcohol continúa siendo
la droga de inicio. Los bebedores son más en cantidad, que los alcohólicos. Las repercusiones
sociales del consumo de alcohol son responsabilidad, en mayor medida, de personas que no
presentan dependencia al alcohol, sino que consumen con frecuencia altas cantidades. El
alcoholismo afecta al 9% de los varones y al 1% de las mujeres entre 18 y 65 años. En el país la
proporción más elevada de alcoholismo se ubica en la zona centro (62%). A pesar de los índices
elevados de consumo, pocos son los alcohólicos que buscan ayuda en nuestro país. Una de cada
3 personas que presenta dependencia al alcohol, solicita ayuda para atender sus problemas.
(23).
Se estima que hay alrededor de 1,100 millones de fumadores en el mundo, ya que en general el
30% de la población adulta es fumadora. (16). En México, el tabaco es una de las sustancias
más adictivas utilizadas. Desde 1971 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) demostró
que las prevalecías de tabaquismo en nuestro pías era de 44.7% para varones y 16.5% en las
mujeres (32). En las Encuestas Nacionales de adicciones se reporto que en 1988 encontrando
que el 25% de la población de 12 a 65 años era fumadora, 21.6% ex-fumadores y 52.6% nunca
había fumado; cifras que se mantuvieron más o menos estables para 1993, con 25 % de
fumadores, 20.3% de ex-fumadores y 54.6% no fumadores, para 1998 28.3% era fumadora,
12.9% ex-fumadores, y 58.7% nunca había fumado. En 2002 26.4% eran fumadores, 18.2% ex
fumadores, 55.4% no fumadores (24). Más de la mitad de los fumadores iniciaron el consumo
entre los 15 y 17 años (32). La Organización Mundial de la Salud indica que el consumo de
tabaco es causa directa o indirecta de cerca de 8,242 muertes por día y de cuatro millones al año
en el mundo, de las cuales la tercera parte ocurre en países en vías de desarrollo. En México se
estima que 147 personas mueren diariamente por causas asociadas con el tabaco, esta es una de
las razones por las que se ubica al tabaquismo dentro de los diez problemas prioritarios de salud
pública. De no establecerse medidas integrales para su control, rebasará la capacidad sanitaria
que se requiere para su atención. La comparación de los datos entre 1988 y 1998 establece que
la proporción de fumadores en México se incremento en 7%. De igual manera se observa
incremento en mujeres fumadoras y la prevalecía de fumadores entre los adolescentes fue de
11.6%. (19)
Respecto al consumo de drogas ilegales, la Encuesta Nacional de adicciones de 1998, mostró que
5.7% de la población urbana de 12-65 años de edad han consumido "alguna vez en la vida"
drogas ilegales, lo que equivale aproximadamente a 2 500 000 personas. El uso en el ultimo año
registro 1.23% y además 0.83% de los entrevistados manifestaron haber consumido en el mes
previo a la encuesta (alrededor de 398 081 personas). Para el 2002 los resultados fueron 5.03%

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para "alguna vez en la vida", 1.31% en el ultimo año y 0.82% en el ultimo mes. La marihuana es
la droga que ocupa la preferencia en todos los grupos de edad y es la primer droga ilegal que se
consume, los usuarios cuya droga de inicio fue la marihuana 10.8% permanecieron como
monousuarios y 89.2% incluyeron una segunda droga en sus hábitos de consumo ocupando el
primer sitio la cocaína con 29.8%, seguido en orden de frecuencia el alcohol, los inhalables, el
tabaco, los tranquilizantes y así una proporción menor (79.9%) incluyo una tercera droga en su
patrón de consumo, quedando también en primer lugar la cocaína con 27.7%. (4) La marihuana
tiene un nivel de consumo estable y los inhalables tienden a la baja ligeramente, por lo que hay
que hacer comparaciones continuamente a fin de dar cuenta del comportamiento siempre
cambiante del consumo. (29)
Las tendencias nacionales del consumo observadas durante el 2001 indican que el consumo de
la cocaína ocupa el primer lugar. Es preocupante que no se encuentren indicadores que sugieran
que el consumo tiende a la baja y que las edades de inicio tienden a la alza. El consumo de
cocaína se incremento considerablemente en el periodo de 1991 a 2000 de 1 a 5.2%. (29)

Etiología
Durante las últimas décadas se ha avanzado considerablemente en la investigación sobre la
etiología del abuso de sustancias en la adolescencia, proponiéndose múltiples explicaciones
teóricas. Existen evidencias en la literatura que indican que el abuso de sustancias resulta de
una interacción compleja de diferentes factores de riesgo incluyendo los sociales, los cognitivos
y de actitud, los de personalidad, factores vinculados con la sustancia, los conductuales, los del
desarrollo y los factores hereditarios. (9)

Factores sociales.- Los factores sociales son influencias poderosas para promover el inicio del
consumo del abuso del tabaco, alcohol y otras drogas. Estos incluyen conductas y actitudes de
aceptación del consumo de drogas de personas significativas tales como padres, hermanos
mayores y amigos. El abuso del alcohol y drogas por parte de padres y hermanos se ha asociado
consistentemente con el uso de sustancia entre menores (31). En el caso de las drogas ilegales, se
ha observado que cuando los padres usan marihuana los hijos ingieren con más frecuencia
drogas ilegales incluyendo el uso de cocaína.
También se ha visto que existe una predisposición en adolescentes que se desarrollan en un
ambiente familiar caótico, particularmente en el que los padres abusan de sustancias o padecen
alguna otra enfermedad mental, rol de padres inadecuado, especialmente en niños con
temperamentos difíciles o con trastornos conductuales, carencia de adherencia padre-hijo, estilo
educativo muy poco normativo, estilo educativo sobre protector, clima familiar violento, escasas
expresiones de afecto y comunicación familiar escasa o pobre.
En los factores sociales se incluyen los factores de riesgo relacionados con el ámbito escolar. El
pobre desempeño escolar está directamente asociado con el consumo de drogas. Este es más
frecuente entre desertores escolares y entre aquellos que no estudiaron el año anterior o que no
lo hicieron de tiempo completo (abandono de los estudios), bajo grado de compromiso con la
escuela y consumo de drogas en el medio escolar. (2)
En este grupo de factores se incluyen los factores de riesgo relacionados con el grupo de amigos.
Relacionarse con grupos cuyas actitudes y/o actividades sean favorables al consumo de drogas,
modelos de consumo dentro del grupo y presión de grupo en relación al consumo (15).

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Los medios de comunicación juegan un papel importante en este grupo de factores en el
momento en que proyectan el consumo de sustancias como parte importante de la popularidad,
sofisticación, éxito y atracción física. Estos mensajes son fuentes poderosas de influencias que
aprueban y promueven el consumo de sustancias (7). Los anuncios asocian a la bebida con
valores y estímulos atractivos para los adolescentes como la amistad, el carácter y la
personalidad, la transición a la adultez, el sexo, el riesgo y la aventura, etc. Estos mensajes
persuasivos son difíciles de contrarrestar por los adolescentes que en muchos casos carecen de
una actitud crítica frente a la publicidad. Por esta razón, se ha limitado la presencia de mensajes
publicitarios dirigidos explícitamente a población adolescente.

Factores cognitivos y de actitud.- Los individuos que no advierten las consecuencias adversas
del uso del tabaco, del alcohol y de las drogas, así como aquellos que tienen actitudes positivas
hacia el consumo de sustancias, son más tendientes a iniciarse en el consumo que aquellos más
concientes o con actitudes negativas hacia el consumo. En otras palabras, individuos que creen
que el uso de sustancias es normal y que la "mayoría" de la gente fuma, bebe o usa drogas son
más propensos a utilizar sustancias (7).
Si bien la percepción de riesgo no modifica la decisión del individuo de probar drogas, si
distingue de manera significativa a los adolescentes que nunca han usado de aquellos que
deciden continuar usando después de experimentar. Luego entonces, el paso de la
experimentación al uso continuo está influido por el hecho de que los jóvenes no tienen la
capacidad de percibir que usar drogas es peligroso (22).
Esto puede ser explicado por la teoría de acción razonada, por medio de la que se trata de dar
una explicación al hecho de que las conductas están bajo control consciente de los individuos a
partir de distintos determinantes que la preceden y la explican. Para estos autores el
determinante inmediato de la conducta no es la actitud propiamente dicha, sino la intención de
realizarla. A su vez, la intención tiene dos precursores. Uno estrictamente individual, como es la
actitud acerca de la conducta, y el otro de carácter colectivo- social, que hace referencia al
contexto socio-cultural del individuo, acuñado como norma subjetiva. De acuerdo con esta
teoría, el uso experimental esta determinado por una especie de intención razonada, que no es
otra cosa que la decisión de los adolescentes de iniciar o no la conducta de consumo. Esas
decisiones a su vez están determinadas por dos componentes cognitivos. Primero la decisión es
afectada por la actitud de los adolescentes respecto a su propia experimentación, la actitud esta
en función de las consecuencias personales (costo-beneficio) que los adolescentes esperan de la
experimentación y del valor afectivo que le dan a esas consecuencias. En este sentido los
adolescentes pueden tener una actitud positiva hacia el consumo si sus expectativas de beneficio
son más altas que las expectativas del costo del consumo. Segundo la decisión es afectada por las
creencias de los adolescentes respecto de las normas sociales en relación al consumo. Estas
creencias se establecen, por un lado, por la percepción de las creencias que tienen las otras
personas significativas acerca de la conducta que el individuo debe realizar y, por otro lado, por
la motivación del individuo para satisfacer las expectativas que los otros significativos tienen
sobre él. Es decir, los adolescentes pueden sentir una fuerte presión para usar drogas si ellos
creen que sus amigos o su familia apoyan el consumo, o si creen que hay algún tipo de consumo
entre sus amigos y los adultos en general.
En síntesis, la actitud hacia la experimentación se determina por cada una de las creencias que
la persona posee respecto a ésta y la evaluación positiva/negativa realizada hacia cada una de
esas creencias. Esta evaluación en realidad constituye el componente afectivo de la actitud,

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determinando la motivación y la fuerza de la intención del uso de drogas. Se puede agregar otro
componente más y que es conocido como el control percibido o auto eficacia.
Esto último tiene que ver con la particular circunstancia de que existen situaciones en las que se
necesitan ciertas habilidades o recursos por parte de los individuos que podrían interferir con la
intención de llevar a cabo una conducta o no. Es decir, además de la actitud y de la creencia
social normativa, se considera que la auto eficacia esta directamente relacionada con las
intenciones conductuales. Finalmente, la auto eficacia representa la facilidad o dificultad para
realizar o no una conducta determinada. (20)

Factores de personalidad.- Se ha encontrado que los abusadores de sustancias son más ansiosos,
impulsivos, rebeldes e impacientes al incorporarse en su estatus de adultos, en comparación con
los no usuarios. Así mismo, también se ha identificado que el grupo de abusadores necesitan
una mayor dosis de aprobación social para la toma de decisiones en comparación con el segundo
grupo. La literatura clínica también sugiere que individuos con condiciones psiquiátricas
específicas (ansiedad, depresión, déficit de atención) pueden recurrir al uso de sustancias para
aliviar los síntomas asociados con estas condiciones, esto ha sido referido en la literatura como
parte de la hipótesis que explica la génesis de la automedicación. (18)

Otros factores psicológicos.- Se sabe que los abusadores de sustancias tienen baja capacidad de
autosatisfacción, pobre confianza social, pobre asertividad, pobre control personal y menos
sentido de auto eficacia en contraste con los no usuarios (7 ). El análisis de Lehman basado en el
modelo etiológico de relación, establece categorías claramente definidas:
1.

Trastornos mentales y consumo de sustancias como secuela: Esta categoría es clasificable
dentro del modelo de la automedicación. Considera que las personas con un padecimiento
psiquiátrico reúnen factores de riesgo para el consumo de sustancias. Por ejemplo, se
conocen en este sentido los relacionados con estados afectivos negativos, alteraciones
cognitivas, y con la disminución del autocontrol.

2. Consumo de sustancias y trastornos mentales como secuela: Esta categoría está relacionada
con el modelo etiológico de inducción residual. La persistencia de psicopatología tras el cese
de la intoxicación y la abstinencia es atribuible al desencadenamiento de un trastorno
mental en un sujeto ya de por si vulnerable a cambios persistentes en la fisiología cerebral
por efecto directo de las sustancias.
3. Trastorno dual primario: Consiste en la coexistencia de dos trastornos inicialmente
independientes, que pueden interactuar más tarde con el resultado de una exacerbación
reciproca.
4.-Trastorno dual con etiología común: El modelo etiológico de causa compartida. (17)

Factores vinculados con la sustancia.- Son las circunstancias relacionadas con los precios, los
impuestos y las restricciones de la venta de sustancias legales y con la disponibilidad y las
expectativas socioculturales relacionadas con el consumo de las sustancias ilícitas. En México se
observa que las regiones del país en donde los índices de consumo son mayores, sus habitantes
reportan también los índices de percepción de disponibilidad más elevados. La sustancia
adquiere importancia en la medida en que cumple determinada función para el usuario de la

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misma y en el marco de un contexto que le otorga un significado concreto. No obstante, debe
tenerse en cuenta que aquí también opera la ley de la oferta y la demanda, a mayor
disponibilidad de la sustancia, mayor posibilidad de su consumo.
Finalmente, entran en juego las características farmacológicas propias de la sustancia, ya que
estas varían considerablemente entre una droga y otra; aun cuando se sabe que virtualmente
todas producen efectos que son altamente reforzadores y que producen dependencia. Tanto el
tabaco, como el alcohol, al igual que la mayoría de las drogas ilícitas, rápidamente producen
tolerancia, requiriéndose de un paulatino incremento en la dosis y frecuencia de uso para
alcanzar el efecto deseado (7). Se ha podido determinar que muchos de los efectos de
reforzamiento del consumo de las drogas deben su acción a la afectación observada a nivel del
sistema mesolímbico dopaminérgico, especialmente del núcleo accumbens. En este sentido, se
ha podido comprobar que existen diversos receptores cerebrales cuyo papel es preponderante en
los fenómenos descritos. Entre ellos están identificados los receptores a opioides, a GABA, a Nmetil-D-Aspartato y a los receptores serotoninérgicos.
Los estímulos condicionados asociados con el uso de drogas pueden evocar sustratos neuronales
(predominantemente de opioides endógenos) que son similares a los producidos por la droga
exógena, incrementado así el anhelo intenso y el consecuente consumo de la sustancia. Muchos
de estos cambios son el producto de la llamada "neuro adaptación", que corresponde a la
tolerancia celular o farmacodinámica --condición que se refiere a los cambios neuroquímicos
complejos que operan en la membrana celular con la subsiguiente alteración en el fluido iónico y
por lo cual el cerebro requiere de la sustancia adictiva para funcionar apropiadamente. (8).

Factores conductuales.- El consumo de sustancias no ocurre en el vacío sino que aparece como
parte de un síndrome general que refleja una particular orientación de valores. Los individuos
que usan una sustancia están más propensos a consumir otras. Los individuos que consumen
drogas tienden a fracasar en su desarrollo académico, no se involucran en actividades pro
sociales y son más proclives, a diferencia de los no usuarios, a presentar patrones antisociales o
alteraciones de conducta que incluyen agresividad, mentiras, robos y fraudes. Por ultimo, el
abuso de sustancias se encuentra asociado a actividades sexuales prematuras, riñas y
delincuencia. Existen hallazgos que apoyan que estos tipos de problemas conductuales son parte
de una agrupación de conductas altamente relacionadas entre si y que pueden tener la misma
causa o causas similares. (15)

Factores del desarrollo.- La adolescencia frecuentemente se caracteriza por ser un período de
importantes cambios físicos y psicológicos. El adolescente, como parte de su desarrollo,
experimenta un amplio rango de conductas y patrones de vida a manera de ensayo. Esto ocurre
como parte del proceso natural de separación de los padres, del desarrollo de un sentido de
autonomía e independencia como establecimiento de una identidad personal y de la adquisición
de las habilidades necesarias para funcionar efectivamente en el mundo de los adultos. Como
parte de este proceso los adolescentes que tienen dificultades para asumir los roles propios de la
edad adulta parecen ser más susceptibles a beber y a usar otras drogas. El adolescente puede
involucrarse en el uso de sustancias en su intento por establecer relaciones de solidaridad con
un grupo particular de referencia, manifestándose contra las figuras de autoridad o como un
medio, un tanto desesperado por establecer su propia identidad cuando no tiene la posibilidad
de hacerlo por medio de los conductos adecuados.

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El desarrollo cognitivo capacita al adolescente para rebatir los argumentos de los mensajes
antidrogas, lo cual le permite racionalizar los riesgos potenciales, particularmente si el uso de
sustancias es percibido como una conducta que produce beneficios personales o sociales.
Finalmente de manera característica el adolescente tiene un sentido de invulnerabilidad e
inmortalidad lo cual hace que minimice los riesgos asociados con el consumo de sustancias o
sobreestime su capacidad para evitar personalmente patrones destructivos de uso. (11)
La relación adolescencia-drogas es bi-direccional. Por un lado, ciertas características de este
período evolutivo pueden facilitar el consumo de alcohol y otras drogas. De hecho, el consumo
de estas sustancias suele iniciarse en esa etapa de la vida (el consumo de drogas a menudo
empieza cuando los niños pasan de la escuela primaria a la secundaria, donde conocen nuevos
amigos y se vuelven más vulnerable a la presión de los pares (4). Por otro lado, el consumo
abusivo de alcohol y otras drogas puede interferir en el desarrollo saludable del adolescente.
(20)

Factores hereditarios.- La participación genética en el desarrollo del alcoholismo y drogadicción
es un hallazgo que no tiene duda. Por medio de estudios en animales, gemelos y de adopción que
han confirmado tales asociaciones. Los estudios sobre la tasa de herencia general para el
alcoholismo fluctúan entre el 60 y 90 %. Parientes cercanos de alcohólicos primarios tienen
aproximadamente 3 a 4 veces más el riesgo de desarrollar el trastorno. Del mismo modo en los
hijos de alcohólicos se ha encontrado un incremento de reacciones placenteras ante la
exposición al alcohol, una menor alteración cognitiva y psicomotora así como una serie de
cambios en el sistema nervioso central que los predisponen al alcoholismo. (9)

Por todo lo anterior se puede ubicar a la población en cuatro grupos:
1.

De bajo riesgo individual y bajo riesgo ambiental: El individuo no presenta factores de
riesgo como los antes descritos, no existe consumo elevado en su entorno, y la aceptación
social es baja

2. De bajo riesgo individual y alto riesgo ambiental
3. De alto riesgo individual y bajo riesgo ambiental
4. De alto riesgo individual y alto riesgo ambiental (13)

Modelos descriptivos del fenómeno de la adicción

Modelo cognitivo de la adicción.- La razón básica para empezar con las drogas es conseguir
placer. Con el paso del tiempo hay una serie de factores adicionales que contribuyen a que la
persona llegue a ser dependiente de la sustancia. Este modelo explica que hay personas que
desarrollan muy pronto la creencia de que pueden hacer frente mejor a las frustraciones y el
estrés de la vida siempre que puedan tener acceso a las drogas. Requieren de períodos
determinados para escaparse y olvidar. Un subgrupo de ellas solo las requieren al enfrentarse a
circunstancias vitales adversas. A los anteriores se les agrega el grupo de individuos que

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descubren que el utilizar drogas les introduce en nuevos sistemas sociales en los cuales el único
requerimiento para ser admitido y aceptado es que sean consumidores de alguna sustancia. (1)

Modelo de creencias de salud.- En este caso Becker resalta la importancia del déficit en los
procesos de toma de decisiones.

Teoría del aprendizaje social.- Bandura recalca la influencia negativa de los compañeros y de los
adultos significativos que actúan como modelos consumidores.

Modelo de la personalidad.- Los teóricos de la personalidad subrayan la vulnerabilidad
individual. Tal es el caso de la teoría de la auto-depreciación de Kaplan, misma que otorga un
papel central a las carencias afectivas de la persona.

Otras teorías.- El modelo de desarrollo social de Hawkins y Weis, analizan el conflicto
generacional e insisten en la importancia del distanciamiento adolescente de la familia y del
entorno escolar. (7)

Factores protectores
Los niños pueden estar expuestos a la pobreza opresiva, al hacinamiento o a la delincuencia.
Algunos pueden sufrir repetidas perdidas. Otros pueden pasar por maltratos psicológicos o
graves descuidos. En general, estas infortunadas circunstancias pueden generar "cicatrices"
permanentes en la personalidad y propiciar el desarrollo de una sensación de inseguridad,
soledad y desamparo. Al llegar a la edad adulta pueden llegar a ser proclives al abuso infantil, a
la delincuencia o la drogadicción. O padecer enfermedades mentales y ser incapaces de sostener
relaciones significativas. Pero incluso el observador casual advertirá que algunos sobreviven a
tan devastadoras experiencias infantiles sin cicatrices graves como las anteriormente
mencionadas: Trascienden a todo esto a pesar de su ambiente. ¿Qué les hace invulnerables?
¿Qué circunstancias los ayuda a resistir? ¿Cómo aprenden estrategias para lidiar con el enorme
estrés al que son sometidos?
Se ha encontrado en diversos estudios que lo que comparten estos jóvenes es, entre otras cosas,
lo siguiente:
1.

Competencia social.- Parecen sentirse a gusto tanto con pares como con adultos, quienes a
menudo lo definen como simpáticos o encantadores y listos a aprender de sus mayores.

2. Auto confianza: Se consideran eficientes. Ven los problemas como retos y creen que tienen
la capacidad de dominar las situaciones nuevas.
3. Independencia: Piensan por si mismos y sin embargo, escuchan a los adultos, que no
necesariamente lo dominan, lo conducen.
4. Tienen amistades que les dan seguridad: Este tipo de relaciones pueden manifestarse como
compañeros, maestros, tíos o vecinos. (6)

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5.

Red de apoyo: Con diferentes niveles de compensación, dependiendo de cada caso,
extraídos de la familia, de los maestros y/o de otros adultos claves que actuaban como
respaldo. (6)

Varios factores han sido identificados que diferencian a los que usan drogas de los que no las
usan, los asociados con una reducción en la probabilidad del uso de drogas se llaman factores
de "protección". Que se mencionan a continuación:

a) Factores protectores vinculados con el individuo:
· Actitudes positivas hacia la salud
· Competencia individual para la interacción social
· La capacidad para tomar decisiones

b) Factores protectores vinculados con el contexto macro social:
· Promover valores sociales alternativos relacionados con la responsabilidad, tolerancia,
igualdad y solidaridad
· Dificultad de acceso a las sustancias
· Actividades planificadas de ocio desde el entorno
· Actitudes críticas y alternativas frente a los medios de comunicación social

c) Factores protectores relacionados con el ámbito familiar:
· Estilo educativo normativo
· Estilo educativo que desarrolla la autonomía y la responsabilidad
· Estilo educativo que atiende tanto al proceso como a los resultados
· Clima afectivo y tolerante
· Afectos seguros
· Alta implicación en la familia
· Buena comunicación entre los miembros de la estructura familiar
· Actitudes familiares relacionadas con la promoción de hábitos saludables

d) Factores protectores relacionados con el ámbito escolar:
· Estilo educativo normativo

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· Escuela que promueve la solidaridad, la integración y los logros personales
· Continuar los estudios, aún con dificultades
· Implicación de los alumnos en la escuela
· Normas que limiten el consumo en la comunidad educativa.

e) Factores protectores relacionados con el grupo de amigos:
· Relacionarse con varios grupos
· Relacionarse con grupos cuyas actitudes y actividades sean sanas
· Desarrollo de estrategias personales que faciliten la independencia del grupo (15).

Modelos preventivos
Los programas de prevención del abuso de sustancias y la metodología de evaluación que deben
acompañarlos, puede conceptualizarse como una actividad científica basada en un diagnostico
situacional del problema y de su etiología; en un conocimiento del desarrollo humano y de los
métodos de intervención eficaces; y en una evaluación cuidadosa del proceso de resultado de
impacto de los mismos.
Debe de incluir una clara definición de sus metas, por ejemplo prevenir el inicio del uso, evitar
las llamadas drogas de entrada como son el tabaco o las bebidas alcohólicas o aun la
marihuana, interrumpir el trayecto de uso evitando que los menores pasen de tabaco y alcohol a
drogas más problemáticas.
Debe de especificarse claramente la población a la que van dirigida las acciones: individuos,
grandes audiencias, escuela, lugar de trabajo, etc.
En las ultimas décadas, muchos han sido los intentos de prevenir el abuso de sustancias, desde
programas basados en la inducción al miedo cuyos resultados han sido pocos satisfactorios,
programas de información objetiva que indujeron la curiosidad, hasta programas más complejos
medida de clarificación de valores, reforzamiento de autoestima, respuestas instrumentales
como para resistir la presión de pares para probar drogas, hasta organización comunitaria y que
han sido producto de una comprensión mayor de la etiología del problema y de las variaciones
en la vulnerabilidad de individuos y sociedades.
Flay y Petratis (5) dividen los marcos conceptuales que se han utilizado para explicar la
manifestación de este problema en seis grandes grupos:
1) Predictores del abuso de sustancia.- Este modelo conceptual sugiere que el consumo de
drogas se presenta cuando existe factores antecedentes que hacen al individuo más o menos
vulnerable al abuso de las mismas. En este modelo, la prevención busca evitar el riesgo más
que la conducta en si misma. Debe iniciarse desde que aparecen los riesgos, mucho antes de
que el individuo tenga la oportunidad de probar las drogas.

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2) Cambio de conocimientos actitudes o conductas.- Incluyen el saber los efectos de las
sustancias en el organismo, el conocimiento y expectativas de las consecuencias, actitudes
hacia el uso y temas relacionados a intenciones conductuales.
3) Teorías del aprendizaje social.-Parten del supuesto de que cualquier comportamiento tendrá
más oportunidad de existir diferencialmente y considerado como deseable por personas
que son importantes para el individuo. Se consideran como elementos importantes las
normas sociales y la predicción de intenciones conductuales
4) Ambiente social.- se sabe que algunas variables sociales, dístales al individuo que incluyen la
estructura económica, los sistemas legal, social y educativo, predicen el uso de drogas.
5) Apego social.- Supone que el mecanismo a través del cual la organización social es afectada
por el uso de drogas es el apego social. Por lo tanto se considera importante desarrollar
buenas relaciones en la familia, en la escuela, en la comunidad.
6) Variables intra psíquicas.- Se ha postulado que las variables intra psíquicas ligan a las
variables de apego social y de conocimientos, actitudes y conductas. El afecto convencional a
la familia y a la sociedad, facilita la adquisición de habilidades y el alto nivel de competencia
y eficacia personal, que protege a los individuos del abuso de sustancias.

Los programas de prevención del abuso de sustancias pueden dividirse en cuatro grandes
grupos (5):
1) Programas de información: Describe las consecuencias físicas y psicológicas del consumo de
sustancias, incluyen programas de comunicación masiva, de educación para la salud,
panfletos y otros materiales de difusión
2) Programas de educación diseñados para remediar deficiencias en las habilidades sociales y
psicológicas, mejorar la comunicación interpersonal, promover la aceptación y la auto
comprensión y dominar diferentes estrategias para contrarrestar la influencia le medio
ambiente hacia la experimentación y el uso continuado de sustancias
3) Programas alternativos: Proporcionan a los individuos en riesgo, oportunidades para
desarrollarse en acciones que son opuestas al consumo de sustancias; estos programas
incluyen actividades deportivas, al aire libre, culturales y de apoyo comunitario, entre otras.
4) Programas de intervención: Se dirigen especialmente a poblaciones en riesgo, con el objeto
de lograr evitar el avance de la enfermedad, buscan el diagnostico temprano y brindan
atención a los adictos. Pueden oscilar desde planes de intervención en crisis, consejería por
parte de pares, hasta terapia familiar o individual. Las intervenciones pueden ser también
comunitarias como son los proyectos de mantener lugares de trabajo libre de tabaco.

Lo más importante de los programas preventivos es que se puedan desarrollar intervenciones
preventivas únicas capaces de tener impacto de manera simultánea sobre varias conductas
asociadas.
Es importante destacar que cualquier programa preventivo debe contemplar entre otros los
siguientes aspectos fundamentales: (15)

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·

Debe estar comprendido dentro de un programa integral de educación para la salud.

·

Debe estar dirigido a una población específica.

·

Debe involucrar la participación de la comunidad en la elaboración, aplicación y
evaluación de las acciones, objetivos y metas del programa

·

Debe existir una política general de salud que establezca y norme los lineamientos
generales de este sentido y apoye la labor realizada por distintas instituciones.

·

Apego de la norma en materia de publicidad.

·

Deben adecuarse los mecanismos necesarios para lograr el cumplimiento de la
legislación, es decir:
o

Control sobre las drogas ilícitas

o

Reglamentación de la oferta-demanda de las drogas licitas (alcohol y tabaco
entre otras)

o

Ajustándose a la norma oficial Mexicana 028-SSA2-1999. (28)

Los principios de prevención para programas escolares:
·

Dirigidos a los niños durante los años críticos de la escuela

·

Varios años de intervención

·

Utilizar una intervención comprobada y uniforme con planes de lección detallados

·

Utilizar métodos de instrucción interactivos apropiados para las edades de los
niños (simulación, dramatización, discusión, terapia de grupo, refuerzos)

·

Fomentar lazos de sociabilidad hacia la escuela y la comunidad

·

Contenga el programa los siguientes componentes:
o

Enseñan sociabilidad (comunicación, auto eficiencia, asertividad); y
técnicas para resistir la invitación al consumo de la droga que sean
culturalmente apropiados para el desarrollo de los niños

o

Fomenten la influencia positiva entre compañeros

o

Fomentan normas sociales antidroga

o

Incluyan una "dosis" adecuada (10 a 15 sesiones en el primer año
seguido por 10 a 15 sesiones de refuerzo)

o

Exista evaluaciones periódicas para determinar la eficacia del programa

o

El costo de la prevención no debe ser mayor que el del tratamiento (25)

Para que las acciones logren resultados favorables, tienen que estar apoyadas en la
investigación, estudiando por un lado las causas que originan la enfermedad y por el otro, los

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aspectos socioculturales y económicos de los habitantes de la zona donde se va a trabajar. En
todos los casos, resultan útiles los programas universales (por ejemplo educación para la salud);
sin embargo estas medidas no serian suficientes para los grupos de elevados riesgos en algunos
de los factores, ambiental o individual, quienes requieren medidas selectivas y menos aun en los
grupos con ambos riesgos elevados (12).
Todo modelo de prevención requiere de un proceso continuo de evaluación como un
componente indispensable. La evaluación es un proceso que permite calificar el grado de
cumplimiento de un objetivo específico. No es tarea sencilla en el ámbito de prevención ya que
pretende demostrar que debido a la operación del programa específico, el evento que se quiere
evitar efectivamente no ocurrió y lo que es más, demostrar que de no haberse instrumentado
dicho evento hubiera aparecido.

Como punto de partida es necesario especificar:
1) Las bases teóricas en las que se sustenta el programa.
2) Los resultados esperados objetivos y medibles.
3) El impacto probable del programa sobre la incidencia y prevalencia del consumo de
drogas.
Las preguntas básicas fundamentales para la evaluación pueden agruparse en tres:
a) Sobre el programa, ¿Cual fue la teoría en que se apoyó la acción?, ¿En que contexto
sociocultural se aplicó el programa?, ¿Cual fue el contenido?, ¿Con que intensidad se
aplicó?, ¿Cual fue su calidad?, ¿Como se adecuó el programa a la teoría (validez
interna)?
b) Sobre su eficiencia, ¿Cual fue el costo-beneficio?
c) Sobre su aplicabilidad ¿Cual es la posibilidad de generalizar los hallazgos a otras
poblaciones? (validez externa)

Evaluación de resultados.- Tiene como objetivo evaluar los logros obtenido en la intervención,
para producir cambios positivos en las conductas deseadas (variables dependientes), por
ejemplo: el consumo de drogas, la deserción escolar, la conducta antisocial o la conducta sexual
de riesgo durante la intoxicación. Se pretende relacionar directamente los cambios en las
variables dependientes relevantes a la exposición del programa de prevención y no a eventos no
medidos o a la intervención de variables extrañas. Los programas de prevención producen dos
tipos de resultados:
a) Inmediatos y
b) A largo plazo.

Las variables dependientes pueden incluir: a) Variables intermedias tales como el conocimiento,
las actitudes, las creencias, la percepción de riesgo o la tolerancia social; b) La conducta misma,
el uso de drogas o sus consecuencias y c) Conductas relacionadas con el consumo como la

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deserción escolar, el pobre desempeño laboral, la conducta antisocial o conducta sexual de
riesgo.

Evaluación del impacto.- Evalúa los efectos acumulados o agregados de los programas de
prevención que operan en una población en un momento específico. Su propósito es medir los
cambios significativos de los indicadores de usos de drogas en el nivel macro y relacionarlos con
efectos medidos a través de investigación del proceso y de los resultados de los programas de
prevención.

Evaluación del proceso.- Es la base para interpretar los resultados y el impacto de los
programas. Permite identificar los elementos del programa que fueron satisfactorios, cuales
deben modificarse, que confusiones hubo durante el mismo, etc. Además la evaluación identifica
y mide los efectos de eventos no planeados o anticipados que hayan ocurrido. Es equivalente a
medir la instrumentación de la variable independiente. (26)
En México se han hecho diversos programas para disminuir el consumo de sustancias, a
continuación describimos algunos de los modelos preventivos.

Construye tu vida sin adicciones.- Es una propuesta preventiva basada en los aportes de la
medicina mente-cuerpo elaborada desde el sector salud, la cual pretende fortalecer la
responsabilidad individual y social en relación con su salud integral y en especial, para prevenir
adicciones. Este modelo pretende fortalecer la responsabilidad individual y social acerca de la
salud, facilitando la conformación de estilos de vida que permitan desarrollar al máximo el
potencial de cada persona y propiciando condiciones que eleven la calidad de vida y de las
comunidades. Para su condición no requiere expertos o profesionales, el facilitador puede ser
cualquier gente de la comunidad que tenga habilidades para propiciar la interacción y el
desarrollo de los ejercicios. Las esferas del estilo de vida que se trabajan son: equilibrio psicocorporal, autoconcepto, hábitos alimenticios, uso y abuso de sustancias toxicas, tiempo libre,
expresividad, creatividad. La estrategia del modelo está diseñada para incidir en pequeños
grupos locales de la comunidad.

Centros de integración juvenil.- El modelo se concibe a partir de la definición de prevención
como un proceso orientado a evitar, retardar, erradicar o disminuir la aparición del proceso y de
los daños asociados. Su objetivo es disminuir, atenuar y/o retardar el consumo de drogas en la
población considerada de riesgo. La estrategia consiste en elaborar, desarrollar y dar
seguimiento a un programa preventivo de alcohol, tabaco y otras drogas con base en las
evidencias científicas y empíricas adaptable a las condiciones regionales y locales, promueve una
cultura para evitar el uso y abuso de alcohol, tabaco y otras drogas en la población en sus
diferentes momentos del ciclo de la vida. Se identifica como población prioritaria la
comprendida entre los 10 y 18 años, por ser el rango de mayor frecuencia para iniciar el uso de
drogas. Se dispone de un sistema permanente de monitoreo para evaluar los procesos, los
resultados y el impacto de la aplicación del programa de prevención.
Riesgos psicosociales para menores, adolescentes y sus familias CHIMALLÍ-DIF.- Busca ser
una herramienta útil para los promotores infantiles comunitarios de los programas del DIF

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relacionados con los riesgos psicosociales. El modelo se orienta hacia el incremento de
habilidades de protección por dirigirse a lograr competencia social, resolución de
problemas y adopción de un sentido propositivo en la familia de niñas, niños, adolescentes
y sus familias. Así mismo, constituye una base o punto de arranque para el desarrollo de
materiales preventivos y programas regionales específicos de prevención del uso y abuso de
drogas, la conducta antisocial, los eventos negativos de la vida y el estilo de vida, abordando
todo esto de forma integral y con participación de la comunidad misma. Es un modelo de
trabajo para comunidades abiertas definidas geográficamente, o por la zona de influencia
de un centro comunitario o de desarrollo familiar, o bien, por una ruta de trabajo de los
promotores infantiles comunitarios.(27)

Educación preventiva contra las adicciones.- Propuesta educativa organizada para
desarrollarse en la escuela y la familia, favorecer la construcción de redes protectoras que se
traducen en estilos de vida saludables con la finalidad de trascender a la comunidad.
Constituye una estrategia que atiende los diversos niveles que integran la ecuación básica,
se vincula con los planes y programas de estudio vigentes y promueve la construcción de
valores humanos entre los educandos a través de una serie de actividades que se incorporan
al proceso educativo en un esquema preventivo integral que aborda diversos problemas
sociales en la comunidad escolar, a fin de desarrollar en los educandos la capacidad para
tomar decisiones de forma consciente y reflexiva, que les permita resistir la presión de
iniciarse en un proceso adictivo. El programa sienta sus bases teóricas y metodológicas en
las corrientes humanistas, el modelo ecológico de desarrollo humano y el enfoque riesgoprotección. La tarea de informar, recae en los y las adolescentes, coordinar y dirigir las
actividades en cada escuela, de tal manera que las acciones desde los planteles escolares se
extiendan a la comunidad y hogares para promover la participación entre maestros,
alumnos y padres de familia.

Yo quiero, yo puedo.-Favorece el desarrollo de habilidades para la vida en los estudiantes,
con el fin de prevenir problemas de educación y salud publica. Se instrumenta en escuelas
públicas y privadas a través de la formación de docentes y orientadores, para que estos sean
los replicadores del programa con los estudiantes. Para replicar el programa, el personal
capacitado se apoya en la serie de libros "yo quiero, yo puedo" que va desde preescolar
hasta tercero de secundaria. La serie cuenta con ejemplares para cada grado escolar y dos
guías para docentes: de nivel preescolar y primaria y 3 videos que presentan propuestas
educativas. El objetivo del programa es desarrollar en los niños habilidades que les
permitan manejar adecuadamente las situaciones de riesgo y fortalecer factores protectores,
para prevenir las conductas antisociales. Con base en una intervención dirigida a edades
tempranas, el programa contempla la capacitación a docentes a través de un taller que
permite que se apropien del programa y lo sientan útil en su vida laboral y personal. (27)

Consideramos que los déficit que comparten algunos de estos programas son los siguientes:
1.

No dan seguimiento adecuado

2. Se dan las mismas pláticas a niños con y sin factores de riesgo
3. Las imparten personas con poca capacitación en adicciones

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Dorantes Marinez, LE. P

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