Miramontes MM. Psicologia.com. 2015; 19:15
Artículo original
La Autoeficacia percibida y su relación con el Autocontrol
Glucémico en DM1
Perceived self-efficacy associated with self-monitoring of blood glucose in DM1
Minia María Miramontes1
Resumen
La Introducción: La DM1 requiere un control estricto glucémico. La ADA otorga un NE:B a la
educación diabetológica para el autocontrol asociándose con una menor HbA1c. Sujetos
educados para la autoeficacia en autocontrol, adquieren competencias para estimar su NGS en
un momento dado. Objetivos: Conocer la relación entre la educación en el autocontrol y la
autoeficacia real definida por menor Hb1Ac y mejor estimación glucémica. Material y
Métodos: Reclutamiento aleatorio de 50 sujetos insulino-requirientes con educación
diabetológica ( 52,2 años). Recogida de datos antropométricos, Hb1Ac, items valorativos de
educación y autoeficacia. Escala SI/CI-2, estimación del NGS. Análisis de Datos: Estudio
descriptivo transversal con análisis de casos y controles (técnicas no paramétricas). Software
SPSS (prueba U de Mann-Whitney). Resultados: Los que se perciben eficaces (44%) tuvieron
niveles de Hb1Ac significativamente más bajos que los que no (sig. bilateral 0,042), y con mejor
estimación de la glucosa (sig. bilateral 0,004). Conclusiones: La educación repercute en el
autocontrol glucémico, mejorando autopercepción del NGS por mayor conocimiento, y mejora
los niveles de Hb1Ac cuando el sujeto se cree autoeficaz.
Palabras claves: Diabetes Mellitus tipo 1, Glucosa, Educación, Autocontrol glucémico
Abstract
Introduction: DM1 requires strict glycemic control. The ADA provides a level of evicence:B for
diabetes education in self-monitoring blood glucose associated a lower HbA1c. Results:
Subjects trained to self-efficacy, in self- glucose control, acquire skills to estimate blood glucose
level at one point. Objectives: To determine the relationship between education and selfefficacy defined by lower HbA1c and improved glycemic estimation. Material and Methods:
50 insulin-dependent subjects were selected ( 52.2 years). Are collected anthropometric data,
HbA1c, assessment elements for education and concept of self efficacy. Scale SI/CI -2.
Estimated blood glucose levels. Data Analysis: Cross sectional study with Case-Control
Analysis (Nonparametric Techniques). SPSS Software (Mann-Whitney U test). Results: Those
who perceive themselves as self-efficacy (44 %) had HbA1c levels significantly lower than those
without (sig. Bilateral 0.042), and obtained better estimation of glucose (sig. Bilateral 0.004).
Conclusions: Education leads to improved glycemic status and self-perception of improving
blood glucose level by greater knowledge. HbA1c levels decreased when the subject is seen as
self-efficacy.
Keywords: Diabetes Mellitus type 1, Glucose, Education, Self-monitoring blood glucose
Psicologia.com ISSN: 1137-8492
© 2015 Miramontes MM
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Miramontes MM. 2015; 19:15.
Recibido: 02/05/2015 Aceptado: 02/06/2015 Publicado: 25/08/2015
* Correspondencia: miniamaria@gmail.com
1 Dra. y Especialista en Psicología Clínica y Médica. Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra
(PUCMM).Autopista Duarte Km 1 ½. Santiago de los Caballeros. República Dominicana.
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Introducción
La Diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que requiere de un régimen de tratamiento
susceptible a cambios en función de las variaciones de la propia enfermedad y de las conductas
del sujeto que la padezca. Ante esta variabilidad, el estado de la glicemia, en un momento
determinado, se convierte en el marcador que señala las acciones a tomar por el sujeto
insulinodependiente con el fin de obtener una normoglucemia mantenida en el tiempo. Para que
ello ocurra, el paciente afecto de este proceso endocrino, tiene que adquirir un nivel de eficacia
ante la enfermedad otorgada por la educación diabetológica, que conlleva el aprendizaje de la
competencia en el autocontrol de la glucosa (1).
Cada año, en el mes de enero, se publica un suplemento monográfico en la revista Diabetes Care
(2), con las revisiones sobre los estándares de diagnóstico y tratamiento de la diabetes (Standards
of Medical Care in Diabetes), que regularmente difunde la American Diabetes Association
(ADA) (2014). Estos tratan las últimas evidencias que han surgido en el campo de la diabetes
mellitus (DM), y que son recogidas por un equipo multidisciplinar. Las recomendaciones se
distribuyen en varios capítulos (diagnóstico, cribado, prevención, tratamiento, situaciones
específicas, etc.) y se utiliza un sistema de niveles de evidencia científica (NE): A, B, C o E, que
en este trabajo se señalan entre paréntesis a lo largo del texto (Figura:1).
Figura 1: ADA, 2014. Niveles de evidencia científica en la
práctica clínica
Fuente: ADA 2014 (2)
En el monográfico señalado, encontramos que los niveles de evidencia de los beneficios de la
educación diabetológica para el autocontrol, están asociados con la mejoría en el conocimiento
de la diabetes mellitus (DM) y del autocuidado (NE:B), mejoría que se ve reflejada en los
resultados clínicos de una menor hemoglobina glicosilada (HbA1c), como se observa en la figura
2:
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Miramontes MM. 2015; 19:15.
Figura 2:NE para los beneficios de la educación diabetológica
Los diabéticos deben recibir educación en autocontrol y autocuidados de acuerdo a las
normas terapéuticas, en el momento del diagnóstico de DM y cuando sea necesario (NE:B).
La eficacia del autocontrol y la calidad de vida son los resultados clave de la educación
en autocontrol y deben ser medidos y controlados como parte del cuidado (NE:C).
La educación en autocontrol y soporte debe abordar los problemas psicosociales, ya que en la
DM el bienestar emocional se asocia con resultados positivos (NE:C).
Debido a que la educación en autocontrol y soporte puede ahorrar costos y mejorar
los resultados (NE:B), debe estar debidamente cubierta (NE:E)
Fuente: ADA 2014 (2)
Así, el autocontrol glucémico necesario para conseguir la euglicemia mantenida en el tiempo es,
por naturaleza, el protagonista de la diabetes. Evita las complicaciones a corto, medio y largo
plazo de una diabetes mal controlada, y además, la normoglucemia tiene relación con el
bienestar emocional del sujeto diabético: "Educar al paciente en la eficacia del autocontrol, es
una pieza clave que redunda en la calidad de vida" (NE:C).
Este control de la glucosa en sangre se debe medir de manera fiable, y ante una glicemia
desajustada, definir los objetivos y los niveles de intervención adecuados(1); para ello, la
educación en diabetes se constituye en el pilar fundamental para la autogestión del sujeto de su
autocontrol, como recomienda la ADA: "Los diabéticos deben recibir educación en autocontrol y
autocuidados de acuerdo a las normas terapéuticas, en el momento del diagnóstico de DM y
cuando sea necesario" (NE:B).
Siguiendo con las recomendaciones de la ADA, se proponen dos técnicas para el control
glucémico:
1. La determinación de HbA1c.
2. El autocontrol por monitorización de glucemia capilar (AMGC) o glucosa intersticial
1.
En la actualidad, para determinar si el tratamiento está dando los resultados adecuados se
realiza la prueba hemoglobina glicosilada (Hb1Ac), mantener el valor de esta en un 6%,
representa el dato objetivo de adherencia. Tabla 1:
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Miramontes MM. 2015; 19:15.
Tabla 1: Relación entre Hb1Ac y glucemia media
Fuente: ADA 2014 (2)
2.
En los pacientes en tratamiento con múltiples dosis de insulina o que usen bombas de
insulina, la AMGC, debe realizarse, al menos, antes de las comidas y tentempiés,
ocasionalmente después de las comidas, al acostarse, antes de hacer ejercicio, cuando se
sospeche hipoglucemia, y después de tratarla, hasta alcanzar la normoglucemia y antes de
llevar a cabo tareas críticas como conducir (NE: B). Para los pacientes que usan inyecciones
de insulina con menor frecuencia y, siempre como parte de un programa educativo; la
AMGC puede ser útil como guía para orientar el manejo del paciente (NE: E); aunque se
debe asegurar que "los pacientes reciban instrucciones para el seguimiento y que se evalúen
la técnica y los resultados de la automonitorización de forma periódica, así como su
capacidad de utilizar los datos para ajustar su tratamiento" (NE: E).
Por lo que la AMGC se convierte en una conducta que permite a los pacientes evaluar su
respuesta individual al tratamiento, y comprobar si se consiguen los objetivos glucémicos.
Sus resultados pueden ser útiles para prevenir hipoglucemias y ajustar la medicación
(particularmente la dosis de insulina prandial), la terapia nutricional y la actividad física,
de forma especial en pacientes tratados con insulina para detectar hipoglucemias
asintomáticas e hiperglucemias.
Estudios con bases de datos de casi 27.000 pacientes con DM1, mostraron que una mayor
frecuencia de AMGC se asociaba de forma significativa con menor HbA1c y con menos
complicaciones agudas. Sin embargo, una consideración clave es que la AMGC por sí sola
no disminuye la HbA1c; para ser útil, la información debe integrarse como parte de un plan
de autocuidado. Como recomienda la ADA "La eficacia del autocontrol y la calidad de vida
son los resultados clave de la educación en autocontrol y deben ser medidos y controlados
como parte del cuidado" (NE:C).
No obstante, aunque la AMGC es una técnica sencilla, que permite obtener los resultados
en un tiempo muy breve (apenas cinco segundos), con medidores cada vez más manejables,
de menor tamaño, más precisos y que requieren cantidades de sangre mínimas, sin
embargo, no se puede despreciar el elevado coste económico que conlleva su uso
generalizado en una población con DM, cada vez más numerosa, por lo se debe intentar el
uso racional de esta herramienta para evitar un gasto innecesario que podría redirigirse a
inversiones más eficientes para la población y considerar aquellas poblaciones deprivadas,
cuyo status socio-económico impide el acceso a esta técnica.
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Para el ámbito de la Psicología de la Salud, mejorar la precisión en la detección de los síntomas
de la glucosa desajustada constituye un nivel de intervención de enorme trascendencia. Se
necesitan pacientes bien formados sobre el control y autocuidado a través de un listado
normalizado de los síntomas de su enfermedad, a la vez que se les instruye para relacionar sus
propios síntomas con su tratamiento, con dos objetivos a) Que intervenga para adquirir el
autocontrol de la glicemia en una situación concreta de forma óptima, y b) Que estas conductas
sostenidas en el tiempo tengan una consecuencia en los valores de la Hb 1Ac. Objetivos que
alcanzados significan un paciente autoeficaz, y por ende, un paciente adherido a su terapéutica
de forma óptima (1)(3)(4).
Bandura, A. (1999)(4)(5) alega que la expectativa de autoeficacia o eficacia percibida es un
determinante importante de la conducta que fomenta la salud al influir como mediador
cognitivo del estado motivacional. La Teoría Social Cognitiva (Bandura, A., 1986)(6), considera
que la motivación y acción humanas están reguladas, en gran medida, por las creencias de
control, provocando una intervención directa sobre los aspectos de la conducta modificable de la
salud (Bandura, A., 2004)(7). Ismail-Beigi, F., et al (2011)(8) sitúan una alta motivación en la
actitud del sujeto, como condición influyente en el resto de la terapéutica (Figura 3). Salanova,
M., et al (2004)(9) arguyen que la motivación y la autoeficacia van de la mano, ya que un
paciente que se considere autoeficaz está motivado a adoptar conductas de salud y prevención
de riesgos determinando respuestas adecuadas (Figura 4) para el cambio de los hábitos de salud
y adopción de nuevas conductas saludables.
Figura 3: Motivación y adherencia terapéutica en el paciente diabético
Fuente: Ismail-Beigi et al (2011)(7)
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Figura 4: Mecanismos o procesos mediadores de
las expectativas de eficacia sobre conducta y
motivación y repercusión sobre la salud
Fuente: Salanova et al (2004)(8)
Sin embargo, desde la perspectiva conductual, se presentan algunas críticas a la Teoría de la
Autoeficacia de Bandura, al no dar una explicación más exhaustiva de la forma en que la
conducta humana está determinada por la interacción entre un conjunto de variables no
observables y las relaciones entre la autoeficacia, las destrezas y la motivación. (Bretón, J.M.,
2007)(10).
Refutando la concepción cognitivista, donde la adherencia óptima a la terapéutica de la diabetes
correlacionaría positivamente con la creencia de autoeficacia del sujeto (Zimmerman, B.J.,
1995)(11), los investigadores conductuales buscan un paradigma que sirva para medir el
conocimiento real de la enfermedad. Esta búsqueda ha dado lugar a líneas de investigación
pioneras en diabetes y conducta comentadas en el párrafo siguiente-, centradas
respectivamente en la sintomatología (señales internas) y en las señales externas o variables
conductuales (administración de insulina, dieta, ejercicio o niveles de tensión emocional)
(Figura 5), de las cuales el nivel de glucosa en sangre es función. Para ello, han intentado
conseguir que el paciente diabético adquiera la capacidad de estimar su glucemia o nivel de
glucosa en sangre NGS-, a raíz de las conductas realizadas (señales externas) y deducir por
inferencia su consecuencia en el estado glucémico y manifestaciones físicas (señales internas).
Figura 5: Lista de señales externas del nivel de glucosa
en sangre
Señales externas del control glucémico
1. Tiempo desde la última inyección.
2. Tipo de insulina usada.
3. Cantidad de insulina inyectada.
4. Tiempo pasado desde la última ingesta.
5. Tipo y cantidad de alimento tomado.
6. Ejercicio físico desde la última ingesta.
7.Estado emocional del individuo.
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El modelo conductual radical, enfocado desde la Terapia Analítico-Funcional (PAF), se
fundamenta en el análisis y moldeamiento del comportamiento verbal del paciente (Kohlenberg,
R.J., et al, 2004)(12). Teóricos de este modelo consideran que cada paciente ha de aprender a
reconocer sus síntomas hipoglucémicos, ya que generalmente son idiosincrásicos. Las posibles
barreras que se observan para alcanzar esta meta de auto-reconocimiento son la falta de
atención, o la baja percepción de síntomas. Gil Roales-Nieto, J. (2004)(13) mantiene que la
obtención de la adherencia terapéutica óptima en un paciente diabético pasa por la consecución
la autodetección del NGS. Luzoro-García y Gil Roales-Nieto en 1993(14) ya postularan que el
autoanálisis de la glucosa en sangre AGS- es una pieza clave para el control diabético. Estos
autores, a través de varios estudios controlados, demostraron que la terapia tradicional de la
diabetes mellitus tipo 1, consistente en medir los niveles de glucosa capilar o de la orina como
autocontrol (AMGC), no consigue, en la mayoría de los casos, que los pacientes alcancen un
buen nivel metabólico, conclusión esta obtenida en las recomendaciones de la ADA, tal y como
hemos comentado en el resumen introductorio: "Una consideración clave es que la AMGC por sí
sola no disminuye la HbA1c(2).
El procedimiento de entrenamiento en discriminación del nivel de glucosa en sangre (a través
del entrenamiento de señales externas y su relación con los síntomas físicos a través de la
creación de un perfil glucémico), es el más eficaz, según los teóricos conductistas, lo que mejora
la capacidad de autoconocimiento de los pacientes diabéticos sobre su estado de glucosa real,
traduciéndose en mejorías de sus controles diabéticos, medidos directamente a través de los
resultados de la Hb1Ac, que de forma indirecta significa una mayor adherencia al tratamiento
por el moldeamiento de conductas que permiten deducir la ocurrencia de cambios positivos en
la actitud frente a la enfermedad (Gil Roales-Nieto, J., Ayllon, T., 1991)(15).
Por su relevancia, la prevención de las hipoglucemias, dada su alta prevalencia en la
morbimortalidad diabética, es uno de los ejes centrales para este entrenamiento. Entre el 10% y
el 15% de los diabéticos son incapaces de advertir las caídas bruscas de azúcar en sangre y sufren
descensos de la glucosa que pueden ser graves, ocasionando entre el 2/6% de la mortalidad en
DM1 (Cryer, P.E., 2003)(16).
Por ello, si un paciente diabético aprende a reconocer los síntomas hipoglucémicos de forma
precisa, acercará la percepción de su estado glucémico al nivel real de glucosa en sangre, lo que
le permitirá actuar y controlar la ocurrencia de los desajustes glucémicos (hipo/hiperglucemia),
(Figura 6), ayudando al mantenimiento de un óptimo estado de salud (1,17).
Sin embargo, la percepción de señales internas y su correspondiente informe, son repertorios
sutiles ampliamente afectados por diversas variables como las creencias, desarrolladas y
mantenidas por el individuo acerca del funcionamiento de su organismo y sus estados internos,
la habituación a los síntomas o la neuropatía diabética. A su vez, estas percepciones personales
y/u orgánicas, acerca de su estado de salud pueden ser precisas o imprecisas, dependiendo de la
asociación que el sujeto realice según las variables de reconocimiento que el sujeto posea. Por
ello, la educación en diabetes centrada en la discriminación del NGS a través de las señales
externas palía las situaciones antes descritas; el sujeto atribuye su estado glucémico a sus
comportamientos ante la terapéutica (Gonder-Frederick, L., Cox, D., Ritterband, L., 2002)(18).
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Figura 6: Listado de los síntomas físicos de la glucemia mal
controlada (Señales internas)
Señales internas:
Síntomas físicos de la glucemia mal controlada
Sistema autónomo
Sistema periférico
Temblores
Ralentización del pensamiento
Nerviosismo/tensión
Mareos o dispersión mental
Palpitaciones
Problemas de concentración
Miedo
Problemas de pronunciación
Aceleración del pulso
Visión borrosa
Irritabilidad
Dificultades para leer o hablar
Rubor facial
Euforia
Preocupaciones
Entumecimientos
Sudación
Falta de coordinación
Frustración
Cambios de temperatura corporal
Estómago revuelto
Somnolencia
Dolor de cabeza
Hormigueos
Respiración rápida o pesada
Basándonos en las recomendaciones descritas por la ADA(2): "Los diabéticos deben recibir
educación en autocontrol y autocuidados de acuerdo a las normas terapéuticas, en el momento
del diagnóstico de DM y cuando sea necesario" NE:B, nos planteamos en este estudio, por un
lado, observar si en pacientes diabéticos tipo 1, con educación en el conocimiento y manejo de la
enfermedad creen conocer y se creen autoeficaces ante el proceso endocrino y si estas creencias
de tipo cognitivo se corresponden con la realidad (resultados en la Hb 1Ac) y, por otro,
siguiendo las recomendaciones de la ADA(2): deben poseer la capacidad de utilizar los datos para
ajustar su tratamiento (NE: E), analizamos si su entrenamiento le sirve para realizar una
estimación precisa de su nivel de glucosa en sangre, con el fin de tomar en cada momento las
medidas terapéuticas que compensen los desajustes glucémicos. Aunque, como se comentó, el
elevado coste económico del AMCG con glucómetro, o las dificultades que una situación social
provoca para el análisis con el aparato, hace que muchos diabéticos no lo utilicen, empeorando
la situación en países en vías de desarrollo.
El objetivo de este estudio, es una aproximación descriptiva a una población de sujetos
diabéticos insulinodependientes entrenados para el conocimiento y manejo de su enfermedad y
si esta educación repercute en su capacidad para realizar la percepción de su NGS cercana a la
real que acuden a las clases de formación para la diabetes en el Centro de Salud de Godella
(España), del Sistema Sanitario Valenciano.
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La conceptualización teórica se basa en que un sujeto conocedor de su enfermedad, ha de
realizar una estimación cercana a la real a través del AGS, infiriendo adecuadamente la relación
de su estado glucémico con su estado físico y psíquico, consecuencia de sus conductas (señales
externas).
Material y métodos
Con el propósito de alcanzar los objetivos planteados, se decidió el reclutamiento aleatorio de 50
sujetos insulinodependientes que acuden al Centro de salud de Godella (Valencia) a recibir
educación diabetológica impartida por el personal de enfermería.
La muestra está integrada por 50 sujetos -mujeres y hombres-, con edades comprendidas entre
17 y 81 años ( 52,2 años), que requieren insulina con más de un año de evolución. Todos los
sujetos participantes fueron integrados tras obtener su consentimiento informado. Se
excluyeron los pacientes con discapacidad cognitiva que dificultó o impidió la comprensión las
preguntas, respuestas y conductas requeridas para el propósito de esta investigación.
El procedimiento, para dar respuesta a nuestras interrogantes, consistió en la recogida de datos
antropométricos, incluyendo los 4 últimos valores de la hemoglobina glicosilada. Los items para
valorar el conocimiento sobre la diabetes a) ¿Cree usted conocer la enfermedad?: Poco.
Bastante. Mucho. b) ¿En el caso de romper con la dieta cuáles de las siguientes conductas son
las que realiza para compensar la ruptura?: Ninguna. Comer menos en la siguiente ingesta.
Realizar más ejercicio. Inyectarse más insulina. c) ¿Realiza usted ejercicio moderado?: Nunca. A
Veces. Cotidianamente. d) ¿Se considera usted eficaz en el manejo de la enfermedad?: Si. No.
Seguidamente, de cara la evaluación de la capacidad de estimación de la glucosa, con fines
procedimentales de la investigación, se le pide al sujeto que realice el reconocimiento de las
señales físicas cumplimentando la escala de síntomas diabéticos SI/CI-2 (tipo de ítems en figura
7), compuesta por 21 ítems (17 síntomas y 4 estados de ánimo), señalando los que percibían en
ese momento y su intensidad, para, posteriormente estimar su NGS, tras ello, se analiza el valor
real de la glicemia con el glucómetro, y se halla la diferencia entre ambos valores. La escala
diseñada para DM1 por Jesús Gil Roales-Nieto del departamento Ciencias de la Salud y
Psicología Clínica de la Universidad de Almería, tiene como objetivo señalar, por parte del
sujeto, la autopercepción de los síntomas físicos de la diabetes en ese momento, la intensidad, y
la toma del NGS indicando las razones de su estimación, antes de realizar su análisis de glucosa
en sangre. Los resultados indican el grado de precisión en la estimación del NGS con el fin de
mostrar los fallos en la correcta discriminación de los síntomas señales de hipoglucemias, la
presencia de falsas creencias sobre síntomas indicativos de hiperglucemias y sobre la ausencia
de síntomas como indicador de normoglucemia; creencias que provocan diferentes y frecuentes
errores en la estimación de los NGS. El uso adecuado de las señales externas se muestra
relacionado con la estimación correcta de los NGS.
"Se pretende buscar las implicaciones que estos resultados pueden tener para el diseño de
procedimientos de intervención psicológica en diabetes en forma de programas de
entrenamiento en discriminación de NGS que tengan en cuenta estos hallazgos".
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Figura 7: Items de la escala SI/CI-2
Fuente: Unidad de Investigación en Psicología y Diabetes. Grupo de
Investigación de Psicología y Salud. Departamento Ciencias de la Salud y
Psicología Clínica. Universidad de Almería
Los instrumentos fueron aplicados por la autora del estudio, de forma individual y heteroadministrada, entre los meses de febrero a julio de 2014.
Diseño: Estudio descriptivo transversal con análisis de casos y controles sobre la muestra de 50
sujetos con el fin de operacionalizar los factores, como propuesta multiaxial: Valores de los
cuatro últimos resultados en la Hb1Ac. Capacidad de predicción del nivel de glucosa en sangre
(diferencia entre la estimación del NGS y el resultado real). Conocimiento del sujeto de la
enfermedad. Reacciones compensatorias tras ruptura de la dieta para la diabetes. La realización
de ejercicio -como variable no relacionada con creencias. Creencia en la autoeficacia.
Análisis de datos: Para el análisis de los datos se recurrió a la utilización de técnicas de
estadística no paramétrica, al objeto de establecer niveles de prevalencia. Las frecuencias y los
datos descriptivos fueron computados usando el software SPSS (prueba U de Mann-Whitney).
Resultados
Se elaboran para cada sujeto individualmente (diseño intrasujeto). Para analizar la relación
entre el nivel de conocimiento que cree tener el sujeto de la enfermedad y su influencia en el
estado glucémico, realizamos una técnica de contraste no paramétrico con la prueba U de
Mann-Whitney, entre la variable agrupada para el factor "Cree que conoce su enfermedad" con
la media de la Hb1Ac de los cuatro últimos años y con el resultado de la diferencia entre el NGS
estimado y el real. Encontrando que la hemoglobina glicosilada fue más alta en el grupo de los
que conocían su enfermedad (62%), aunque la diferencia no fue significativa (0,182) (Tablas 2 y
3); sin embargo, el que creía conocer la enfermedad tuvo una diferencia en la estimación de la
glucosa más pequeña que el que afirmó no conocerla (significativa, p=0,016), es decir, que
discriminan mejor su nivel real de glucosa en un momento determinado.
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Tabla 2: Creencia en el conocimiento de la enfermedad
Cree que conoce la enfermedad
Glucosa
estimada
menos
glucosa real
HbA1c
Conoce poco su
enfermedad
Conoce bastante o
mucho su enfermedad
Total
Conoce poco su
enfermedad
Conoce bastante o
mucho su enfermedad
Total
n
Rango
promedio
Suma
de
rangos
19
30,35
642,50
31
21,02
595,50
19
27,34
614,00
31
24,16
681,00
50
50
Tabla 3: Correlación entre: cree conocer su enfermedad, estimación de glucosa y Hb
1Ac
Glucosa
/Cree que conoce la
estimada
HbA1c
enfermedad
menos glucosa
real
Sig. asintót. (bilateral)
0,016
0,182
El resultado para la hemoglobina glicosilada no fue el esperado, ya que la creencia en el
conocimiento de la enfermedad debe, por argumentación teórica, traducirse como un predictor
de adherencia. Sin embargo, los sujetos que declararon conocer la enfermedad, estimaban mejor
la glucosa que los sujetos que dijeron no conocerla, por lo que se puede inferir, que el
conocimiento, aunque no implica la puesta en marcha de conductas adherentes óptimas, si
repercute de forma real en su enfermedad.
Con el fin, de observar si el nivel de conocimiento terapéutico de los sujetos influye en la
conducta adherente, queremos saber cuál es la conducta compensatoria que realizan tras la
violación de la dieta, y encontramos, que la conducta terapéutica recomendada, que es el
inyectarse más insulina, la cumple el 74,19% del 62% de sujetos que dicen conocer la
enfermedad y un 25,80% de los que creen conocer su enfermedad realizan más ejercicio
(segunda conducta recomendada tras inyectarse más insulina). La reacción terapéutica no
deseada que es comer menos, la llevan a cabo un 57,89% y ninguna conducta el 42,11% de entre
el 38% que dice no conocer la enfermedad (tabla 4).
12
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Tabla 4: Reacciones compensatorias tras
sobreingesta
Reacción
Total
compensatoria
sujetos
Ninguna
8
%
16%
Aumento de
23
insulina
%
46%
Comer menos
11
%
22%
Más ejercicio
8
%
16%
De la observación de ambas tablas, nos encontramos que el número de sujetos que creen
conocer su enfermedad coincide con el número de sujetos que realiza las conductas más
adecuadas ante la violación de la dieta (n=31), un 62% en ambos casos. Por lo que la creencia en
conocer la enfermedad, sí influye en la puesta en práctica de las conductas compensatorias
requeridas.
Para el análisis del factor realización de ejercicio (tablas 5 y 6), como conducta independiente de
creencias cognitivas se cumple o no- se realizó un contraste igual al primer análisis, y
obtenemos una relación significativa entre la realización de ejercicio y los valores de la
hemoglobina glicosilada, como se esperaba; sin embargo, no se relacionó con la estimación de la
glucosa cercana a la real. Es decir, que la práctica de esta medida terapéutica para el manejo de
la diabetes tipo 1, se correspondió con un mejor resultado de hemoglobina glicosilada pero no se
correspondió con la autopercepción del estado glucémico (sig. bilateral de 0.002 vs 0,079
respectivamente).
Tabla 5: Realización de ejercicio y relación con estimación de glucosa y Hb1ac
Rango
n
Suma de rangos
Ejercicio
promedio
SI
41
21,16
793,00
Glucosa.estimada menos
NO
9
31,96
336,00
glucosa real
Total
50
SI
41
21,38
805,00
NO
9
35,90
450,00
HbA1c
Total
50
13
Miramontes MM. 2015; 19:15.
Tabla 6: Estadísticos de contraste para la variable de
agrupación ejercicio
Glucosa estimada
Ejercicio
HbA1c
menos glucosa real
Sig. asintót. (bilateral)
0,079
0,002
La variable realización de ejercicio aparece en un 82% de sujetos, y entre los sujetos que la
realizan, tienen mejor control glucémico a medio plazo -mejor Hb1Ac.
Por último, del análisis del factor creencia de autoeficacia, a través de la prueba de contraste de
U de Mann-Whitney, se obtiene que los que se creían eficaces (44%) tuvieron niveles de
hemoglobina glicosilada significativamente más bajos que los que no se creían eficaces (sig.
bilateral 0,042). Los que se creían eficaces además, obtuvieron una diferencia entre la glucosa
estimada y real menor (sig. bilateral 0,004) de forma muy significativa (Tablas 7, 8, 9,10).
Tabla 7: Tabla de contingencia de creencia en eficacia y resultados de hemoglobina
glicosilada
Rango
n
Suma de rangos
Hb 1Ac
promedio
NO
28
30,23
823,00
Se cree
SI
22
21,12
448,00
eficaz
Total
50
Tabla 8: Estadístico de contraste de autoeficacia y Hb1Ac
Rango
n
Suma de rangos
Hb 1Ac
promedio
NO
28
30,23
823,00
Se cree
SI
22
21,12
448,00
eficaz
Total
50
Tabla 9: Tabla de contingencia de autoeficacia y estimación de glucosa
Rango
n
Suma de rangos
Hb 1Ac
promedio
NO
28
30,23
823,00
Se cree
SI
22
21,12
448,00
eficaz
Total
50
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Tabla 10: Estadístico de contraste de autoeficacia y estimación de
glucosa
Se cree eficaz
Glucosa estimada menos glucosa real
Sig. asintót. (bilateral)
0,004
Conclusiones
La creencia en el conocimiento de la enfermedad obtuvo un resultado para la hemoglobina
glicosilada que no fue el esperado (0,182), ya que esta creencia debe traducirse como un
predictor de adherencia. Sin embargo, los sujetos que declararon conocer la enfermedad,
estimaban mejor la glucosa que los sujetos que dijeron no conocerla (p=0,016), por lo que se
puede inferir que la creencia de conocimiento no implica la puesta en marcha de conductas
adherentes óptimas en el manejo de la enfermedad, según argumentan Gil Roales-Nieto, J.
(2004)(13), Gil Roales-Nieto, J. (2000)(19) y Gil Roales-Nieto, J.,Vílchez Joya, R. (1993)(20). Pero
si es real que la conocen como mantienen teóricos cognitivistas (Schwarzer, R., Fuchs, R.,
1999)(21).
De entre los sujetos que creen conocer su enfermedad, ante uno de los comportamientos claves
tras la violación de la dieta que es la administración de insulina, lo hacen en un 74,19% y la
segunda medida terapéutica recomendada, el ejercicio, lo realiza el un 25,80%. Lo que nos
muestran estos resultados, es que los que creen conocer su enfermedad realizan bien las
conductas terapéuticas compensatorias ante la sobreingesta de carbohidratos. Ningún sujeto
que dice conocer el manejo del proceso endocrino disminuye la siguiente ingesta o deja de
realizar alguna conducta compensatoria. Lo que redunda, en que creer conocer la enfermedad si
es cierto, dada la respuesta conductual, pero no motiva a llevar a cabo toda la higiene
terapéutica, aunque influya en conductas en conductas apropiadas, contradiciendo en parte al
valor que Bandura, A. (1982)(22) otorga a la creencia en conocimiento y su relación con la
autoeficacia.
La práctica de ejercicio regular (un 82% de la población) para el manejo de la diabetes tipo 1, se
correspondió con un mejor resultado de hemoglobina glicosilada, pero no se correspondió con la
autopercepción del estado glucémico (sig. bilateral de 0,079 vs 0,002, respectivamente). El
ejercicio, además de ser una parte esencial de la terapéutica de la diabetes, es de entre todas las
normas, el que está más relacionado con la nueva actitud social de mantenimiento de la salud
para la población en general a través del deporte, por lo que esta actitud social, parece afectar
motivando de forma positiva al paciente diabético, aunque desconozcan la relación de la glucosa
en un momento determinado, y este desconocimiento no influya en una peor Hb1Ac.
Los pacientes que se perciben autoeficaces (44%) lo son, obteniendo niveles de hemoglobina
glicosilada significativamente más bajos que los que no se creían eficaces (sig. bilateral 0,042).
La creencia en autoeficacia, también, correlaciona significativamente con la estimación de su
estado glucémico cercano al real (sig. bilateral 0,004). Este resultado, apoya la teoría de la
Autoeficacia percibida y su efecto en la terapéutica de la enfermedad crónica (7)(11)(21).
Discusión
No queda claro que la mejor percepción del NGS en un momento determinado se relacione con
una mejor Hb1Ac, como se observa en los sujetos que realizan ejercicio regular. Así mismo, los
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sujetos que dicen conocer su enfermedad sí la conocen, ya que estiman bien su glucosa y
realizan las conductas compensatorias pertinentes, pero su valor en la Hb1Ac indica que el
conocimiento no motiva a la óptima adherencia. Los sujetos que se creen autoeficaces los son, ya
que, estiman bien y tienen los menores valores en Hb1Ac, por lo que la percepción de
autoeficacia parece ser función de la retroalimentación positiva que provoca los buenos
resultados en el manejo de la enfermedad, dado que la creencia en conocimiento per se no
influye en la autoeficacia, aunque su creencia si correlaciona con el manejo de su dolencia.
Si la creencia en autoeficacia se corresponde con mejores resultados en la estimación del NGS y
de la Hb1Ac en sujetos con educación diabetológica en autocontrol glucémico refuerza que la
intervención en forma de programas de formación NGS-discriminación, es un objetivo esencial
en la atención diabética, ya que el autocontrol óptimo es posible si la retroalimentación precisa e
inmediata con respecto al NGS está disponible por el reconocimiento debido a que los sujetos a
lo largo del día no acceden a la toma de valores con su glucómetro como medida, los pacientes
diabéticos deben adaptarse a un esquema funcional bioconductual, que ayudaría al sujeto
insulinodependiente a tener un conocimiento del estado de la glicemia, aunque sus síntomas
sean imperceptibles.
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Cite este artículo de la siguiente forma (estilo de Vancouver):
Miramontes MM. La Autoeficacia percibida y su relación con el Autocontrol Glucémico en DM1.
Psicologia.com [Internet]. 2015 [citado 25 Ago 2015];19:15. Disponible en:
http://www.psiquiatria.com/revistas/index.php/psicologiacom/article/view/1694/
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