Actualmente, la conceptualización del síndrome de burnout más ampliamente aceptada es la propuesta por Maslach y Jackson, quienes señalan tres dimensiones constitutivas del mismo, a saber:
1. Cansancio emocional, sentimientos de estar emocionalmente agotado y exhausto debido al trabajo que el sujeto realiza.
2. Despersonalización, caracterizada por un cambio negativo en las actitudes y resp...
Actualmente, la conceptualización del síndrome de burnout más ampliamente aceptada es la propuesta por Maslach y Jackson, quienes señalan tres dimensiones constitutivas del mismo, a saber:
1. Cansancio emocional, sentimientos de estar emocionalmente agotado y exhausto debido al trabajo que el sujeto realiza.
2. Despersonalización, caracterizada por un cambio negativo en las actitudes y respuestas hacia los beneficiarios del propio trabajo, así como por incremento de la irritabilidad de la motivación laboral.
3. Sentimientos negativos de realización personal, que supone respuestas negativas hacia uno mismo y hacia el trabajo, evitación de las relaciones interpersonales y profesionales, baja productividad, incapacidad para soportar la presión y baja autoestima.
Los antecedentes del síndrome se sitúan en el lugar de trabajo en forma de estresores laborales. El síndrome de burnout se concibe como una respuesta de los sujetos al estrés laboral.
El objetivo principal de este trabajo es conocer si existe una relación significativa entre diferentes variables sociodemográficas (edad, sexo, estado civil, tener o no tener hijos y tiempo en su actual puesto de trabajo) y el síndrome de burnout, así como la dirección de dicha relación en el caso de que esta exista. Esperamos que nuestros datos coincidan con los obtenidos en la mayor parte de las investigaciones existentes y no encontrar relaciones significativas en función del estado civil de la persona ni de la presencia o ausencia de hijos y si encontrarlas en el resto de las variables.
Asimismo, queremos determinar las relaciones entre el síndrome de burnout y los diferentes tipo de respuestas ante el estrés (cognitiva, conductual, vegetativa y emocional) que pueden manifestar los sujetos. A la vista de los resultados obtenidos en la literatura (González, 1989), esperamos que los sujetos con unas mayores puntuaciones en las diferentes dimensiones del síndrome de burnout obtengan un mayor número de respuestas al estrés en las diferentes áreas que lo componen.
Participantes
El grupo de individuos participantes en nuestro estudio está compuesto por 30 personas (6 hombres [80%] y 24 mujeres [20%]) profesionales sanitarios, siendo 9 de ellos auxiliares de enfermería y 21 diplomados en enfermería. Las variables sociodemográficas de los sujetos se recogen en las tablas 1 y 2.
Materiales
Para la evaluación del síndrome de burnout se empleo el Maslach Burnout Inventory (MBI) en su adaptación española realizada por Seisdedos. Este cuestionario lo componen 22 ítems que se valoran con una escala tipo Likert con siete niveles, que va desde 0 (nunca) hasta 6 (todos los días). Los 22 ítems se agrupan en tres factores ortogonales considerados como dimensiones del síndrome de burnout.
Para determinar los tipos de respuesta de los sujetos ante las situaciones de estrés empleamos el Inventario de Respuestas de Ansiedad en su versión de 32 ítems (IRE-32). Este instrumento trata de cuantificar las pautas habituales de respuesta ante los factores externos de estrés a través de 32 preguntas que se subdividen en cuatro subescalas: emocional (5 ítems), vegetativa (15), cognitiva (5) y conductual (7).
El software para el tratamiento estadístico de los datos fue el statistical package for social sciense (SPSS) en su versión 7.5.
Diseño y Procedimiento
Se utilizo un diseño cuasiexperimental ex post facto retrospectivo. La variable dependiente sería la presencia o no de un patrón habitual de reacción ante situaciones estresantes evaluada mediante el MBI así como las características de esta respuesta.
de estrés.
Se entregó a los todos los trabajadores de una Unidad de Enfermería un cuadernillo en el que estaban contenidos el MBI, el IRE-32, un pequeño cuestionario para la evaluación de las variables sociodemográficas y una hoja de presentación en la que se indicaba a los sujetos las instrucciones que debían seguir para la correcta cumplimentación. Se les decía, que de manera anónima, se pretendía recoger cuales eran sus sentimientos con respecto a su labor profesional, y a su ambiente de trabajo. No se les hablaba del objeto directo de este estudio, el de la medición y análisis del cansancio profesional, tal y como recomiendan Maslach y Jackson, para no sensibilizar a los encuestados en el tema. El cuadernillo fue entregado directamente por el autor del trabajo a los participantes, resolviendo aquellas dudas que pudiesen aparecer. Los cuadernillos se entregaron en junio del 2000 y durando la recogida de datos hasta agosto de ese mismo año.
Las puntuaciones medias obtenidas por la muestra en las dimensiones del MBI fueron de x [media]=24,00 (Dt [desviación típica]=9,64) en la escala de agotamiento emocional, x=5,82 (Dt=4,74) en la escala de despersonalización, y x=34,26 (Dt=4,70) en la escala de realización personal.
Las puntuaciones de los sujetos en las diferentes dimensiones recogidas en el IRE-32 se muestran en la tabla 3.
Con el fin de determinar las posibles diferencias en los niveles de las dimensiones del MBI en relación a las variables sociodemográficas se realizaron análisis de correlación y diferencias de medias. No se halló ninguna correlación significativa entre las dimensiones del MBI y las variables sexo, estado civil, hijos, situación laboral y tiempo en el puesto de trabajo actual.
La única variable sociodemográfica continua incluida en el estudio fue la edad de los sujetos. Las correlaciones entre esta variable y las dimensiones del MBI no fueron significativas en ningún caso. Los valores r de Pearson fueron r=0,055 para la correlación con el agotamiento emocional; r=-0,030 para la correlación con la despersonalización; y r=-0,116 para la correlación con la realización personal en el trabajo. Estos resultados señalan la ausencia de efectos significativos en las dimensiones del MBI de la edad del sujeto.
Para las variables sociodemográfico de carácter discreto (sexo, estado civil, hijos y profesión) se realizaron además comparaciones de diferencias de medias en las tres dimensiones del MBI. En ningún caso, se obtuvieron resultados significativos.
Las puntuaciones medias obtenidas por la muestra en las dimensiones del IRE-32 fueron las siguientes de x=1,167 (Dt=1,091) para la dimensión cognitiva; x=2,167 (Dt=1,4404) para la dimensión conductual; x=1,233 (Dt=1,2229) para la dimensión emocional; x=4,4333 (Dt=2,5688) para la dimensión vegetativa.
En la tabla 6 aparecen las correlaciones entre las dimensiones del IRE y las dimensiones del MBI. Como podemos observar se encuentran relaciones significativas entre las dimensiones cognitiva y conductual del IRE con la dimensión de cansancio emocional del MBI. La dimensión puntuación total del IRE también correlaciona de manera significativa con esta dimensión del MBI.
A la vista de los datos obtenidos, la relación de las puntuaciones en el MBI con las características sociodemográficas de los sujetos no alcanza la significatividad estadística necesaria para considerar que estas ejercen un efecto modulador sobre el síndrome de burnout.
Tan sólo en el caso del estado civil de los sujetos aparece una correlación significativa con la dimensión cansancio emocional del MBI (aunque, sin embargo, el valor t-test para la diferencia de medias no resultó significativo). Las explicaciones que se han intentado ofrecer para determinar el por qué de estas diferencias señalan que lo que influye en el síndrome de burnout no es el hecho del estado civil sino el apoyo socioemocional recibido por parte de la pareja y la calidad de las relaciones. Hay que tener en cuenta que cada vez más frecuentemente la existencia de una relación de pareja estable no implica el matrimonio, lo que podría explicar tanto la fragilidad de esta correlación como la existencia de algunos estudios que no han obtenido diferencias significativas. Por ello, resultaría necesario modificar la variable estado civil por la de presencia o ausencia de pareja estable en próximas investigaciones.
Respecto a las puntuaciones obtenidas en el IRE-32, tal y como hipotetizamos un mayor nivel de burnout está relacionado con un mayor número de respuestas ante situaciones de estrés. En concreto, la respuestas cognitivas y conductuales así como la puntuación total obtenida en el IRE-32 correlacionan positivamente con la dimensión de cansancio emocional del MBI.
La conclusión más importante que se desprende de este trabajo es que las variables de corte sociodemográfico tienen un efecto modulador muy pequeño sobre el síndrome de burnout. Probablemente variables de tipo motivacional o factores como el ambiente laboral inciden de una manera más directa sobre el estrés laboral asistencial. La repercusión que tiene el síndrome de burnout sobre los profesionales sanitarios es algo que debe ser tenido en consideración ya que es un factor que puede predisponer a un gran deterioro tanto en la atención a los pacientes como en las relaciones laborales y extralaborales de los sujetos. Por todo ello, es necesaria la realización de nuevos estudios enfocados en la comprensión de los mecanismos etiológicos de este síndrome, así como de las variables que lo modulan para de esta forma poder intervenir en su prevención o tratamiento adecuado en el caso de que este problema aparezca, ya que en la medida que se implanten programas adecuados para afrontar el síndrome de burnout y sus consecuencias se conseguirá una mejora sustancial en la calidad de vida laboral de los sujetos así como un aumento de la salud de los profesionales de la enfermería.
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5.Gil-Monte PR, Peiró JM, Valcárcel P. Influencia de las variables de carácter sociodemográfico sobre el síndrome de burnout: Un estudio en una muestra de profesionales de enfermería. Revista de Psicología Social Aplicada 1996;6(2):43-63.
6.González JL. Factores de estrés y enfermedad. Psiquis 1989; 10:11-20.
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8.Maslach C, Jackson S. Maslach Burnout Inventory. Palo Alto, CA: Consulting Psychologists Press, 1986.
9.Seisdedos N. MBI. Inventario de burnout de Maslach. Madrid: TEA, 1997.