Pacientes con la enfermedad de Parkinson lograron una mejora significativa en sus temblores, movilidad y otros síntomas físicos después de someterse a un procedimiento mínimamente invasivo que involucra ultrasonido focalizado, según un nuevo estudio publicado en el ´New England Journal of Medicine´.El ensayo clínico fue dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland (UMSOM, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, e involucró a 94 pacientes con enfermedad de Parkinson que fueron asignados aleatoriamente a someterse a ultrasonido focalizado para la ablación de una región específica en un lado del cerebro o a someterse a un procedimiento simulado.
Casi el 70 por ciento de los pacientes en el grupo de tratamiento fueron considerados respondedores exitosos al tratamiento después de tres meses de seguimiento, en comparación con el 32 por ciento en el grupo de control que tuvo un procedimiento inactivo sin ultrasonido enfocado.
Dos tercios de los que respondieron inicialmente al tratamiento con ultrasonidos focalizados siguieron respondiendo satisfactoriamente al tratamiento un año después.Los pacientes fueron tratados en el Centro Médico de la Universidad de Maryland (UMMC), el hospital académico insignia del Sistema Médico de la Universidad de Maryland, y en otros 15 centros de Norteamérica, Asia y Europa.
"Estos resultados son muy prometedores y ofrecen a los pacientes con enfermedad de Parkinson una nueva forma de terapia para controlar sus síntomas. No hay ninguna incisión involucrada, lo que significa que no hay riesgo de una infección grave o hemorragia cerebral", señala el autor correspondiente del estudio, Howard Eisenberg, Catedrático Raymond K. Thompson de Neurocirugía en la UMSOM y neurocirujano en el UMMC.
Otros tratamientos del Parkinson son la medicación y la estimulación cerebral profunda (ECP) mediante electrodos implantados quirúrgicamente. Los medicamentos pueden provocar movimientos involuntarios y erráticos, denominados discinesia, a medida que se aumentan las dosis para controlar los síntomas.
La ECP, que suele ofrecerse cuando fallan los medicamentos, implica cirugía cerebral para insertar los electrodos a través de dos pequeñas aberturas en el cráneo. La intervención conlleva un pequeño riesgo de efectos secundarios graves, como hemorragia cerebral e infección.
"Nuestro estudio ayudará a médicos y pacientes a tomar una decisión informada cuando consideren esta nueva modalidad de tratamiento para ayudar a controlar mejor los síntomas --señala el coautor del estudio Paul Fishman, Profesor de Neurología de la UMSOM y neurólogo del UMMC--. Pero es importante que los pacientes se den cuenta de que ninguno de los tratamientos actualmente disponibles curará la enfermedad de Parkinson".
El ultrasonido focalizado es un procedimiento sin incisiones, que se realiza sin necesidad de anestesia ni de hospitalización. Los pacientes, que permanecen totalmente alerta, permanecen tumbados en un escáner de resonancia magnética (RM), con un casco transductor. La energía ultrasónica se dirige a través del cráneo al globo pálido, una estructura profunda del cerebro que ayuda a controlar el movimiento voluntario regular.
Las imágenes de resonancia magnética proporcionan a los médicos un mapa de temperatura en tiempo real de la zona que se va a tratar, para localizar con precisión el objetivo y aplicar una temperatura lo suficientemente alta como para extirparlo. Durante el procedimiento, el paciente está despierto y proporciona información, lo que permite a los médicos controlar los efectos inmediatos de la ablación del tejido y realizar los ajustes necesarios.El dispositivo, denominado Exablate Neuro, fue aprobado hace más de un año por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para tratar la enfermedad de Parkinson avanzada en un lado del cerebro.
"El ultrasonido focalizado sólo está aprobado por la FDA para tratar un lado del cerebro en pacientes con enfermedad de Parkinson, por lo que puede ser más apropiado en este momento para pacientes con síntomas predominantemente en un lado", explica el coautor del estudio Vibhor Krishna, profesor de neurocirugía en la Universidad de Carolina del Norte.
Diagnosticada con la enfermedad de Parkinson en 2020, Melanie Carlson, de 41 años y madre de una niña pequeña, descubrió que los medicamentos que tomaba para controlar la enfermedad le provocaban temblores incontrolables. Sus síntomas eran tan graves que dependía de un andador y no podía llevar a su hija al parque. El pasado mes de junio, optó por someterse a una ecografía focalizada en el UMMC tras conocer la aprobación de la FDA.
"La ecografía focalizada fue realmente transformadora. He recuperado muchas de mis habilidades motoras finas. Vuelvo a delinearme los ojos y a ducharme sin caerme --celebra Carlson--.
Sinceramente, me siento como en uno de los mejores años de mi vida. Me siento muy afortunada. Espero que más gente pueda beneficiarse de este procedimiento".
Los pacientes inscritos en la prueba, con Parkinson moderado que no estaban respondiendo bien a los medicamentos, fueron tratados con una sesión de ultrasonido focalizado en el lado de su cerebro que controlaba el lado de su cuerpo donde los síntomas eran más severos.
El estudio fue diseñado como un ensayo cruzado, en el que a 25 pacientes del grupo de control se les ofreció el tratamiento activo tres meses después de su procedimiento simulado; 20 de 25 optaron por someterse al tratamiento de ultrasonido focalizado y experimentaron beneficios similares a los del grupo de tratamiento inicial.
Los del grupo de tratamiento experimentaron una mejora inmediata de al menos tres puntos en una evaluación estándar --que medía los temblores, la capacidad de caminar y la rigidez de piernas y brazos--, frente a una mejora de 0,3 puntos en el grupo de control. También experimentaron alivio de los efectos secundarios de la medicación contra el Parkinson. Fueron evaluados de nuevo a los tres meses y a los 12 meses. Los pacientes continuarán siendo seguidos durante cinco años para evaluar cuánto dura el tratamiento y la progresión de la enfermedad.
Los eventos adversos del procedimiento incluyeron dolor de cabeza, mareos y náuseas que se resolvieron uno o dos días después del tratamiento. Algunos pacientes experimentaron efectos secundarios leves del tratamiento con ultrasonidos focalizados, como dificultad para hablar, problemas para caminar y pérdida del gusto. Estos efectos secundarios suelen desaparecer en las primeras semanas.
El doctor Eisenberg y sus colegas están llevando a cabo un ensayo clínico para probar el dispositivo en ambos lados del cerebro, administrando tratamientos de ultrasonidos focalizados en dos sesiones, con un intervalo de seis meses. "Hasta ahora hemos obtenido resultados prometedores", afirma.
"Estamos al borde de la frontera con el ultrasonido focalizado, ya que la investigación en curso evalúa el procedimiento en diferentes áreas cerebrales afectadas por el Parkinson, como el núcleo subtalámico, que controla la regulación del movimiento", destaca el decano de la UMSOM, Mark T. Gladwin--. Los investigadores también están estudiando cómo el ultrasonido enfocado podría ser utilizado para abrir temporalmente la barrera hematoencefálica para ayudar a que los tratamientos experimentales contra el Parkinson, como la inmunoterapia, lleguen al cerebro más fácilmente.