Normalmente las personas que beben con asiduidad se despiertan de mal humor, con dolor de cabeza, con sentimientos de arrepentimiento, ira, vergüenza, rabia o decepción. No querían beber pero lo han vuelto a hacer y han recaído. Quizás es el momento de volver a ser la persona que un día fue, de recuperar aquello que de verdad le importa y ser uno mismo sin necesidad de beber.
Existen una serie de pautas que pueden ayudar al paciente con problemas de alcohol para identificar si es el momento idóneo para dejar de beber:
-Si considera que tiene problemas de bebida puede hacer este test como primer paso.
-Preguntarse si ha ocurrido algo en concreto para plantearse si es ahora el momento para dejar de beber: violencia, deterioro físico apreciable, lagunas mentales, etc.
-No encontrarse bien físicamente, si no cuando está bebiendo o después de beber. Beber demasiado puede provocar que la apariencia y el aspecto físico cambien con el tiempo.
-Si el paciente nota que tiene menos capacidad de memoria, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, e incluso pérdida de autocontrol.
-El paciente se repite a sí mismo con frecuencia que tiene la situación controlada, que sabe lo que hace, que bebe con cabeza y que no es como el resto.
-Si ha tenido algún problema legal: problemas con la autoridad, peleas, retirada del carné de conducir por conducir ebrio...
-Si el paciente nota algunos efectos que se derivan del consumo de alcohol: en el corazón provoca aumento de la actividad cardíaca y aceleración del pulso. Además, cuando el alcohol llega a la sangre se da una disminución de los azúcares, lo que provoca debilidad y agotamiento físico.
¿Cómo afecta el alcohol física y psicológicamente?
El alcohol, además, tiene una serie de efectos en el cuerpo y en la mente:
-El consumo de alcohol no es el estado natural del cuerpo. Tanto la percepción del exterior como la forma de relacionarse con el entorno se ven alterados, con cambios en la autoestima y subidas y bajadas emocionales.
-A nivel cerebral y neuronal se producen pérdidas de memoria y lagunas cuando se bebe, por lo que el paciente no recuerda qué ocurrió cuando estaba ebrio.
-A nivel sexual, en los hombres se produce impotencia o disfunción eréctil. En la mujer hay normalmente desajustes en el ciclo menstrual, con problemas derivados en el sistema hormonal que, a su vez, pueden desembocar en ansiedad o depresión.
-Trastornos del sueño e insomnio.
Cómo afecta la adicción al alcohol a la vida social y familiar
Normalmente muchas personas con adicción al alcohol tienen un sentimiento muy fuerte de vergüenza. De ahí que sea posible que el paciente sienta la necesidad de beber a escondidas de la familia o los amigos para no dar explicaciones, no tener que soportar “broncas” o para que no vean que bebe más que el resto. Por otra parte, puede que el hecho que haga al paciente empezar a plantearse que tiene que dejar de beber es que algún familiar o amigo le haya advertido de que su carácter ha cambiado: “antes eras una persona extrovertida, divertida, paciente... y tu carácter se está haciendo más irascible, tienes menos paciencia, no toleras las críticas, pierdes los nervios...”.
Si el paciente vive con la familia o la pareja, es posible que las discusiones sean cada vez mayores. La persona con problemas con el alcohol es menos paciente y tolerante con los estímulos exteriores, reacciona de forma hostil a situaciones corrientes... En general, hay más riesgo de tener una actitud violenta cuando se consume alcohol.
Además, las personas con adicción al alcohol sienten la necesidad de consumir alcohol para socializar y entablar relaciones, por lo que su consumo es la excusa para encontrarse con amigos, generando una dependencia para relacionarse con el exterior.
No hay que olvidar que el alcohol también afecta en el trabajo: como el cerebro tiene una respuesta más lenta, cuesta más concentrarse y, por lo tanto, tomar decisiones. A esto se une la falta de descanso, la peor recuperación física tras las resacas, el poco rendimiento, llegar tarde, perder el compromiso... Todo esto influye en la relación con compañeros y superiores, que se resiente, y puede hacer que la persona termine incluso despedida.
¿Qué etapas comprende la decisión de “dejar de beber”?
Tomar la decisión es un proceso que llevará varias etapas:
-Estar preparado para dejar de beber.
-Hacerse un listado con las ventajas y desventajas de dejar de beber.
-Establecer pequeños cambios como, por ejemplo, pensar en cómo afrontar sin beber una situación donde normalmente lo haría.
-Permitir que los demás le ayuden: familia, amigos, compañeros de trabajo...
-Buscar ayuda profesional. Los especialistas en Psicología ayudarán al paciente a aprender cómo afecta el consumo excesivo de alcohol en su cuerpo, así como sus efectos. También le enseñarán a aprender a mantenerse alejado del alcohol y a compartir sus vivencias con personas en su misma situación para recuperarse física y mentalmente, así como volver a coger el rumbo de su vida.
Cambios en los hábitos y estilo de vida que pueden ayudar a superar la adicción al alcohol
Cuando un paciente toma la decisión de dejar de beber y recuperar el rumbo de su vida puede llevar a cabo una serie de cambios que pueden ayudarle:
-Evitar ciertas personas con quienes normalmente bebe y lugares donde pueda consumir alcohol.
-Hacer planes donde el alcohol no sea estrictamente necesario.
-Mantener el hogar libre de alcohol.
-Seguir determinados pasos cuando aprecie que tiene ganas de beber: identificar esa necesidad y tener unas pautas a seguir para no consumir.
-Acudir a grupos de ayuda donde compartir experiencias y ver que no está solo.