La tercera jornada del XI Simposio Internacional de Epilepsia organizado por la Fundación Cerebro y Salud del Centro de Neurología Avanzada del (CAN) ha arrancado con un programa coordinado por el presidente de esta fundación y organizador del simposio internacional, Juan R. Uranga quien ha presentado seis mesas de debate en torno a la importancia de la creación de redes de investigación clínica y la integración asistencial, como claves para el abordaje de la epilepsia en niños.
Una mañana en la que se ha expuesto 'las mejores experiencias con nuevos fármacos en niños' y que se ha inaugurado con la doctora Bárbara Blanco y su ponencia 'tratamiento a llevar a cabo cuando se falla en la primera monoterapia' en niños.
En este sentido, Blanco ha presentado un estudio llevado a cabo en pacientes libres de crisis, retirados y respondedores. En cuanto a sus resultados, la doctora ha comentado que "no hemos encontrado muchas relaciones entre la velocidad de ascenso de la dosis y la retención del tratamiento", si bien el 70% de los mismos han obtenido una "buena respuesta".
En este marco, el neuropediatra del Centro de Neurología Avanzada(CAN), Adrián García Ron, ha hecho hincapié en la importancia de la "medicina de precisión que se consigue ajustando los tratamientos a las características propias de cada paciente".
"Realizar diagnósticos precisos, precoces y medidos" específicamente para cada paciente en materia de epilepsia infantil, epilepsia refractaria, síndrome de Rasmussen y esclerosis tuberosa, entre otros, es el camino a seguir para conseguir los mejores resultados en los tratamientos.
Por ello, según García Ron, es fundamental definir de forma específica cada tratamiento "huyendo del abordaje tradicional para pasar a un modelo proactivo e individualizado de cada persona atendiendo a las circunstancias propias de cada niño".
Otro de los factores determinantes para García Ron es "respetar el desarrollo neurocognitivo del niño, ya que es beneficioso para el rendimiento escolar y su progresión para la edad adulta" y por ello de forma paralela aconseja "abordar la importancia de mejorar la función neurocognitiva del paciente pediátricos que sufre epilepsia a la vez que se tratan las crisis".De ahí se desprende la conveniencia de evaluar las funciones cognitivas de niños con ciertos tipos de epilepsia y analizar los datos obtenidos para ajustar el tratamiento individualizado para cada paciente.
En su turno, el doctor Juan Carlos Rescéndiz ha incidido en "lo determintante" del diagnótico precoz a edades más tempranas e igualmente ha enfatizado en que este sea "independientemente de si se tiene autismo o no". Así, el experto ha expuesto que "un diagnóstico rápido es el mejor pronóstico", ya que, según ha explicado, "el tiempo es oro, y más aún en la epilepsia".
Por su parte, la doctora Verónica Cantarín ha intervenido para tratar la encefalitis de Rasmussen, una enfermedad que "no se sabe exactamente cuándo se va a tener" y cuya actuación puede depender en gran medida de "la predisposición genética del paciente". En este sentido, Cantarín ha remarcado que "se debe tener cuidado con las epilepsias refractarias y hacer una valoración quirúrgica lo antes posibles, ya que tiempo es cerebro en Rasmussen".
Por otro lado, durante las intervenciones que se llevaron a cabo durante la tarde, se trataron temas como los tiempos a tener en cuenta en la realización de cirugías en niños, por qué utilizar o no determinados fármacos, las novedades terapéuticas en epilepsia refractaria y esclerosis tuberosa y la importancia de la cirugía y el diagnóstico precoz en la epilepsia. Todo ello está ligado a la idea principal de "la importancia de los tiempos, la precisión y la proactividad en el tratamiento de los pacientes".
Este XI simposio internacional de epilepsia y cirugía de epilepsia se ha desarrollado en el hotel Giralda Center de la capital y concluyó el sábado 4 de febrero con un curso satélite dedicado a la Neurotauromaquia, en el que se trataron cuestiones relacionadas con las bases cerebrales del toreo, como el pellizco o la gestión del miedo, y con el estrés, el dolor y la visión del propio toro de lidia a la que acudirán toreros, veterinarios y profesionales relacionados con el mundo taurino.