Las glicoproteínas en la membrana de los eritrocitos varían entre individuos, formando los grupos sanguíneos A, B y 0. La sangre del grupo 0 es universalmente compatible, ya que su estructura no provoca rechazo en otros grupos, siendo muy valorada para emergencias cuando no se puede determinar el tipo de sangre del receptor.
Actualmente, la disponibilidad de este tipo de sangre depende exclusivamente de las donaciones voluntarias y a menudo es escasa. Por ello, se exploran alternativas para obtener este recurso vital.
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Recientemente, en la revista Nature Microbiology, un equipo de la Universidad Técnica de Dinamarca sugiere una forma innovadora de producir sangre compatible: mediante el uso de bacterias. Específicamente, se utilizan enzimas de la bacteria Akkermansia muciniphila, que se encuentra en el intestino humano.
Esta bacteria tiene la capacidad de degradar estructuras en el moco intestinal similares a las de la superficie de los glóbulos rojos. Basándose en esto, los investigadores descubrieron que ciertas enzimas de esta bacteria pueden transformar glóbulos rojos de los grupos A y B en hematíes del grupo 0 en laboratorio.
El equipo realizó pruebas para verificar si las células sanguíneas transformadas causaban reacciones de rechazo y evaluaron su seguridad, especialmente en células del grupo B, aunque no todos los resultados fueron positivos.
Este estudio es considerado preliminar. Los investigadores proponen que estos hallazgos podrían ayudar a aumentar los stocks de sangre universalmente compatible, aunque enfatizan que se requiere más investigación para perfeccionar las técnicas de conversión, especialmente para el grupo A.
Cristina Arbona, portavoz de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), comentó que la investigación es prometedora, pero aún está en fases muy iniciales.
