En los últimos años, ha crecido el interés por comprender los mecanismos subyacentes que explican por qué y cómo funcionan ciertos enfoques terapéuticos. Este enfoque va más allá de solo observar los resultados clínicos y se centra en los procesos psicológicos que facilitan dichos cambios.
En este contexto, la terapia cognitiva...
En los últimos años, ha crecido el interés por comprender los mecanismos subyacentes que explican por qué y cómo funcionan ciertos enfoques terapéuticos. Este enfoque va más allá de solo observar los resultados clínicos y se centra en los procesos psicológicos que facilitan dichos cambios.
En este contexto, la terapia cognitiva basada en la atención plena (Mindfulness-Based Cognitive Therapy, MBCT) ha ganado popularidad como una intervención efectiva para diversos trastornos, incluidos los trastornos alimentarios. Este estudio busca explorar si la MBCT puede mejorar la capacidad de los pacientes para tener una experiencia directa y consciente, en comparación con una intervención de control.
El estudio involucró a 72 mujeres diagnosticadas con trastornos alimentarios, quienes fueron asignadas al azar a uno de dos grupos: el grupo de intervención, que recibió MBCT, y el grupo de control, que recibió un tratamiento alternativo. La atención plena, núcleo de la MBCT, se centra en desarrollar una mayor conciencia del presente y fomentar una relación más directa y no evaluativa con las experiencias, lo que podría ser particularmente útil para las personas con trastornos alimentarios, quienes a menudo tienden a tener una relación problemática con la comida.
Para evaluar el impacto de la MBCT en la experiencia directa, antes y después de la intervención se pidió a las participantes que comieran una rodaja de naranja y luego escribieran sus pensamientos sobre la experiencia de comerla. Este ejercicio tenía como objetivo medir hasta qué punto las participantes estaban enfocadas en la experiencia inmediata de comer (una experiencia directa o experiencial) o si sus pensamientos eran más analíticos y evaluativos (es decir, centrados en juicios o preocupaciones abstractas). A continuación, las experiencias reportadas fueron clasificadas como experienciales o analíticas.
Los resultados mostraron que, en comparación con el grupo de control, las mujeres que participaron en la MBCT mostraron un aumento estadísticamente significativo en la capacidad para tener una experiencia directa y consciente durante el acto de comer.
Este hallazgo sugiere que la MBCT puede ayudar a reducir la tendencia a un enfoque analítico o distorsionado hacia la comida y fomentar una mayor conexión con las sensaciones corporales y el presente. Esta capacidad de estar más presente podría contribuir a una mejora general en la relación con la comida y una disminución de los síntomas de los trastornos alimentarios.
En conclusión, este estudio ofrece evidencia preliminar de que la MBCT puede ser una intervención útil para mejorar la experiencia directa y consciente en personas con trastornos alimentarios. La intervención no solo tiene el potencial de modificar los patrones de pensamiento negativos, sino que también promueve una mayor conexión con las experiencias sensoriales inmediatas, lo cual es un componente clave en la recuperación de estos trastornos.
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