La soledad se reconoce como un factor que predispone y mantiene el consumo de alcohol. Diversos estudios han vinculado la soledad con el consumo diario de alcohol y un mayor riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de alcohol (TCA).
Sin embargo, las definiciones y mediciones tanto de la soledad como del consumo de alcohol han variado considerablemente, lo que dificulta una comprensió...
La soledad se reconoce como un factor que predispone y mantiene el consumo de alcohol. Diversos estudios han vinculado la soledad con el consumo diario de alcohol y un mayor riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de alcohol (TCA).
Sin embargo, las definiciones y mediciones tanto de la soledad como del consumo de alcohol han variado considerablemente, lo que dificulta una comprensión precisa de esta relación.
Métodos
Este estudio adoptó un enfoque multidimensional de la soledad, diferenciando entre subtipos emocionales y sociales, para analizar las relaciones prospectivas diarias entre la soledad y el consumo de alcohol en individuos con TCA que no estaban buscando tratamiento.
Un total de 60 participantes proporcionaron informes sobre su nivel de soledad actual y consumo de alcohol dos veces al día durante 14 días. Las puntuaciones de soledad emocional y social se desglosaron en predictores intra e interpersonales.
Posteriormente, se aplicó un modelo de obstáculos multinivel para estimar la probabilidad de consumo de alcohol (mediante análisis logísticos) y la cantidad consumida (utilizando un modelo binomial negativo truncado a cero) como resultados separados.
Resultados
Los análisis revelaron diferencias significativas en función del tipo de soledad experimentada. La soledad emocional (dentro de la persona) se asoció con un aumento tanto en la probabilidad de consumo de alcohol (OR = 1. 05, 95% BCI [1. 01, 1. 10]) como en la cantidad consumida (IRR = 1. 05, 95% BCI [1. 02, 1. 09]).
Por otro lado, la soledad social (dentro de la persona) se asoció con una disminución en la probabilidad de consumo de alcohol (OR = 0. 94, 95% BCI [0. 89, 0. 99]) y en la cantidad consumida (IRR = 0. 96, 95% BCI [0. 93, 0. 99]). No se encontraron asociaciones significativas entre las puntuaciones de soledad interpersonales y el consumo de alcohol.
Conclusiones
Los resultados indican que los diferentes subtipos de soledad tienen efectos opuestos sobre el consumo de alcohol. La soledad emocional parece ser una forma más grave de soledad, que se superpone con otros estados afectivos negativos y puede desencadenar una respuesta de afrontamiento a través del consumo de alcohol.
En cambio, la soledad social, aunque también puede ser angustiante, podría aliviarse mediante estrategias de afrontamiento más adaptativas, como la interacción social o el aislamiento, lo que podría explicar su asociación con una reducción en el consumo de alcohol.
Estos hallazgos subrayan la importancia de diferenciar entre los subtipos de soledad al evaluar su relación con el consumo de alcohol. Además, tienen implicaciones clínicas, ya que sugieren que las intervenciones dirigidas a personas con TCA podrían beneficiarse al abordar específicamente la soledad emocional como un factor de riesgo para el consumo de alcohol.
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