Un estudio longitudinal realizado en Suecia ha revelado que los pacientes con niveles elevados de glucosa y triglicéridos en sangre, así como aquellos con niveles bajos de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), son más propensos a desarrollar depresión, trastornos de ansiedad o trastornos relacionados con el estrés dos décadas más tarde. Este hallazgo aporta evidencia adicional sobre la conexión entre la desregulación metabólica y el surgimiento de trastornos psiquiátricos más tarde en la vida, subrayando la importancia de una vigilancia más intensiva de los pacientes con estas características metabólicas para prevenir y diagnosticar tempranamente estos trastornos.
La desregulación metabólica, especialmente asociada al aumento de la barrera hematoencefálica y a la inflamación cerebral crónica, ha sido cada vez más estudiada como un factor contribuyente al desarrollo de trastornos psiquiátricos.
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Varios metabolitos se han propuesto como marcadores candidatos para identificar el riesgo de desarrollar depresión, ansiedad y trastornos relacionados con el estrés, aunque los resultados de las investigaciones han sido heterogéneos y, hasta ahora, no se han establecido asociaciones claras.
En este contexto, un equipo internacional ha profundizado en los datos longitudinales de una amplia cohorte sueca para examinar con más detalle la relación entre ciertos biomarcadores metabólicos y el riesgo posterior de desarrollar trastornos psiquiátricos. Estos esfuerzos no solo buscan aclarar las conexiones entre la salud metabólica y la salud mental, sino también ofrecer posibles vías para intervenciones preventivas que puedan mitigar el impacto de estas afecciones en la población.
Este estudio longitudinal de cohortes involucró a 211,200 participantes y se basó en los datos del estudio AMORIS (Apolipoprotein-Related Mortality Risk), que recopiló medidas de glucosa, lípidos y apolipoproteínas en sangre entre 1985 y 1996 a través de la medicina del trabajo. El objetivo fue investigar la relación entre estos biomarcadores metabólicos y la aparición posterior de depresión, ansiedad o trastornos relacionados con el estrés—incluyendo trastorno por estrés postraumático, trastorno por estrés agudo y trastornos de adaptación—hasta el año 2020.
Cuando se tomaron las primeras muestras de sangre en 1985, la edad promedio de los participantes era de 42 años. La composición demográfica incluía un predominio de hombres (58%), y la mayoría (89%) eran de origen sueco.
A lo largo de un periodo de seguimiento medio de 21 años (con una desviación estándar de 6,7 años), 16,256 participantes fueron diagnosticados con trastornos relacionados con la depresión, la ansiedad o el estrés. Esto representa una tasa de incidencia de 36.4 por 10,000 personas-año. La edad promedio al momento del diagnóstico de los trastornos psiquiátricos fue de 60.5 años, lo que muestra un intervalo de tiempo medio de 18.5 años desde la medición inicial hasta el diagnóstico de trastorno psiquiátrico.
Estos hallazgos apuntan a la posibilidad de que alteraciones metabólicas tempranas puedan estar relacionadas con el desarrollo futuro de condiciones psiquiátricas, sugiriendo la necesidad de intervenciones preventivas y monitoreo continuo en individuos con desregulación metabólica para mitigar el riesgo de desarrollo de trastornos mentales. Esta investigación subraya la importancia de un enfoque interdisciplinario que vincule la metabolómica y la psiquiatría para un manejo más efectivo de la salud mental a largo plazo.
El estudio longitudinal sueco ha proporcionado resultados significativos sobre la relación entre los biomarcadores metabólicos y el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos a lo largo del tiempo. Se encontró que, en comparación con los niveles normales, los niveles elevados de glucosa y triglicéridos están asociados con un aumento del riesgo del 30 % y del 15 %, respectivamente, de desarrollar trastornos psiquiátricos como depresión, ansiedad o trastornos relacionados con el estrés 20 años más tarde. Estos hallazgos están representados por las razones de riesgo (HR) de 1,30 (1,20-1,14) para la glucosa y 1,15 (1,10-1,20) para los triglicéridos.
Por otro lado, niveles elevados de colesterol HDL se asociaron con una reducción del 12 % en el riesgo de todos estos trastornos psiquiátricos (HR 0,88 [0,80-0,97]). Este efecto protector del HDL destaca la compleja relación entre los perfiles metabólicos y la salud mental.
Además, un estudio de casos y controles anidado dentro de este estudio de cohortes reveló que los pacientes diagnosticados con estos trastornos psiquiátricos, especialmente depresión, presentaban niveles elevados de glucosa, triglicéridos y colesterol total en la sangre durante los 20 años anteriores al diagnóstico. Estos individuos también mostraban niveles elevados de apolipoproteína A1 y B en la década anterior al diagnóstico de trastornos psiquiátricos.
Estos hallazgos sugieren que la desregulación metabólica puede desempeñar un papel en el desarrollo de trastornos mentales y subrayan la importancia de una vigilancia metabólica como parte de las estrategias de prevención en salud mental. Este estudio también destaca la necesidad de futuras investigaciones que profundicen en cómo estos biomarcadores pueden ser utilizados para predecir y quizás mitigar el riesgo de trastornos psiquiátricos a largo plazo.
