Un estudio clínico llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Georgetown (Estados Unidos) ha descubierto que, en el caso de los niños que sufrieron un accidente cerebrovascular importante en el hemisferio izquierdo de su cerebro a los pocos días de su nacimiento, su cerebro era lo suficientemente "plástico" como para que el hemisferio derecho adquiriera las habilidades lingüísticas que normalmente maneja el lado izquierdo, manteniendo también sus propias habilidades lingüísticas, según publican en la revista 'PNAS'.
El hemisferio izquierdo del cerebro se encarga normalmente de procesar las frases (entender las palabras y las frases al escuchar el discurso) y el hemisferio derecho, de procesar la emoción de la voz, es decir, si está alegre o triste, enfadado o tranquilo. Este estudio pretendía responder a la pregunta de qué ocurre cuando uno de los hemisferios se lesiona al nacer.
Los participantes en este estudio se desarrollaron normalmente durante el embarazo pero alrededor del nacimiento sufrieron un derrame cerebral importante, que tendría resultados debilitantes en los adultos. En los bebés, el ictus es mucho más raro, pero ocurre aproximadamente en uno de cada 4.000 nacimientos.
Los investigadores estudiaron el ictus isquémico arterial perinatal, un tipo de lesión cerebral que se produce en torno al momento del nacimiento y en el que el flujo sanguíneo se interrumpe en una parte del cerebro por un coágulo de sangre. Este mismo tipo de ictus es mucho más frecuente en los adultos.
Los estudios anteriores sobre lesiones cerebrales en bebés han incluido varios tipos de lesiones cerebrales, pero el hecho de centrarse en este estudio en un tipo específico de lesión permitió a los autores encontrar efectos más consistentes que en trabajos anteriores.
"Nuestra conclusión más importante es que la plasticidad en el cerebro, concretamente la capacidad de reorganizar el lenguaje hacia el lado opuesto del cerebro, es definitivamente posible en las primeras etapas de la vida", señala la doctora Elissa Newport, directora del Centro de Plasticidad y Recuperación Cerebral del Centro Médico de Georgetown, profesora de los departamentos de Neurología y Medicina de Rehabilitación y primera autora de este estudio.
"Sin embargo, esta plasticidad temprana para el lenguaje se limita a una región del cerebro --prosigue--. El cerebro no es capaz de reorganizar las funciones lesionadas en cualquier lugar, ya que una reorganización más drástica no es posible ni siquiera en los primeros años de vida. Esto nos da una gran idea de las regiones en las que podríamos centrarnos para lograr posibles avances en el desarrollo de técnicas de recuperación también en adultos", apunta.
Los investigadores reclutaron a personas de todo Estados Unidos que habían sufrido accidentes cerebrovasculares de tamaño medio o grande en la región del córtex del hemisferio izquierdo en el momento de su nacimiento.
Para evaluar los resultados a largo plazo de sus capacidades lingüísticas, se sometió a los participantes a pruebas de lenguaje entre los 9 y los 26 años de edad y se les comparó con sus hermanos sanos de edad cercana. También se les sometió a una resonancia magnética para revelar qué áreas cerebrales estaban implicadas en la comprensión de las frases.
Tanto los participantes como sus hermanos sanos completaron las tareas lingüísticas casi a la perfección. La principal diferencia era que los participantes con ictus procesaban las frases en el lado derecho del cerebro, mientras que sus hermanos lo hacían en el lado izquierdo.
Los participantes con apoplejía mostraron un patrón muy consistente de activación del lenguaje en el hemisferio derecho, independientemente de la extensión o la ubicación del daño causado por la apoplejía en el hemisferio izquierdo. Sólo uno de los 15 participantes, que tuvo el ictus más pequeño, no mostró una clara activación dominante en el hemisferio derecho.
"También es notable que muchos años después de sus accidentes cerebrovasculares nuestros participantes son todos adultos de alto funcionamiento. Algunos son estudiantes de honor y otros están trabajando o han obtenido sus títulos de máster --señala Newport--. Sus logros son notables, sobre todo porque a algunos de sus padres se les dijo al nacer que sus accidentes cerebrovasculares producirían discapacidades de por vida".
En futuros estudios, los investigadores esperan comprender mejor por qué el hemisferio izquierdo se convierte habitualmente en dominante en los cerebros sanos, pero pierde sistemáticamente ante el hemisferio derecho cuando se produce un derrame cerebral significativo en el hemisferio izquierdo.
Otra cuestión de especial interés, y de importancia clínica, es por qué el lenguaje del hemisferio izquierdo puede reorganizarse con éxito en favor del hemisferio derecho si las lesiones se producen muy pronto en la vida, pero no más tarde.
Las investigaciones sobre la recuperación de los accidentes cerebrovasculares y el procesamiento de las frases en los adultos sugieren que la plasticidad se reduce con la edad, algo que Newport espera estudiar ya que podría ser de gran beneficio, y potencialmente de interés terapéutico, para los supervivientes de accidentes cerebrovasculares en la edad adulta.