El suicidio es uno de los comportamientos humanos más devastadores y desconcertantes. Mientras que la tasa de mortalidad por muchas de las principales causas de muerte (p. Ej., Tuberculosis, neumonía e influenza) ha disminuido en el último siglo, la tasa de suicidio es prácticamente idéntica a la de hace 100 años.
Nuestra falta de progreso en la prevenci&...
El suicidio es uno de los comportamientos humanos más devastadores y desconcertantes. Mientras que la tasa de mortalidad por muchas de las principales causas de muerte (p. Ej., Tuberculosis, neumonía e influenza) ha disminuido en el último siglo, la tasa de suicidio es prácticamente idéntica a la de hace 100 años.
Nuestra falta de progreso en la prevención del suicidio es en gran parte debido a nuestra limitada comprensión de este problema. Los pensamientos y comportamientos suicidas (STB) rara vez se producen en un laboratorio de investigación en el que se pueden analizar cuidadosamente, y no hemos tenido la tecnología para estudiarlos in situ. Como resultado, carecemos de una comprensión firme de las propiedades fundamentales de los STB, y cuándo, por qué y entre quiénes se desarrollan.
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