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Construccionismo y constructivismo: una revisión bibliográfica de revistas, tesis y libros españoles.

  • Autor/autores: Fernando Rubén García Hernández

    ,Artículo,Psicología,


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Artículo | Fecha de publicación: 04/03/2001
Artículo revisado por nuestra redacción

Construir: V.Tr.(lat. construere). Hacer, con los elementos necesarios y siguiendo un plan, una máquina, una casa, un navío / Gram. Ordenar y enlazar debídamente las palabras en la oración o frase para la expresión del pensamiento. INTRODUCCIÓNPROPÓSITO Y ORGANIZACIÓN DEL ARTÍCULO El propósito del presente artículo es revisar y sistematizar lo escrito en castellano --desde finales de...



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Construir: V.Tr.(lat. construere). Hacer, con los elementos necesarios y siguiendo un plan, una máquina, una casa, un navío / Gram. Ordenar y enlazar debídamente las palabras en la oración o frase para la expresión del pensamiento.

INTRODUCCIÓN

PROPÓSITO Y ORGANIZACIÓN DEL ARTÍCULO



El propósito del presente artículo es revisar y sistematizar lo escrito en castellano --desde finales de la década de los ochenta a la actualidad-- sobre el Construccionismo-Constructivismo. Para ello, hemos realizado un muestreo en las siguientes bases de datos:



· TESEO: Base de Datos de Tesis Doctorales realizadas en España, sita en la página web del Ministerio de Educación y Ciencia.

· ISBN: Base de Datos de Libros editados en España, también accesible en la web del MEC (http://www.mec.es/)

· PSICODOC: Base de Datos del Colegio Oficial de Psicólogos de España, de artículos, manuales y textos varios sobre Psicología, editadas en revistas de Psicología de idioma castellano.



Los tópicos de búsqueda bibliográfica en los que se ha indagado han sido: “Construccionismo”, “Constructivismo”, “Construcción Social”, y “Construcción de la Personalidad”.



Antes de empezar la revisión, haremos una aclaración conceptual sobre las posibles diferencias entre Construccionismo y Constructivismo, y la relación de ambos con el movimiento constructivo artístico de principios del siglo XX.



CONSTRUCCIONISMO Y CONSTRUCTIVISMO: DOS TÉRMINOS PARA UN MISMO CONCEPTO.



Al abordar las investigaciones realizadas sobre Construccionismo-Constructivismo en Pedagogía, Psicología y el resto de Ciencias Sociales, hay que empezar diferenciando dos acepciones del término, casi siempre relacionadas pero en parte independientes:



· Desde la Pedagogía, Psicología de la Educación, y Evolutiva, se ha denominado Constructivismo al conjunto de teorizaciones comenzadas por Jean Piaget. Estas conceptualizaciones consideran el Desarrollo Intelectual del sujeto como un proceso cognitivo de creación y descubrimiento por éste de significados, gracias a la acción que el sujeto hace sobre el mundo, y el mundo social sobre el sujeto (Acomodación y Asimilación). Podríamos hablar de una versión del Construccionismo Social aplicado a la Pedagogía y Psicología Evolutiva.

· Desde la Psicoterapia, la Psicología de la Intervención, y la Psicología Social Aplicada, se ha considerado que el Constructivismo se refería al modo en que el sujeto (adulto y en estado de conflicto) [A] comprende el mundo social en el que se haya inmerso y [B] actúa en y sobre él. Ese mundo social tiende a circunscribirse --por ejemplo en la Terapia Sistemíca-- al ámbito de la pareja o grupos sociales nucleares. El énfasis de estudio se realiza --más que sobre los procesos cognitivos-- sobre las prácticas discursivas y narrativas que se supone crea y utiliza --en la interacción social-- el sujeto para entender su Realidad, construirla y transformarla. Estaríamos hablando de un Construccionismo aplicado al ámbito clínico y de intervención social, una intervención social que en el campo psicoterapeutico suele ser en la mayoría de los casos sistémica.



En ambos casos, hablar de Constructivismo es hablar de Construccionismo (Burr,1995). Sin embargo, en la literatura científica pedagógica se utiliza preferentemente más el término Constructivismo que Construccionismo, mientras el vocablo Construccionismo es usado más en los ámbitos psico-terapeutico, psico-sociales y sociológicos, estando --además-- éste último término vinculado a la explicación post-moderna de la Realidad.



Intentaremos utilizar ambos términos indistíntamente, recalcando cuando fuera necesario desde que punto de vista se utilizan dichos términos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, y debido a su mayor amplitud teórica, utilizaremos el término Construccionismo.





ANTECEDENTES ARTÍSTICOS Y FILOSÓFICOS DEL CONSTRUCTIVISMO.



Dos antecedentes podemos encontrar al actual movimiento socio-cognitivo construccionista. Serían el Constructivismo artístico soviético, y el Constructivismo filosófico (El-Lissitzky, 1973; Torres García, 1984, Gran Enciclopedia Larousse,1991).



El Constructivismo Ruso se ha definido comúnmente como aquel movimiento artístico del periodo entreguerras (1920-1940) que pretendió aunar la práctica marxista con el funcionalismo más radical. Estrechamente ligado a la Filosofía Materialista marxista basada en la preeminencia absoluta de la praxis, el Constructivismo soviético supone que el artista tiene que ser un ingeniero-productor con la función social de contribuir a la transformación del mundo. Este constructivismo rechaza la emoción, la estética y lo ornamental en beneficio de la línea desnuda, unas formas (continente) que se subordinen a la función (contenido) de la obra ; igualmente, su vertiente literaria es extremadamente sensible a la industrialización y la forma, sustituyendo también la estética por la funcionalidad. El constructivismo artístico pretendió racionalizar al extremo la expresión artistica; entre los artistas encuadrables en esta vertiente tendríamos a los escultores Stenberg y Medunetski, a los diseñadores, Stepanova y Poova, los arquitectos de la escuela centroeuropea de la Bauhaus, o los poetas Selvinski y Lugovskoi. En síntesis, el Constructivismo Ruso es la expresión soviética de la corriente funcionalista y positivista que --en la mayoría de los campos artísticos y científicos-- prevaleció a principios del siglo XX.



También se ha denominado Constructivismo a una serie de opciones filosóficas y metodológicas bastante diversas, como las escuelas del finitismo hilbertiano o el intuicionismo de Brouwer y Heyting. Estas opciones tienen en común [1] el considerar el objeto como un nombre enteramente determinado por sus funciones, [2] la consideración de que no se puede afirmar nunca la existencia de un objeto sin dar el medio de construirlo, y en consecuencia [3] la adhesión a la hipótesis de constructibilidad: no se deben considerar como matemáticamente existentes más que objetos que pueden ser construídos de manera determinada.



A partir de estos antecedentes, tres aspectos del Constructivismo artístico y filosófico serán adoptados por el Constructivismo Psico-sociológico y Pedagógico: [1] la ligazón existencia - construcción, [2] la afirmación de que la acción constructiva es el eje sobre el que pivota toda creación humana, y [3] la aceptación de que toda acción tiene una funcionalidad que se expresa por medio de un lenguaje.



Será a éste --al Constructivismo psico-social-pedagógico-- al que nos referiremos en las siguientes páginas.

Las investigaciones y documentos dedicados a los fundamentos y antecedentes del Constructivismo las expondremos siguiendo el siguiente esquema: aquellos centrados en [A] introducir la Tª Construccionista-Constructivista, [B] detallar algunos de los antecedentes psicológicos y filosóficos del Construccionismo, [C] ligar el Constructivismo con la Post-Modernidad y los desarrollos críticos en Psicología Social, y [D] sugerir algunas relaciones entre el Construccionismo y ciertas disciplinas teóricas psicológicas.



1-A- LA TEORIA CONSTRUCCIONISTA



Intentando introducirnos en el Constructivismo-Construccionismo, en nuestra opinión dos libros pueden ayudarnos a tal tarea: el de Tomás Ibañez (1996) denominado . “Constructivismo y Psicología”, y el de Rafael Bisquerra Alzina (1998) titulado “El Constructivismo”. La razón de tal elección se basa en su brevedad y concisión y --sobre todo-- en hacer referencia ambos al Constructivismo desde el punto de vista de su aplicación en Psicología. Aunque la presente revisión se centra únicamente en autores con obras en castellano, tenemos que referirnos obligatoriamente al estupendo libro “An Introduction to Social Construccionism”, de Vivien Burr (1995), como –en nuestra opinión— el mejor para introducirse en el tema, sobre todo su introducción “¿What is Social Construccionism?”.



De entre los estudios en castellano sobre Teoría Construccionista destacaríamos los de Gonçalves Ruiz.



Para Gonçalves (1995), cuatro podrían ser los presupuestos en los que se basa toda visión constructivista de la Realidad: [1] Existencia como Conocimiento, [2] Conocimiento como Hermeneutica (Interpretación), [3] Hermeneutica como Discurso Narrativo, y [4] Narrativa como Cultura. Esos cuatro principios se pueden encontrar (H. Ruiz,1997) en tres teorías referidas a la Construcción de la Realidad: la de la Construcción Intelectual de Piaget, la de la Construcción Social de la Realidad de Berger y Luckmann, y la de los Constructos Personales de Kelly; estas tres teorías no se opondrían entre sí, sino que se refieren a tres ámbitos complementarios de la Construcción de lo Real y del Sujeto; respectívamente: el desarrollo cognitivo evolutivo, el desarrollo e interacción social, y el desarrollo y consolidación de las creencias de/sobre Personalidad



1-B- FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y PSICOLÓGICOS DEL CONSTRUCTIVISMO



A la hora de abordar el Constructivismo, varios autores hacen una reflexión sobre sus antecedentes y fundamentos en la Filosofía y en la Psicología.



Considerando la Psicología y la Filosofía del principios del s.XX y finales del XIX, tendríamos dos estudios de Sánchez, Fernández y Loy



J.C. Sánchez , T.R. Fernández, e I. Loy, publicaron en la “Revista de Historia de la Psicología” un artículo dedicado a la “Génesis de la Intuición, Helmholtz y la Naturalización del Sujeto Trascendental Kantiano” (1995). Para estos autores, tres son los psicólogos que se pueden considerar antecedentes necesarios del Constructivismo: Wundt y su interrelación de lo experimental-racional-objetivo con lo psicológico-experiencial, Baldwin y su Psicobiología Genética, y --sobre todo-- Helmholtz. Helmholtz acepta las sensaciones como formas a priori, con lo que defiende la naturaleza de las intuiciones kantianas como construcciones funcionales subyacentes a la percepción y razonamiento. Así Helmholtz redefine empíricamente la trascendentalización kantiana del sujeto, considerándolo como sujeto que naturalmente se hace e intuye.



Estos mismos autores (José Carlos Sánchez, Tomás Fernández, e Ignacio Loy) habían realizado en 1993 una síntesis de los antecedentes psicológicos y filosóficos de uno de los conceptos esenciales del Constructivismo: el concepto de Función. Para ello, recorren los conceptos de función psicológica de Wundt, William James, Bain, y --sobre todo-- Baldwin, el cual incorpora y desarrolla pero criticándolos los principios esenciales de los otros tres. Así, [1] adopta la “sintesis” wundtiana pero critica su Idealismo, centrado en los conceptos de “apercepción” y “experiencia”, [2] afirma la relación “mente-evolución” de W. James, pero critica el dualismo sustancial de James, y sobre todo su concepto de “atención”, y [3] admite el principio de “exceso-motor” de Bain, pero critica su empirismo residual, ejercido a través de su concepto de “movimiento espontaneo”. A partir de estas aceptaciones y refutaciones, surge el concepto de función baldwiniana de “Reacción Circular”, que habrá de convertirse en principio de la Psicología Genética Constructiva, y de la reinterpretación de Baldwin de la Selección Natural como Selección Orgánica.



Entrando ya en el siglo XX, tanto Martorell como Avia y Sanz, destacan la estrecha relación que la Psicología Constructiva tiene con Kelly y sus Constructos Personales.



Así, José Luis Martorell (1998) hace una reflexión sobre las características e implicaciones en la Psicoterapia y en el Constructivismo de la Psicología de los Constructos Personales, teoría desarrollada por George A. Kelly. Mª Dolores Avia y Jesús Sanz Fernández (1995) describen también la teoría de G.Kelly como expresión de un nuevo paradigma socio-cognitivo en Personalidad: la del Hombre como Científico (Homo Scientificus).

1-C- CONSTRUCCIONISMO COMO POSTMODERNIDAD

Entre los autores que han atendido a la dimensión post-moderna del Construccionismo tenemos a E.A. Gómez, A. Martínez, T. Cabruja, y R. Domínguez.

E. A. Gómez (1994), del “Mental Sciences Institute” de la Universidad norteamericana de Texas, parte de considerar al Constructivismo --al igual que Vivien Burr (1995)-- como una metodología postmoderna.

Igualmente A. Martínez (1995) supone que el Constructivismo es sinónimo de Post-Modernidad. Sin embargo, frente a todos aquellos que suponen una incompatibilidad entre Positivismo (paradigma de la Modernidad) y Constructivismo-Construccionismo (paradigma de la Post-Modernidad), Martínez propone una tesis sugestiva: el Constructivismo consistiría fundamentalmente en una variante del Positivismo. Así, si la Modernidad es reinado de la Razón Objetiva, y la Post-Modernidad aboga por la Subjetivización de la Razón (¿Hiper-Modernidad se podría denominar?), entonces el Construccionismo-Construcitivismo no sería más que una enfatización de la importancia de lo subjetivo en el proceso de racionalización y comprensión de lo real. Nosotros aún más diríamos: si un psicólogo constructivo como Kelly --el creador de la Tª de los Constructos Personales-- denomina a su hombre prototípico como “homo scientificus”, ¿se podrían considerar Construcción y Cientificidad como términos relacionados? ...

La estrecha relación entre Construccionismo, Post-Modernidad y Psicología es abordada por dos autores en sus respectivas tesis doctorales.

Teresa Cabruja Ubach (1992) en su tesis titulada “Versiones de la Post-Modernidad y Propuestas sobre el Individuo” señala como la puesta en duda de los presupuestos de la Modernidad (Verdad, Ciencia, Razón, Realidad) ha afectado a la manera con que la Psicología y el resto de Ciencias Sociales abordan sus objetos de estudio.

Por su parte, Roberto Domínguez Bilbao (1996), en su tesis ”Psicología Social y Post-Modernidad”, destaca como en los años 60 se produjo una crítica profunda a la Psicología Social, crítica centrada en la no representatividad de las muestras, la exclusividad del método experimental y la subordinación de las investigaciones a los objetivos, intereses e ideología de los Poderes Dominantes (hecho también descrito por Federico Munne Matamala, 1986, Maritza Montero y Tomás Ibañez, 1994, o Juan Luis Pinto, 1995). Para Domínguez Bilbao, de esta crítica surgió una Nueva Psicología Social, expresada en el Construccionismo Social, el Análisis del Discurso y la Psicología Social Retórica. Esta Nueva Psicología Social se incardinó en el Movimiento Post-Moderno, al aceptar como ejes referenciales tres principios post-modernos: [1] la Textualización de la Realidad, [2] la Virtualidad o Virturalización de la misma, y [3] la Disolución del Sujeto en sus Relaciones; estos tres principios serían luego adoptados por el Construccionismo como propios.

Por último, destaquemos uno de los aspectos más abordados desde la Post-Modernidad cual es la validez y existencia de los conceptos Espacio y Tiempo. Este tema fue abordado desde una óptica constructiva por Carlos Demasí (1997), en una conferencia titulada “Temporalidad, sociedad e historia: las relaciones peligrosas”.

Demasí plantea el concepto de Temporalidad como producto de una construcción social acontecida en el ámbito del historiador. El Tiempo se considera como utopía, y sobre todo como marco y como pluralidad. Como marco, el Tiempo ha sido considerado criterio objetivo de ordenación de los hechos histórico; así la labor del historiador aceptante de este supuesto ha sido relatar los hechos con pretensión de veracidad y ajuste lo más fiel posible a lo que verdaderamente ocurrió; esta pretensión de veracidad choca --según Demasí-- con la realidad de que los relatos históricos se construyen desde el prisma de las estructuras sociales que determinan como fue y debió ser el Pasado para legitimar el Presente, preparar el Futuro y justificar el dominio actual de su poder. Como pluralidad, la Historia se multiplica en una variedad de relatos a veces incompatibles; para Carlos Demasí, la labor del historiador debiera ser sobrepasar esta oposición entre tiempo lineal (marco) y tiempo cíclico (pluralidad de historias autorreferenciantes), desde el convencimiento de que toda labor histórica es una construcción de la Realidad y su Tiempo.

Otros autores como Manuel Lizcano Pellón (1993) han llegado a semejantes conclusiones, por ejemplo en su obra “Imaginario colectivo y creación matemática: La Construcción Social del Número, el Espacio y lo Imposible en China y en Grecia”.

Las anteriores investigaciones sobre Construcción Social del Tiempo, Número y Espacio nos obligan a hacer un inciso en esta revisión, y recordar a --en nuestra opinión-- el más intuitivo y sagaz iniciador del Constructivismo: Benjamín Lee Whorf --el creador con Sapir del Relativismo Lingüístico--. Whorf en su clásico artículo “Un Modelo amerindio del Universo” (1950) plantea el Tiempo como construcción desde una perspectiva etnológica: para los indios Hopi de Norteamerica, las dimensiones espacio-tiempo no sirven para explicar el Universo: el espacio desaparece como dimensión, apareciendo dos conceptos metafísicos nuevos en donde lo temporal y lo espacial no se distinguen: una dimensión denominada manifestada (lo objetivo, lo vivido y lo que se vive, sin ánimo de distinguir pasado y presente, donde el tiempo se reduce a la extensión espacial) y lo manifestante (lo subjetivo, el ámbito mental sin espacio y determinante de lo objetivo, lo que vendrá y lo que se espera que venga, un futuro que es sobre todo una esperanza dinámica que no está fuera del sujeto sino con él). Este artículo se puede considerar como una --sino la primera-- de las investigaciones que aborda el tema de la Construcción Social y Cultural del Tiempo y el Espacio.

1-C- RELACIONES DEL CONSTRUCTIVISMO CON OTROS MODELOS PSICOLÓGICOS.



Al intentar encontrar posibles relaciones del Constructivismo con otros modelos psicológicos, nos hemos fijado en los siguientes estudios:



José Carlos Sánchez González (1996), con su artículo denominado “Limitaciones del Mentalismo como Psicología Evolucionista”, revisa la crisis de la Tª Sistémica de la Evolución. Para el autor, gran parte de esta crisis es debida a la eliminación que ha querido ésta hacer de las dimensiones psicológicas para explicar la adaptación orgánica. En su opinión los más recientes estudios biológicos están incorporando factores psicológicos a la hora de modular el Evolucionismo. De entre las Tª psicológicas que pudieran ser utilizados conjuntamente con los factores biológicos en la explicación evolucionista, el autor rechaza el Mentalismo, y subraya la potencia del Constructivismo sobre todo por las vinculaciones que éste tiene con el Funcionalismo.



Por su parte, I. Parker y E. Ferrer intentan determinar las influencias de lo psicoanalítico en el Construccionsimo.



I.Parker (1995) quiere conciliar la aproximación discursiva del Construccionismo Social con la intuición experiencial del Psicoanálisis. Parker afirma la necesidad de un análisis discursivo de lo social (y los mecanismos de poder) basado en nociones psicoanalíticas, o sea, un Psicoanálisis Social que emplee como técnica metodológica cualitativa esencial un análisis del discurso que permita deconstruir los elementos culturales mezclados con el Yo. El autor denomina Complejo-Psi a la red de teorías y prácticas que regulan dicho Yo: sobre ese complejo y los discursos a él unidos debe incidir el análisis. Desde estos presupuestos, Parker pretende desentrañar la estrategia institucional de exclusión y negación del Psicoanálisis en la Sociedad Británica de Psicología. Para ello, analiza los textos donde dicha institución argumenta sobre esta cuestión, llegando a la conclusión de que en esos textos están implícitos complejos psicológicos (entramados de teorías y prácticas) legitimadoras de los mecanismos dominantes de Poder en la “casta” psicológica.



Para finalizar, para E. Ferrer (1993) las nuevas teorías cognitivo-conductuales (entre las que el autor incluye al Constructivismo) están aceptando lo inconsciente como constructo de sus formulaciones, sobre todo al abordar como el sujeto utiliza criterios de los que no es consciente a la hora de formular sus narrativas y construcciones.



En resumen, el Constructivismo es definido como un nuevo Funcionalismo no mentalista, en el que hay que tener en cuenta lo inconsciente del contenido y del proceso de construcción narrativo (Parker, 1995; Ferrer, 1993; Sánchez González, 1996)

Bajo este título queremos referirnos a las investigaciones referidas al papel del Construccionismo-Constructivismo en/sobre: [A] la Adquisición y Representación del Conocimiento, [B] el desarrollo cognitivo-evolutivo, [C] el Pensamiento y Procesamiento del Lenguaje, y [D] el Poder y la Ideología como Control Social.



2-A-CONSTRUCCIONISMO Y ADQUISICIÓN-REPRESENTACIÓN DEL CONOCIMIENTO SOCIAL



Delval (1992) sugiere que los tres enfoques teóricos principales que mejor han abordado el estudio de la adquisición y desarrollo del Conocimiento Social por parte del niño han sido: [1] La posición Constructivista al acentuar la actividad del niño en la construcción de los conocimientos, y dos posturas que enfatizan las influencias ambientales: [2] el estudio de las Representaciones Sociales, de Sergei Moscovici; y [3] la Psicología Historico-Cultural que sigue los postulados constructivistas de Vigotski. Por su parte, Monivas (1994) asume dos de las asunciones fundamentales de la Tª de las Representaciones Sociales: [1] Las representaciones sociales surgen siempre que prevalece el Sentido Común (Moscovici y Hewsthone, 1984), y [2] los individuos no construyen el conocimiento con independencia de su contexto social, sino que es en éste y gracias a éste cómo el pensamiento adquiere su sentido.



2-B- CONSTRUCTIVISMO Y DESARROLLO COGNITIVO-EVOLUTIVO



Para A. González del Yerro y Angel Rivière (1992) el desarrollo social del bebe está influído poderósamente por la percepción de relaciones contingentes entre acciones y estímulos ambientales, y esa percepción de contigencias --y el consecuente desarrollo social-- es tanto más probable y mejor cuando más sociales son los estímulos utilizados. Mientras. Diettrich (1993) supone que las construcciones cognitivas son consecuencia lógica del formato con que evolutívamente se ha desarrollado la Cognición Humana.



2-C- CONSTRUCTIVISMO Y PENSAMIENTO - PROCESAMIENTO DEL LENGUAJE.



El Pensamiento y el Procesamiento del Lenguaje es abordado por Cubero y Ramírez, Santamaría, Sánchez Medina y Martín Lozano, Gallego López, y Bockowski.



Para Santamaria Santiagosa y Ramírez (1998) cada sujeto construye significados y resuelve problemas por medio de la creación de narrativas: sistematizaciones particulares y subjetivas enlazadas por el sujeto en una estructura guía para la acción. Esta construcción de narrativas es el modo usual con que todos los sujetos piensan cotidianamente, y --para Cubero y Ramírez (1998)-- se hace en interacción con otros individuos, en un contexto o práctica social concreto (“escenarios de actividad”) que potencia un tipo de pensamiento adaptado y útil a ese contexto.



El pensamiento, en cuanto proceso de argumentación y deliberación, lo estudian Sánchez Medina, Ramírez Garrido, y Martínez Lozano (1998) para los cuales es más importante la afectación del contexto en que es presentada la información, que la estructura lógica y relacional de los contenidos. La preeminencia de lo contextual en el procesamiento también es estudiada por Gallego López (1996) para el que más que la distinción literal-metafórico, lo que origina diferencias en el tipo de procesamiento es el carácter convencional o no de los usos lingüísticos en determinados contextos, y la disponibilidad, acceso, conocimiento y reinterpretación de la información contenida en los enunciados.



2-D- CONSTRUCTIVISMO Y PODER - CONTROL SOCIAL E IDEOLÓGICO



Salter, Blanco y Huertas, March, y sobre todo Rodríguez Mora son cinco autores que se han preguntado acerca de lo que es el Poder desde una perspectiva construccionista.



Isabel Rodríguez Mora (1995) considera que el Poder está constituido por aquella red de prácticas discursivas --- con objetivos dominantes y perpetuantes-- que pretenden posicionar a los sujetos en la Realidad, queriendo determinar cuales deben ser los significados en que se deben basar sus prácticas individuales y sociales. El papel de la Televisión en cuanto institucionaliza la representación social de las realidades desde el prisma del que domina la presentación audiovisual de la representación, es abordado por M.X. March Cerda (1997). Denis Salter (1997) concreta su mirada en los discursos dominantes en el ámbito de la Psicología y en cómo el Constructivismo debe intentar no verse marginado por ellos. Mientras, Blanco y Huertas (1993) ofrecen un ejemplo de análisis del componente socio-institucional del discurso científico.

Determinar como el Constructivismo puede ser utilizado en la intervención en los ámbitos sociales supone – como así lo hace Sabino Ayestarán (1996)— considerar todo grupo y proceso grupal como una construcción social.



Los estudios que han tratado la aplicación del Constructivismo a la intervención psico-social los clasificaremos en tres apartados: [A] aquellos que se han centrado en la Orientación e Insertación Laboral de los sujetos desde un punto de vista constructivo, [B] los que han determinado como hacer Psicoterapia Constructivista, y [C] aquellos otros que han investigado las relaciones entre el mundo de la Educación y el Constructivismo.



3-A- CONSTRUCTIVISMO Y ORIENTACIÓN LABORAL.



Autores como Gonzalo Musitu (1998) afirman la necesidad de utilizar un modelo ecológico y de interpretación de los discursos de los actores sociales --basado en los presupuestos del Construccionismo Social-- en la intervención en la Comunidad. Desde estos planteamientos y afirmando una Orientación Profesional centrada en las soluciones, Piqueras Gómez y Rodríguez Morejón (1997) defienden que la búsqueda de empleo es un proceso interactivo entre orientadores facilitadores y sujetos que --aunque desempleados-- construyen siempre nuevos significados acerca de sus posibilidades y capacidades laborales. Igualmente, para De Pablo (1995) se deben utilizar técnicas de difuminación o deconstrucción de los relatos o narrativas que los desempleados tienen para, a continuación, co-construir o amplificar esos relatos, de modo que permitan una mayor y mejor integración laboral.



3-B- CONSTRUCTIVISMO Y PSICOTERAPIA



La relación entre Constructivismo y Psicoterapia la vamos a desarrollar diferenciando aquellos artículos de índole más teórico de aquellos otros donde se presentan implicaciones prácticas de la (de)(re)construcción psicoterapeútica.



Como textos introductorios al tema podríamos señalar : [1] el de Michael Mahoney (1997), de la University of North Texas (USA), quien --en el 3º Congreso Internación de Psicología Conductual y 4º Congreso Nacional de Psicología Conductual (1997)-- expuso una comunicación acerca de la Psicoterapia Constructivista; [2] el de Mª Aurora Forcen (1994), la cual describe la “Terapia Familiar desde el enfoque centrado en la persona y el Constructivismo Sistémico“ en un artículo del mismo título; y [3] el libro de Guillem Feixas Vilaplana y M. Villegas i Besora “Constructivismo y Psicoterpia” (1993).



Desde un punto de vista teórico, E.A. Gómez (1994) entiende que el Constructivismo en Psicología se ha centrado en la Psicoterapia gracias a que éste respeta las construcciones narrativas personales de los pacientes, permitiendo una co-terapia entre psicoterapeuta y cliente en base a deconstruir las construcciones disfuncionales (aquellas fruto de un procesamiento restrictivo de significados sociales, según Bergeret y Cahbar,1996) y volver a construirlas (afirmando al paciente como participante activo en la re-construcción de la experiencia vivida, según Miró, 1996).



Otros autores han realizado trabajos prácticos sobre la forma de abordar desde el Constructivismo psicopatologías como los delirios celotípicos y la esquizofrenia (Moreno, 1996); Cirici Amell, y Obiols Llandrich,1998) o tópicos como las relaciones de pareja y la evaluación familiar (Bayeback, Landaarroitajauregi, y Pérez Opi,1998; Feixas i Viaplana, 1990). Mención aparte daríamos al libro de José Gustavo Arca Silva (1998) “Depresión y Constructivismo Narcisista”.



3-C- CONSTRUCTIVISMO Y EDUCACIÓN



La relación entre Constructivismo y Educación es enfatizada expresamente por autores que así han titulado sus libros, como Pilar Aznar Minguet (1992), o Mario Rodríguez Carretero (2000). Otros autores que se han referido a esta convergencia han sido: Cesar Coll (1997) y Rafael Porlan Ariza (1998), o Juan Sáez Carreras (1997), quién ha investigado la Construcción de la Pedagogía Social en España.



Citaremos las principales investigaciones (artículos) realizadas en este campo, clasificándolas según se refieran a: los presupuestos teóricos del Constructivismo en Educación, el papel de Piaget y sus teorizaciones en la Educación Constructiva, experiencias pedagógicas constructivas, y críticas --o dudas-- acerca del paradigma construccionista en la Enseñanza y Aprendizaje.

La teoría constructiva en Educación es analizada por Pedro Bengoechea Garín (1997) para el que la instrucción debe tener en cuenta la actividad constructiva del alumno, con el fin de ayudar a éste a: [1] construir significados, [2] resolver problemas, y [3] desarrollar estrategias de pensamiento. En esta labor, el Curriculum debe conformarse de tal modo que se posibilite (De la Torre, 1994) [1] el diagnóstico inicial del potencial del alumno [2] una ejercitación de lo enseñado/aprendido guiado por el profesor, y [3] una fijación de lo aprendido gracias a la construcción cognitiva que lleva a cabo el aprendiz. Las posibles dificultades en este proceso de aprendizaje deben también interpretarse (Escoriza Nieto y Boj Barberan,1998) como fallos en el proceso de construcción interactiva de la Realidad por el alumno. Del mismo modo, la intervención y asesoramiento psicopedagógico (Solé,1997) encuentra su mejor instrumento en la concepción constructivista de la educación.



Respecto a la base piagetiana del Constructivismo Pedagógico, un gran número de artículos constructivistas se centran en el análisis de la obra de Piaget en la Educación. Entre estos autores podríamos destacar a Nicolas Marín Martínez (1998), pero –en nuestra opinión-- la importancia de Piaget en el Constructivismo Pedagógico-Didáctica y Evolutivo-Cognitivo se ejemplifica en una serie de artículos aparecidos en la revista “Psicología Educativa”(1996, Vol 2, nº 2), artículos escritos por Helio Carpintero , M. Valcarce, J. Delval, I. Enesco, y Mª Jose Diaz-Aguado.



Desde un ámbito aplicado, Pedro Hernández , Ana Sosa y Angelo Serio (1998) mostraron la existencia de diferencias significativas en el aprendizaje según el tratamiento instruccional o de enseñanza, y según el tipo de tarea de evaluación de los conocimientos aprendidos. Resaltemos –además-- el libro “Constructivismo y Enseñanza de las Ciencias” escrito por Rafael Porlán Ariza, José Eduardo García Díaz y Pedro Cañal de León (1997).



En cuanto a las críticas al Constructivismo Pedagógico, Rodrigo y Arnay (1997) debatieron sobre la pluralidad de sus postulados en la práctica, Bernard (1994), Coll (1996), y Rodrigo y Pozo (1996) criticaron la supuesta unidad de los principios y efectos constructivistas , y Martínez Delgado (1998) lo negó como único referente para la práctica educativa.

Entre otros, el Constructivismo consideramos que es abordado en dos debates psicosociales actuales: [A] la diferenciación sexo-género, y [B] el estatus de la Personalidad como realidad existencial o como creencia artificial.



4-A- CONSTRUCTIVISMO Y GENERO.



Entre los autores que han investigado la construcción social del Género, destacaríamos a Pastor Carballo, Cabruja Ubach, y Salinas Villanueva.



Pastor Carballo (1998), Cabruja Ubach (1992) , y Salinas Villanueva (1997) consideran el Género como una construcción con carácter simbólico e histórico, lo que comporta llevar a cabo una deconstrucción de las categorías tradicionales de género y otras dicotomías, la cual debe refutar el concepto de individuo como naturaleza fija y esencial. Este proceso deconstructivo debería tanto criticar la necesidad de correspondencia entre género del individuo y orientación sexual creencial, actitudinal o compartamental, como esa práctica del discurso científico racional-analítico que ha llevado a fijar una identidad sexual femenina específica y diferenciada de la del hombre-persona.



4-B- CONSTRUCCIONISMO Y PERSONALIDAD: LA CONSTRUCCION SOCIAL DE LA PERSONALIDAD.



Muy pocos son los textos (ya sean artículos de revista, tesis doctorales, o manuales) que --en castellano-- han estudiado la Personalidad desde el Construccionismo. Destacando de entrada el único libro encontrado de autor español – el titulado “La Construcción de la Personalidad Moral”, de Josep Mª Puig Rovira (1996)--, sólo podemos citar a cuatro autores en nuestro rastreo bibliográfico en las bases TESEO, PSICODOC o ISBN. En dos grupos los clasificamos: aquellos que se han centrado más en el dilema de la Construcción de la Personalidad (Cid Rodríguez, y Revilla Castro), y aquellos otros que se han detenido en aspectos más puntuales de este debate (Olivares Rodríguez, y Valverde Benarroso).



José M. Cid Rodríguez (1988) determina como las Teorías Psicogénica, Personalista, Psicoanalítica y Existencialista (Modelos del Teórico, según Hampson,1986) son artificios construidos a partir de Modelos de Realidad previos como [1] las categorías de la Metafísica, o [2] las clasificaciones médicas humorales. Abundando en lo anterior pero desde una perspectiva lega (Hampson,1986), Juan Carlos Revilla Castro (1997) afirma la construcción intersubjetiva de la identidad personal, valorable ésta última en los discursos de los sujetos. Además, José Olivares Rodríguez (1990) advierte sobre la necesidad de investigar más profúndamente el rol que puedan tener las variables organísmicas de Personalidad, y Jesús Valverde Benaroso (1995) investiga como influyen el procesamiento de información, la personalidad, la interacción social y las preferencias educativas sobre los Estilos de Aprendizaje.



Con el fin de ultimar este apartado, entre los trabajos sobre Personalidad desde una perspectiva de Construcción Social de misma, tenemos que citar nuestra propia tesis doctoral (García-Hernández, en preparación). Esta tesis trata de investigar en que medida las Creencias Implícitas de Personalidad de los sujetos se acomodan a los relatos justificatorios de su Ideología.

Al finalizar esta revisión bibliográfica, nos queda en claro que la investigación española en Constructivismo-Construccionismo se centra bastante en los campos educativo y psicoterapeutico, y escasamente en otros ámbitos psicosociales.



Si bien es cierto que existen –como hemos podido ver— textos sobre el Constructivismo/Construccionismo en la inserción y orientación profesional y laboral, la Construcción Social de la Personalidad, o el Poder/Ideología como creación humana, en otros ámbitos sociales se hacen precisas más investigaciones de autores castellanoparlantes. A este propósito contribuyen obras como las de Francisco Durán Entrena (1998) sobre la construcción social de lo rural, el libro de Amada Recasens Brunet (1992) “Policía y control social: problemas de construcción y definición”, la aproximación de Heriberto Cairo Carou (1995) al conflicto territorial argentino-británico desde el Construccionismo Social, la Construcción Social del Derecho según Carlos Pérez Ruiz (1996), etc... Pero aún son pocas en comparación con el gran número de las mismas dedicadas a la Educación y Terapia.



Un hecho que --en nuestra opinión—se debería modificar, para que el Construccionismo-Constructivismo sea verdaderamente patrimonio de toda la Ciencia Psicológica.

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