Autor/autores:
Drew A. Curtis y Christian L. Hart
La mentira patológica se ha discutido en la literatura de investigación durante más de un siglo, principalmente en estudios de casos. Investigaciones recientes han apoyado la mentira patológica como entidad diagnóstica, aunque permanece ausente de los sistemas nosológicos. El presente estudio tuvo como objetivo encuestar a los profesionales sobre sus exper...
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La mentira patológica se ha discutido en la literatura de investigación durante más de un siglo, principalmente en estudios de casos. Investigaciones recientes han apoyado la mentira patológica como entidad diagnóstica, aunque permanece ausente de los sistemas nosológicos. El presente estudio tuvo como objetivo encuestar a los profesionales sobre sus experiencias al trabajar con clientes que se dedican a la mentira patológica y examinar las habilidades de los profesionales para diagnosticar la mentira patológica.
Se reclutó a psicoterapeutas (N = 295) y se les pidió que informaran sobre sus experiencias con pacientes que practicaban mentiras patológicas. A los participantes también se les presentaron cuatro viñetas clínicas y una definición de mentira patológica y se les pidió que determinaran si los individuos retratados en las viñetas cumplían con esa definición.
La mayoría de los médicos informaron experiencia clínica con pacientes que presentaban mentiras patológicas, aunque estos pacientes constituían una pequeña proporción de sus casos. Los médicos describieron a estos pacientes como mentirosos con gran frecuencia e indicaron que mentir causaba una angustia marcada y un funcionamiento deteriorado en los dominios social, ocupacional, financiero y legal.
Por lo general, el comportamiento había comenzado durante la adolescencia y había continuado durante ≥5 años. Los encuestados informaron que generalmente ofrecían un diagnóstico que no era una mentira patológica, como un trastorno de la personalidad. Al utilizar una definición publicada de mentira patológica, los encuestados (N = 156) pudieron identificar de manera confiable los casos de mentira patológica representados en viñetas clínicas y pudieron discriminar consistentemente entre mentiras patológicas y trastornos relacionados y no relacionados.
Los participantes respaldaron en gran medida la propuesta de incluir la mentira patológica en sistemas nosológicos como el DSM y el ICD , lo que podría permitir un diagnóstico preciso y tratamientos efectivos.
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