Hoy en día, existen los Servicios de Salud Mental para Niños y Adolescentes (CAMHS), que son servicios psiquiátricos especializados para niños y adolescentes. En estos, los trastornos psicóticos y bipolares son diagnósticos poco, ya que la gran mayoría de los diagnósticos ocurren en los servicios de salud mental para adultos.
No obstante, hay muchos jóvenes que asisten a CAMHS y que presentan factores de riesgo asociados con la psicosis, incluyendo no solo factores mentales, sino también, por ejemplo, problemas con la coordinación motora, función cognitiva, adquisición del lenguaje, comunicación social y relaciones interpersonales.
En la revista World Psychiatry se ha publicado un estudio que calcula el riesgo de psicosis y trastorno bipolar en personas que han estado en contacto con CAMHS en la infancia o la adolescencia (edad 0-17 años). El estudio incluyó a todos los finlandeses nacidos en el año 1987 que habían asistido a CAMHS, y se les hizo un seguimiento hasta los 28 años de edad, teniendo en cuenta el tipo de contacto de CAMHS y el trastorno que padecían.
Dentro de la muestra general, el porcentaje de individuos que recibieron su primer diagnóstico después de los 18 años fue del 80, 6% para cualquier psicosis o trastorno bipolar; el 77, 8% para alguna psicosis; el 79, 4% para psicosis no afectivas; el 85, 3% para esquizofrenia; y 90, 6% para trastorno bipolar.
Tras evaluar el riesgo de trastornos psicóticos y bipolares entre aquellos que habían asistido, en algún momento de la infancia o la adolescencia al especialista CAMHS. En términos de riesgo absoluto, el 12, 8% de las personas que acudieron al CAMHS recibieron un diagnóstico de trastorno psicótico o bipolar, frente al 1, 8% del resto de la población.
Por tanto, observamos que un ingreso al CAMHS durante la adolescencia se asocia con un riesgo particularmente alto de psicosis y trastorno bipolar. Estos datos nos son de mucha ayuda, y conllevan una importancia clínica, ya que crean una relación directa entre adolescentes que acuden a CAMHS y la posibilidad de que desarrollen psicosis o trastorno bipolar en el futuro. Esto, nos va a permitir llevar un seguimiento de los pacientes más exhaustivo desde el inicio, es decir, desde la adolescencia, y hacer un diagnóstico precoz a los pacientes, ayudando de esta manera en su evolución y calidad de vida.