La esquizofrenia se acompaña hasta en un 80% de los pacientes de trastornos del sueño, que son normalmente infradiagnosticados e infratratados debido a su falta de consideración en el manejo de esta enfermedad. Los principales trastornos son el insomnio, el síndrome de piernas inquietas, el síndrome de apnea obstructiva del sueño, la hipersomnia, las parasomnias y los trastornos del ritmo circadiano. Destaca en su importancia el insomnio, ya que puede ser un signo prodrómico de la enfermedad, así como un signo de alarma temprano de una descompensación psicótica incipiente. En pacientes con esquizofrenia se han encontrado alteraciones polisomnográficas en la arquitectura del sueño que se correlacionan tanto con la clínica subjetiva de insomnio como con las manifestaciones clínicas predominantes de la esquizofrenia.
Los antipsicóticos pueden alterar la estructura del sueño, pero también tienen un papel importante en el tratamiento de las alteraciones del sueño en la esquizofrenia. Han demostrado una mejoría clínica del insomnio y la corrección polisomnográfica de las alteraciones de la arquitectura del sueño, mejorando la calidad de vida y la capacidad funcional de los pacientes. Sin embargo, pueden también exacerbar otros trastornos comórbidos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas o el síndrome de apnea obstructiva del sueño, o provocar hipersomnia u obesidad.
Existe evidencia de que los trastornos del sueño en esquizofrenia afectan de forma relevante la calidad de vida y de que influyen en la sintomatología de los pacientes con esquizofrenia, por lo que es muy importante reconocerlos y tratarlos de forma adecuada.
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