La norma modifica notablemente la especialidad de psiquiatría no infantil, y tendrá importantes repercusiones en la organización de la atención en salud mental
El Gobierno acaba de aprobar en Consejo de Ministros la creación de la especialidad de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia. Ya está accesible en el BOE en este enlace.
El Gobierno de España acaba de anunciar la creación de la especialidad de psiquiatría de la infancia y la adolescencia. Si se mantiene el texto de la última versión se producirán cambios importantes. En este artículo vamos a analizar las implicaciones que va a tener la nueva especialidad para todos los profesionales de “las psiquiatrías”. No hay que olvidar que el Real Decreto no sólo crea la especialidad de psiquiatría infantil, sino que modifica aspectos importantes de la especialidad de psiquiatría no infantil.
En principio, los cambios más importantes son estos:
-Aumenta el tiempo de formación de cuatro a cinco años en las dos psiquiatrías.
-Los psiquiatras infantiles y no infantiles tendrán dos años comunes y tres específicos.
-Podrán acceder al título de psiquiatra infantil los pediatras que acrediten experiencia.
-Se reducirá un 23% el número de psiquiatras (infantiles y no infantiles) egresados del MIR, según consta en la documentación del expediente de creación de la especialidad.
-Los psiquiatras no infantiles serán -de facto- psiquiatras de adultos, según las competencias que establece el Real Decreto.
Aunque toda la comunidad profesional está de acuerdo en la creación de esa especialidad, ha surgido una preocupación importante respecto a las repercusiones que va a tener para el resto de los profesionales de la Psiquiatría. Como ya explicamos, hay un cambio muy notable: aumenta el tiempo de formación de cuatro a cinco años en las dos especialidades de Psiquiatría, pero, para que el coste salarial se mantenga igual, se reducirá en un 23% el número de plazas/MIR de Psiquiatría en la próxima convocatoria. Conviene analizar con los números delante las repercusiones que esto va a tener en el conjunto de la profesión.
Escasez crónica de psiquiatras en España: según datos de la propia Unión Europea, España está en el tercer puesto por la cola en cuanto al número de psiquiatras en proporción a la población (datos de 2017); tenemos 11 profesionales por cada 100.000 habitantes, lo que implica un empate con Rumanía y Malta. Por detrás de nosotros sólo están Polonia con 9 y Bulgaria con 8 y, encabezando el ranking, está Alemania con 27, seguida de Grecia con 25 y Lituania con 24; el Reino Unido tiene 18, Francia 23, Italia 17 y Portugal 13. No cabe duda alguna sobre nuestra situación; tampoco sobre en empeoramiento que la reducción de egresados del MIR va a suponer en esa clasificación.
Situación laboral de los psiquiatras: se puede afirmar que en el momento actual hay trabajo para casi todos los egresados del programa MIR. Esta es la impresión que tenemos los profesionales en general, lo que también se puede comprobar viendo, por ejemplo, las ofertas de empleo que recogen sociedades científicas en sus webs. De hecho, ya hay puestos de trabajo de psiquiatras que no se pueden cubrir.
Emigración: no hay que olvidar tampoco el porcentaje importante de médicos que, una vez terminada su formación MIR, optan por emigrar al extranjero. En 2019, 4.100 médicos pidieron el certificado de idoneidad que emiten los colegios de médicos, según datos de la Organización Médica Colegial. En el listado de solicitudes clasificadas por especialidad que facilita la OMC no aparece la Psiquiatría. Los especialistas que más lo solicitan son Medicina Familiar y Comunitaria (313) y Anestesia (123). Es probable que la cifra de los psiquiatras que emigraron se compensó con la de aquellos que se formaron en países de la Unión Europea, aunque no tenemos datos.
Envejecimiento de la población de psiquiatras en España: otro problema añadido es el perfil demográfico de la profesión médica: los médicos formados a finales de los setenta y principios de los ochenta se están jubilando ahora. Aunque las cifras globales de la profesión médica son pesimistas, el Ministerio, en un estudio con datos de 2018, dice que el 19,4% de los psiquiatras que trabajan en el sistema público tienen 60 o más años.
El Ministerio afirma que en España había en 2018 4.240 psiquiatras y estimaba una media de 133 jubilaciones/año. Esta cifra resulta sorprendente, pues el propio Ministerio publica en su web un estudio que recoge (página 61) que en Enero/2018 el 47,2% de los psiquiatras tenía más de 50 años y el 19,4%, 60 o más años (página 59). No se entienden las cifras que maneja el Ministerio, pues, si el 19,4% de los psiquiatras tenían 60 o más años, esto significaría que se han de producir 822 jubilaciones, es decir 164 jubilaciones/año (y no 133 como dice el Ministerio).
Según el informe de recursos humanos del Ministerio de Sanidad de 2019, a finales de ese año había en España 930 médicos residentes de Psiquiatría (en cualquier año de formación). En 2014 terminaron su programa de formación 241 médicos y en 2019, 211 (un 12% menos). Aunque a estos hay que sumar 8 psiquiatras formados en países de la Unión Europea, a los que se les reconoció el título.
El número de plazas MIR de Psiquiatría ofertadas en los últimos siete años es este:
Futura convocatoria MIR: 222 (con las dos especialidades de psiquiatría)
Como se puede apreciar, la cifra más baja se produjo en 2016 con 215 y desde entonces hemos subido hasta 288. Si el Ministerio mantiene su propuesta, volveremos a las cifras de 2014.
Plazas MIR vs jubilaciones: las cifras no cuadran, pues, viendo el número de plazas MIR convocadas frente a jubilaciones, deberíamos estar contentos: salen más plazas de MIR que jubilaciones se producen por lo que cabría esperar que hubiera paro, pero no es así. Ya hemos comentado que existe la sensación de que faltan psiquiatras a la vista del mercado laboral. La emigración y el trabajo en el sector privado puede que sean una explicación.
Más tiempo de formación y menos plazas MIR: según la Memoria de Impacto de la creación de la especialidad de Psiquiatría infantil, el aumento a cinco años de la formación en las dos especialidades implica una reducción en el número de plazas convocadas de las 288 a 222 (un 23% menos). De estos 222 un 88% serán psiquiatras no infantiles, es decir 195; el resto, 27, serán psiquiatras infantiles.
Veamos los números del Ministerio. El coste salarial bruto de un MIR de Psiquiatría en sus cuatro años de formación es de 180.486 €. Si lo multiplicamos por 288 plazas convocadas, sale un total para el Sistema Nacional de Salud de 51.979.968 €. Esta es la cifra que no se puede incrementar, según el Ministerio. Pero el coste de formación de un MIR de cinco años sería de 234.338 €; si multiplicamos esta cifra por 222 plazas convocadas, nos sale un coste total de 52.023.036 €; es decir que el mantenimiento aproximado de los costes implica necesariamente una reducción de las plazas/MIR convocadas y, por tanto, del número de psiquiatras en el futuro,
El texto del borrador del Real Decreto dice que los dos primeros años de formación serán comunes (“compartirán las competencias a adquirir durante los dos primeros años de formación”), pero en los tres años siguientes las formaciones serán diferenciadas. Esto plantea problemas a la hora de definir el perfil asistencial de los psiquiatras infantiles en el futuro:
¿Qué va a pasar con las guardias?
¿Podrá un psiquiatra no infantil atender en Urgencias a un niño o un adolescente?
¿Podrá un psiquiatra infantil responsabilizarse de todas las urgencias psiquiátricas de un hospital con solo dos años de formación?
España es un país que tiene muy pocos psiquiatras, infantiles y no infantiles (ya se ha explicitado). Los Centros de Salud Mental suelen tener largas listas de espera y en la actualidad todos los psiquiatras en edad reglamentaria tienen que ser incluidos en las listas de guardias, ya que, si no fuera así, los psiquiatras de adultos estarían muy sobrecargados. ¿Puede permitirse el sistema que sólo los psiquiatras no infantiles cubran las guardias? Posiblemente en los grandes hospitales no haya problema, pero en los hospitales pequeños, donde el número de profesionales es más reducido, la exclusión de los psiquiatras infantiles de las guardias va a producir un grave problema.
Pero además surgen otras cuestiones a considerar.
Un año sin psiquiatras vía MIR: Con el paso de cuatro a cinco años de formación habrá un año en que no habrá nuevos psiquiatras egresados de los programas de formación. ¿Podrá el sistema mantener la asistencia?
Cierre de programas de formación: en la convocatoria 2020-21 del MIR hay treinta programas de formación que sólo admiten un MIR por año ¿Cuántos de estos programas van a tener que cerrar debido a la reducción de plazas?
Se soluciona un problema y se crea otro: la implantación en los actuales términos de la especialidad de psiquiatría infantil va a solucionar un problema cierto, a la vez que genera otro: la reducción de profesionales. Según los datos del Ministerio, cada año van a salir el mismo número de psiquiatras infantiles con especialidad que los que salían con el trayecto A de formación actual. Sin embargo, se produce una reducción importante de los psiquiatras no infantiles egresados.
El resultado final de la creación de la especialidad de psiquiatría infantil va a ser mejor formación en las dos especialidades, a cambio de un descenso progresivo del número de psiquiatras no infantiles (los infantiles seguirán igual).
Pérdida de influencia de los psiquiatras en la atención en salud mental: mientras que las cifras de plazas convocadas de otros profesionales de la salud mental (PIR y EIR) están aumentando notablemente, la de psiquiatras disminuirán. Cuando ahora está en el debate político la salud mental y la necesidad de aumentar los recursos profesionales, el escenario en los próximos diez años es el de una reducción progresiva del número de psiquiatras.
Como reflexión final podemos afirmar que la creación de la especialidad de psiquiatría de la infancia y la adolescencia es un motivo de celebración, pues ha sido una necesidad largamente sentida y demandada por la psiquiatría. Sin embargo, el horizonte ahora previsto implica que el precio que paga la psiquiatría no infantil es demasiado alto a nuestro juicio. Creemos firmemente que podía haberse hecho de otro modo y así lo hemos reclamado.