PUBLICIDAD
Ruptura del círculo vicioso de alcohol y aislamiento en paciente de edad avanzada
-
,
Casos Clínicos |
Fecha de publicación: 15/09/2016
Artículo revisado por nuestra redacción
Artículo revisado por nuestra redacción
ANAMNESIS / ENTREVISTA Paciente, de 63 años de edad, profesora pre-jubilada, viuda desde hace 2 años. Es derivada por su médico de atención primaria por un cuadro ansioso-depresivo de 6 meses de evolución. Su médico de atención primaria ha pautado lorazepam hasta 1mg/8 horas y citalopram 20mg/24 horas, sin mejoría clínica. Persisten insomnio de despertar precoz, tristeza, llanto, aisl...
Estás viendo una versión reducida de este contenido.
Para consultar la información completa debes registrarte gratuitamente.
Tan sólo te llevará unos segundos.
Y si ya estás registrado inicia sesión pulsando aquí.
ANAMNESIS / ENTREVISTA
Paciente, de 63 años de edad, profesora pre-jubilada, viuda desde hace 2 años. Es derivada por su médico de atención primaria por un cuadro ansioso-depresivo de 6 meses de evolución. Su médico de atención primaria ha pautado lorazepam hasta 1mg/8 horas y citalopram 20mg/24 horas, sin mejoría clínica. Persisten insomnio de despertar precoz, tristeza, llanto, aislamiento social progresivo y abandono personal. En la primera consulta, la paciente verbaliza su bajo estado de ánimo, con sentimientos de soledad y culpa. Muestra falta de motivación e intereses; pasando el día en casa. Refiere sufrir ansiedad somática en forma de sensación disneica, palpitaciones y parestesias en manos y pies, con parcial respuesta a lorazepam. Se mantiene citalopram 20mg/día y se introduce pregabalina hasta 150mg/día, por sospecha de abuso se comienza la disminución progresiva de lorazepam hasta su retirada. En la visita de seguimiento, a las 4 semanas, la paciente refiere mejoría en el cuadro ansioso, aunque relata no haber podido abandonar lorazepam, manteniendo 1 mg /24horas en la noche por persistir insomnio. La sintomatología depresiva también persiste. Profundizando en la anamnesis, relata que tras el fallecimiento de su marido, y en contexto de su pre-jubilación, ha ido perdiendo progresivamente su vida social y familiar. Tiene 2 hijos de 33 y 36 años, que, según cuenta, cada vez van a visitarla con menos frecuencia, y ella se siente sola, sin autodirección. Finalmente, explica que, un día, compró una botella de vino, bebió una copa, y se sintió mejor. Desde hace unos 8 meses, consume alcohol, en cantidades crecientes, porque, según dice, cada vez va estando peor (le han detectado hipertensión arterial y dislipemia, añadiendo más tratamientos farmacológicos), y siente que es lo único que le ayuda a pasar los días.
Para poder ver todo el caso pulsa aquí
[button link="http://www.psiquiatria.com/wp-content/uploads/2016/09/CasoClinico_04_web.pdf" icon="fa-files-o" side="left" target="_blank" color="0099cc" textcolor="ffffff"]Ver caso completo[/button]
Paciente, de 63 años de edad, profesora pre-jubilada, viuda desde hace 2 años. Es derivada por su médico de atención primaria por un cuadro ansioso-depresivo de 6 meses de evolución. Su médico de atención primaria ha pautado lorazepam hasta 1mg/8 horas y citalopram 20mg/24 horas, sin mejoría clínica. Persisten insomnio de despertar precoz, tristeza, llanto, aislamiento social progresivo y abandono personal. En la primera consulta, la paciente verbaliza su bajo estado de ánimo, con sentimientos de soledad y culpa. Muestra falta de motivación e intereses; pasando el día en casa. Refiere sufrir ansiedad somática en forma de sensación disneica, palpitaciones y parestesias en manos y pies, con parcial respuesta a lorazepam. Se mantiene citalopram 20mg/día y se introduce pregabalina hasta 150mg/día, por sospecha de abuso se comienza la disminución progresiva de lorazepam hasta su retirada. En la visita de seguimiento, a las 4 semanas, la paciente refiere mejoría en el cuadro ansioso, aunque relata no haber podido abandonar lorazepam, manteniendo 1 mg /24horas en la noche por persistir insomnio. La sintomatología depresiva también persiste. Profundizando en la anamnesis, relata que tras el fallecimiento de su marido, y en contexto de su pre-jubilación, ha ido perdiendo progresivamente su vida social y familiar. Tiene 2 hijos de 33 y 36 años, que, según cuenta, cada vez van a visitarla con menos frecuencia, y ella se siente sola, sin autodirección. Finalmente, explica que, un día, compró una botella de vino, bebió una copa, y se sintió mejor. Desde hace unos 8 meses, consume alcohol, en cantidades crecientes, porque, según dice, cada vez va estando peor (le han detectado hipertensión arterial y dislipemia, añadiendo más tratamientos farmacológicos), y siente que es lo único que le ayuda a pasar los días.
Para poder ver todo el caso pulsa aquí
[button link="http://www.psiquiatria.com/wp-content/uploads/2016/09/CasoClinico_04_web.pdf" icon="fa-files-o" side="left" target="_blank" color="0099cc" textcolor="ffffff"]Ver caso completo[/button]

