La pandemia de Covid-19 ha provocado extensas discusiones sobre su impacto en la salud mental. Aunque las tasas globales de suicidio se mantuvieron estables durante la pandemia, las conductas suicidas no letales, como la ideación o intentos de suicidio que no resultan en muerte, no habían sido ampliamente exploradas hasta ahora. Un reciente estudio dirigido por el Dr. Víctor Serrano-Gimeno, del Grupo de Investigación en Salud Mental del Instituto de Investigación Sant Pau (IR Sant Pau), indica un incremento notable de estas conductas tras el confinamiento.
Publicado en The Lancet Psychiatry, el estudio analiza datos de una cohorte catalana desde el 1 de enero de 2018 hasta el 31 de diciembre de 2022, dividido en tres períodos: preconfinamiento, confinamiento y postconfinamiento. Los hallazgos muestran un leve aumento de las conductas suicidas no mortales antes del confinamiento, una disminución durante este, y un aumento significativo del 50,77% después del confinamiento, subrayando el efecto prolongado de la pandemia en la salud mental.
PUBLICIDAD
El Dr. Serrano-Gimeno explica que la reducción inicial podría deberse a un menor acceso a métodos suicidas, entre otras razones, y el aumento posterior refleja complejidades como el aislamiento social y desafíos económicos. Destaca la importancia de dirigir estrategias preventivas a grupos vulnerables como mujeres jóvenes y menores de 18 años.
La Dra. Maria Portella enfatiza la necesidad de abordar la suicidalidad desde una perspectiva de salud pública más allá de la patología mental, subrayando las consecuencias a largo plazo de las decisiones tomadas durante la pandemia. El Dr. Narcís Cardoner, por su parte, recalca la importancia de considerar la salud mental en futuras medidas de salud pública y la necesidad de adoptar enfoques más holísticos para manejar situaciones similares en el futuro.
Este estudio destaca que, a pesar de que la pandemia priorizó la salud física, los impactos en la salud mental son profundos y generalizables a nivel mundial, necesitando una integración más completa en la planificación de la salud pública para prevenir futuras crisis.
