De acuerdo con los resultados de dos grandes estudios observacionales, una alimentación rica en alimentos ultraprocesados aumenta el riesgo de cáncer colorrectal, cardiopatía y muerte.
Los alimentos ultraprocesados están muy alterados y repletos de ingredientes añadidos, como azúcar, grasa y sal; además, son bajos en proteína y fibra. Entre ellos se incluyen refrescos, patatas fritas de bolsa, chocolate, golosinas, helados, cereales para el desayuno edulcorados, sopas envasadas, nuggets, perritos calientes, patatas fritas y muchos más alimentos similares.
Durante los últimos 30 años ha habido un aumento constante en el consumo de alimentos ultraprocesados en todo el mundo, junto con una cantidad creciente de datos que indican que la alimentación rica en este tipo de alimentos eleva el riesgo de varias enfermedades crónicas, como el cáncer y las cardiopatías. Sin embargo, pocos estudios se han centrado específicamente en el riesgo de cáncer colorrectal.
Datos nuevos
Los investigadores analizaron los datos de 206.248 adultos del Nurses’ Health Study, del Nurses’ Health Study II y del Health Professionals Follow-up Study. La ingesta dietética se evaluó cada 4 años mediante cuestionarios detallados sobre la frecuencia de consumo de los alimentos.
Durante el periodo de seguimiento de hasta 28 años, 1.294 hombres y 1.922 mujeres presentaron cáncer colorrectal.
Los hombres con mayor ingesta de alimentos ultraprocesados presentaron un riesgo un 29 % mayor de cáncer colorrectal que los hombres con el consumo de alimentos ultraprocesados más bajo. Esta asociación se limitó al cáncer de colon distal, con un aumento del riesgo del 72 %.
Entre los subgrupos de alimentos ultraprocesados, una mayor ingesta de productos listos para consumir a base de carne/aves/mariscos y de bebidas azucaradas se asoció con el aumento del riesgo de cáncer colorrectal entre los hombres.
“Estos productos incluyen ciertas carnes procesadas como salchichas, beicon, jamón y pescados rebozados. Esto coincide con nuestra hipótesis”, afirmó la autora principal, la Dra. Lu Wang, de la Universidad Tufts en Boston (Massachusetts, Estados Unidos).
Los investigadores afirmaron que no había ninguna asociación entre la ingesta global de alimentos ultraprocesados y el riesgo de cáncer colorrectal en las mujeres, y que los motivos detrás de estos resultados no estaban claros.
Sin embargo, entre los subgrupos de alimentos ultraprocesados se dio una asociación positiva entre la comida precocinada y el riesgo de cáncer colorrectal, y una asociación inversa entre el yogur y los postres lácteos y el riesgo de cáncer colorrectal entre las mujeres.
Los investigadores indicaron que es posible que algunos alimentos (como el yogur) ayuden a contrarrestar los efectos nocivos de otros tipos de alimentos ultraprocesados en las mujeres.
“Se necesitará más investigación para determinar si existe una verdadera diferencia entre los sexos en las asociaciones o si los resultados nulos en las mujeres de este estudio se debieron simplemente al azar o a algunos factores de confusión no controlados en dicho grupo que mitigaron la asociación”, comentó el coautor principal, el Dr. Mingyang Song, de la Facultad de Salud Pública T. H. Chan de Harvard en Boston (Massachusetts, Estados Unidos).
Nocivos también para el corazón
En un estudio relacionado que se publicó en The BMJ se muestra una asociación conjunta entre una alimentación de baja calidad y una alta ingesta de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de muerte por cardiopatía o por cualquier causa.
En este estudio de 22.895 adultos (media de edad: 55 años; 48 % hombres), las personas que seguían una alimentación menos saludable presentaban un riesgo un 19 % mayor de morir por cualquier causa y un riesgo un 32 % mayor de morir por una enfermedad cardiovascular durante el transcurso de 14 años en comparación con sus iguales con una alimentación más saludable.
Los adultos con la mayor proporción de alimentos ultraprocesados presentaban riesgos igualmente elevados de mortalidad por cualquier causa y por cardiopatía (aumento del riesgo del 19 % y 27 %, respectivamente).
Cuando se analizaron de forma conjunta ambas dimensiones de los alimentos (nutrientes y procesamiento de los alimentos), la asociación de la mala calidad de la alimentación con la mortalidad se atenuó de forma significativa, pero la ingesta de alimentos ultraprocesados siguió estando muy asociada a la mortalidad, incluso después de tener en cuenta la mala calidad nutricional de la alimentación.
“Estos resultados indican que los alimentos muy procesados se asocian con malos resultados de salud independientemente de su bajo valor nutritivo”, señalan los autores.
Un llamamiento a la acción
“Todo el mundo necesita alimentos, pero nadie necesita alimentos ultraprocesados”, explican en un editorial adjunto el Dr. Carlos Monteiro y Geoffrey Cannon, de la Universidad de São Paulo (Brasil).
“La solución lógica pasa por las políticas (incluidas directrices y publicidad que aconseje evitar estos alimentos) y las acciones (incluidas leyes) públicas oficiales, diseñadas para reducir la producción y el consumo de alimentos ultraprocesados y para restringir o, preferiblemente, prohibir su promoción”, sugirieron el Monteiro y Cannon.
