Autor/autores:
Patrizia Pezzoli, Jean-Baptiste Pingault, Margherita Malanchini...(et.al)
Objetivo El papel de la crianza negativa en el desarrollo de rasgos insensibles e insensibles (CU) aún no está claro. Tanto la crianza negativa como los rasgos CU están influenciados por factores genéticos y ambientales. Los autores utilizaron modelos longitudinales cruzados genéticamente informados para examinar en qué medida los efectos recíproc...
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El papel de la crianza negativa en el desarrollo de rasgos insensibles e insensibles (CU) aún no está claro. Tanto la crianza negativa como los rasgos CU están influenciados por factores genéticos y ambientales.
Los autores utilizaron modelos longitudinales cruzados genéticamente informados para examinar en qué medida los efectos recíprocos entre la crianza negativa de los padres y los rasgos CU de los niños en la infancia media y tardía son de origen genético versus ambiental.
En 9. 260 pares de gemelos del Estudio de Desarrollo Temprano de los Gemelos, los autores estimaron efectos cruzados entre la crianza negativa (disciplina y sentimientos) y los rasgos CU de los niños en la niñez media (de 7 a 9 años) y tardía (de 9 a 12 años).
Los rasgos CU fueron fuertemente hereditarios y estables. La estabilidad se explica en gran medida por factores genéticos.
La influencia de la crianza negativa en el desarrollo de los rasgos CU fue pequeña y estuvo impulsada principalmente por factores genéticos y ambientales compartidos.
A mitad de la niñez, la influencia de los rasgos CU de los niños en la crianza negativa posterior (es decir, evocada por los rasgos CU de los niños) también fue pequeña y principalmente de origen genético.
Al final de la infancia, los rasgos CU no mostraron efectos sobre la disciplina parental negativa y pequeños efectos sobre los sentimientos negativos de los padres, que reflejaban en su mayoría factores ambientales compartidos.
En la infancia media y tardía, los factores genéticos influyeron fuertemente en el desarrollo de los rasgos CU, mientras que los efectos ambientales de la crianza negativa fueron pequeños.
La paternidad negativa tampoco se vio relativamente afectada por los rasgos de CU. Los pequeños efectos recíprocos se originaron principalmente a partir de factores genéticos y ambientales compartidos.
Por lo tanto, las intervenciones intensivas repetidas que aborden múltiples factores de riesgo en lugar de la crianza negativa por sí solas pueden estar mejor posicionadas para apoyar a las familias de niños con rasgos CU a lo largo del desarrollo.
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