La investigación familiar en el campo de los TEA se ha centrado en describir el impacto de los desafíos infantiles en los padres, generalmente las madres, y ha prestado poca atención a las formas en que las madres y los padres influyen recíprocamente en el desarrollo del niño con TEA.
El estudio actual examinó la dirección de los efectos entre la ...
La investigación familiar en el campo de los TEA se ha centrado en describir el impacto de los desafíos infantiles en los padres, generalmente las madres, y ha prestado poca atención a las formas en que las madres y los padres influyen recíprocamente en el desarrollo del niño con TEA.
El estudio actual examinó la dirección de los efectos entre la calidad emocional de las relaciones madre-hijo y padre-hijo y la gravedad de los síntomas de TEA y los problemas emocionales y de comportamiento del niño en tres puntos temporales que abarcan 2 años.
Utilizando las muestras de cinco minutos del habla de los padres y las calificaciones de los maestros sobre la gravedad de los síntomas de TEA y los problemas emocionales y conductuales del niño, se emplearon cuatro modelos de ecuaciones estructurales de retardo cruzado para evaluar los efectos bidireccionales entre el calor y la crítica de los padres y los síntomas de TEA y los problemas emocionales y conductuales del niño. en tres oleadas de datos (aproximadamente con 12 meses de diferencia) en 159 familias que tuvieron un hijo con TEA (inicialmente de 6 a 13 años). Las madres y los padres tenían una edad promedio de 39. 53 (DE = 5. 55) y 41. 66 años (DE = 6. 19). Los niños con TEA eran predominantemente hombres (86. 2%) y blancos, no hispanos (76. 7%). Los resultados del modelo de rezago cruzado indicaron efectos bidireccionales tanto para las madres como para los padres. La calidez en la relación madre-hijo y la relación padre-hijo afectó el funcionamiento del niño en momentos anteriores. En la dirección opuesta, el funcionamiento del niño afectó la calidez del padre y las críticas de la madre en momentos posteriores.
Los resultados indican que la calidad emocional de las relaciones entre padres e hijos está relacionada bidireccionalmente con los síntomas y los problemas emocionales y de comportamiento de los niños con TEA. Se discuten las implicaciones importantes para apoyar a las familias.
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