El Hospital Universitari (HU) Institut Pere Mata organizó hace unas semanas, y por primera vez, una jornada de divulgación científica abierta a la ciudadanía para explicar las claves del proyecto de investigación Bipogent sobre el trastorno bipolar llevado a cabo conjuntamente con FIDMAG y el Hospital Clínic. A la actividad se acercó mucha gente interesada en conocer más detalles del proyecto.
La iniciativa también incluyó una breve exposición de los investigadores de Bipogent. La tarde fue de lo más completa, incluyó visitas guiadas por el recinto del Pavelló dels Distingits, talleres infantiles de manualidades, espacio de exposición y venta de productos artesanales elaborados por los usuarios del servicio de terapia ocupacional y espacios divulgativos. En este último espacio los especialistas estuvieron a la disposición de los asistentes para informarse de cada uno de los procesos de investigación del proyecto Bipogent.
En la investigación pionera se indaga por primera en la influencia del genDDR1 en el trastorno bipolar y se realiza a través de unas pruebas de neuroimagen y evaluación neuropsicológica muy completas. Los visitantes pudieron conocer cómo el HU Institut Pere Mata investiga el cerebro desde la genética, la neuroimagen y la evaluación neurospsicológica. El estudio cuenta con una muestra extensa de 600 voluntarios divida en dos: 300 padecen trastorno bipolar y el resto, no.
«El objetivo de las jornadas es acercar a la ciudadanía la rama científica de la salud mental. Es una investigación sobre una parte muy desconocida del cuerpo, el cerebro», explicó la psicóloga Cristina Varo, del Hospital Clínic. Ella abordó la cognitividad, aquel proceso del cerebro que se activa al memorizar, prestar atención o tomar decisiones.
El proyecto incluye unas pruebas de neuroimagen y también de evaluación neuropsicológica
«Se ha observado que en éstos procesos cognitivos hay entre un 30 y un 60% de la población con trastorno bipolar que tiene dificultades cognitivas y se pueden agudizar en estados de depresión. Aunque también hay pacientes asintomáticos», añadió. No todos presentan dificultades cognitivas, «por eso, es importante hacer un perfil neuropsicológico de cada uno a través de una exploración neuropsicológica».
En el aspecto genético, Elisabet Vilella, del HU Institut Pere Mata, dijo que «no estudiamos todo el genoma, sinó el gen DDR1, que codifica por una proteína de la substancia blanca del cerebro. Ya habíamos encontrado una relación entre ésta y la esquizofrenia. Ahora queremos aplicarlo al trastorno bipolar».
Para ello, realizarán un análisis genético del genoma o ADN que extraerán de una muestra de sangre de cada uno de los voluntarios, aislarán el ADN y llevarán a cabo dos análisis: «Por un lado, buscaremos en este gen variantes genéticas entre los individuos. Veremos si los que padecen trastorno bipolar tienen más variantes que los pacientes que no tienen. Así pasó con la esquizofrenia; además estudiaremos la epigenética, es decir, sobre la cadena del ADN se producen unas modificaciones químicas que pueden influir en cómo se expresan los genes y éstas pueden cambiar con los factores ambientales o vivenciales. Veremos qué modificaciones epigenéticas hay en el gen DDR1». Especializada en neuroimagen, Norma Verdolini, de FIDMAG, detalló cómo mediante una resonancia magnética de 50 minutos «podemos estudiar la microestructura de la substancia blanca».
El proyecto, valorado en 600.000€, precisa aún de 100.000 para finalizar el estudio. De eso se encarga el Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili con una campaña de donaciones. Bipogent también ha sido financiado por el Instituto de Salud Carlos III y Brain and Behaviour Research Foundation (EEUU).