Autor/autores:
James C. Harris
La diversidad clínica y etiológica encontrada entre las personas con diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA) es un factor crítico y un obstáculo en el desarrollo de nuevos tratamientos. Hasta ahora, no se ha identificado ningún biomarcador. El autismo ha sido reconocido desde hace mucho tiempo, según los estudios de resultados, como un...
PUBLICIDAD
Estás viendo una versión reducida de este contenido.
Para consultar la información completa debes registrarte gratuitamente.
Tan sólo te llevará unos segundos.
Y si ya estás registrado inicia sesión pulsando aquí.
La diversidad clínica y etiológica encontrada entre las personas con diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA) es un factor crítico y un obstáculo en el desarrollo de nuevos tratamientos. Hasta ahora, no se ha identificado ningún biomarcador.
El autismo ha sido reconocido desde hace mucho tiempo, según los estudios de resultados, como una categoría heterogénea. En 1943, Leo Kanner, MD, introdujo y describió sistemáticamente los rasgos característicos que se adoptaron en gran medida en el diagnóstico DSM-III del autismo infantil temprano.
El estudio clínico de seguimiento de Kanner de sus primeros 11 casos en 1971 reveló una considerable heterogeneidad en los resultados.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://jamanetwork.com
