La jefa de la Unidad de Otorrinolaringología del Hospital Ruber Internacional, Miriam Navarro Cunchillos, ha llamado a la población a "tomarse muy en serio" la apnea obstructiva del sueño porque puede ser el origen de patologías graves, como hipertensión arterial, diabetes tipo 2, infartos de miocardio o ictus, e incluso provocar una muerte súbita.
La apnea obstructiva del sueño es un trastorno infradiagnosticado con el que convive entre el 25 y el 30 por ciento de la población y que se caracteriza por episodios repetidos de obstrucción parcial o total de las vías respiratorias superiores durante el sueño, lo que impide un descanso reparador, con consecuencias en el día a día.
La especialista del Ruber ha detallado que la mayoría de pacientes que acuden a consulta lo hacen motivados por el ronquido, pero que esto es "solo la punta del iceberg" por lo que ha instado a toda aquella persona que note "algún signo de alarma" a acudir al especialista "sin perder tiempo".
"Si identificamos y tratamos adecuadamente a tiempo una apnea obstructiva del sueño, toda esa enfermedad que lleva asociada ese paciente no la va a desarrollar. Además de sentirse muchísimo mejor, por supuesto", ha destacado Navarro, quien ha detallado los avances que se han producido en diagnóstico y tratamiento de este trastorno.
El 'gold standard' (test de referencia de máxima fiabilidad) para detectar la enfermedad es la polisomnografía, una prueba en la que, según ha explicado la experta, el paciente duerme en el hospital conectado a unos cables que monitorizan la respiración, la actividad cerebral, la tensión arterial y los movimientos que se producen en distintas partes del cuerpo, como en tórax y las extremidades.
Los neurólogos especialistas en trastornos del sueño, que son los encargados de realizar esta prueba, analizan el registro del número de pausas respiratorias que el test identifica que ha tenido el paciente en cada hora y esto les permite determinar si la apnea es leve, moderada o grave, además de permitirles diferenciar este trastorno de otros problemas del sueño, como el insomnio o el síndrome de piernas inquietas.
DIAGNÓSTICO DE ALTA PRECISIÓN
En el ámbito quirúrgico y, en concreto, en el campo específico de los otorrinolaringólogos, destaca la introducción de técnicas avanzadas como la denominada DISE (evaluación endoscópica del sueño inducido por fármacos). Esta técnica permite identificar con precisión la localización y el tipo de obstrucción que se está produciendo en las vías respiratorias.
Para ello, el paciente debe pasar por quirófano, donde el anestesista le administra unos medicamentos que inducen a un sueño similar al sueño natural.
"Introducimos el fibroscopio en la vía respiratoria estando el paciente dormido y monitorizado, y cuando vemos que tiene una pausa respiratoria, observamos qué es lo que está ocurriendo en la vía respiratoria superior de ese paciente: si tiene un colapso, qué tipo de colapso es y cómo se produce este colapso", ha detallado Navarro.
De este modo, los profesionales pueden personalizar el tratamiento quirúrgico para cada paciente de forma que sea lo más efectivo posible y aumenten las tasas de éxito.
Así, si la obstrucción se encuentra en las amígdalas o el paladar blando, la cirugía será dirigida a esta zona, mientras que si se trata de una obstrucción de la base de la lengua, el procedimiento se hará en específico para esa zona.
Sin embargo, la otorrinolaringóloga ha puntualizado que los pacientes con obesidad mórbida o que presentan riesgos quirúrgicos elevados no pueden someterse a la cirugía, por lo que en estos casos se prioriza el tratamiento específico de la obesidad con cirugía bariátrica o el uso de la máquina de presión positiva continua en la vía respiratoria (CPAP).
Para casos más leves, dependiendo de las características de la apnea, hay alternativas como las terapias posturales o los dispositivos de avance mandibular.