No existe un perfil de la persona que va a quitarse la vida, no es fácil predecir una conducta suicida y la persona que toma la decisión de matarse puede ser una persona sin ningún trastorno, según ha explicado a Europa Press el psiquiatra forense José Cabrera.
"La persona que se suicida puede ser alguien que ha decidido quitarse la vida porque simplemente la vida ya no le interesa", explica este experto, quien ha valorado para Europa Press la situación que pudo padecer el copiloto del avión de la compañía Germanwings, el cuál podría haber tomado voluntariamente la decisión de estrellar el avión, según la información apuntada por el fiscal francés que lleva la investigación.
Cabrera afirma que no es posible predecir la conducta del suicida, "muy pocos son los que al final han dejado algún apunte de que se van a quitar la vida"; asimismo entiende que no se puede saber aún si se trataba de una decisión premeditada o lo decidió en el último momento.
No obstante, tiene la impresión de que "tenía de alguna manera la idea de quitarse la vida y tomó la decisión en ese instante, excluyendo el resto de la gente que le rodeaba".
Aunque no se puede hacer una radiografía sobre las personas con tendencia suicida, la decisión de quitarse la vida siempre excluye al resto del mundo. "Cuando alguien ejecuta su acción el mundo no existe. Por lo tanto, da igual si tiene al lado 40, 150 o 1.000 personas más", explica.
En su opinión, el acto suicida solo tiene una explicación analizando el entorno de la personas que se ha quitado la vida. "Solo se puede saber el porqué analizando el pasado de esa persona", y, por ello, su recomendación es indagar entre su familia, pareja o exparejas, vecindario; conocer si tenía rencor o cuentas pendientes con la compañía, o si tomaba algún psicotrópico o padecía alguna enfermedad.
Este es el trabajo que debe realizar la autopsia psicológica, que es la única herramienta que puede esclarecer los motivos de la decisión, ya que si se quitó la vida de manera voluntaria siempre existe alguna razón que no siempre tiene por qué estar oculta.
"Tenía que tener una explicación. Nadie se quita la vida porque sí. Habrá que bucear por su pasado para llegar a la evidencia de que había una razón por la que él voluntariamente quería autodestruirse", advierte.
Respecto a qué pudo pasar por su cabeza, la mayor parte de los profesionales hablan de que, "en el último instante del último momento", cuando se toma la decisión de suicidarse, en la persona se produce una reacción de "cortocircuito", podría decirse que sufre "enajenación mental transitoria" donde "fracasa el instinto de supervivencia".
Esto podría explicar el hecho de que, tras tomar la decisión de bloquear la puerta y accionar el seleccionador de altitud que iniciaba el descenso, el copiloto no tuvo ninguna reacción y solo se le oía respirar con normalidad.
En cualquier caso, lo cierto es que "en ese instante lo que pasa por la cabeza del sujeto solo lo sabe quien se quita la vida", advierte el forense, quien reitera que en estos casos "siempre" fracasa el instinto de supervivencia; "está él solo y su circunstancia, no existe nadie más", concluye.