La doctora Lara Valles, jefa asociada del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario General de Villalba, ha advertido de los riesgos de tomar el sol en exceso para la salud y señala que "puede ser un hábito tan perjudicial como fumar"
"Tomar el sol es una actividad muy extendida en nuestra sociedad y a la que se atribuye erróneamente la propiedad de ser beneficiosa para la salud. Una idea que no es del todo correcta", señala, si bien reconoce que "a diferencia del hábito tabáquico, resulta inevitable recibir cierta radiación solar si se realizan actividades al aire libre".
"Es verdad que necesitamos entre 10 y 15 minutos diarios de exposición solar para la síntesis de vitamina D, pero afortunadamente, en nuestro país, con un paseo al aire libre de un cuarto de hora es suficiente", añade. Por el contrario, prosigue, estar en la playa o en la piscina totalmente descubiertos y sin protección solar "no es una práctica nada saludable".
"Es importante tener siempre una sombra cerca, intentar no exponernos al sol en las horas centrales del día y usar sombreros, siendo una buena opción, en el caso de la gente joven, utilizar camisetas solares cuando, por ejemplo, vayan a pasar todo el día en la piscina", dice. En cuanto a las cremas con protección solar, destaca que son "imprescindibles". "Pero no debemos pensar que por aplicárnosla podemos tomar el sol por un tiempo ilimitado", explica.
Además de las precauciones a la hora de tomar el sol, para cuidar la piel en esta época del año, la jefa asociada del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario General de Villalba también recomienda una dieta rica en frutas y verduras, no fumar e hidratarse correctamente.
COMER BIEN Y SANO EN VERANO
También en el ámbito de la alimentación, Enrique Sanz, nutricionista del centro villalbino, alerta sobre los riesgos y el peligro para la salud que representan algunas dietas para bajar peso rápidamente antes del verano.
"No podemos pretender conseguir en tres o cuatro semanas lo que no hemos podido hacer en un año entero", señala. "Si queremos algo rápido, fácil y sencillo, lo esperable es que los resultados a largo plazo vayan a ser malos", expresa.
Asimismo, Sanz lamenta que muchas personas cometan excesos con la alimentación durante sus vacaciones, asegurando que "una dieta saludable no está reñida con disfrutar de la comida". "Llevar una buena alimentación no es, para nada, algo aburrido, ni monótono; podemos probar nuevos alimentos que no se consumen en nuestro país habitualmente, o probar nuevas recetas que den un poquito más de vida a los alimentos que tomamos habitualmente", aconseja.
En esta época del año, el experto recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en agua, como las frutas y las verduras, así como de legumbres. Aunque lo ideal es seguir una dieta sana y equilibrada, el experto recuerda que es posible "permitirse un capricho de vez en cuando, con sentido común".
En cuanto al consumo de bebidas alcohólicas, explica que estas "simplemente refrescan, pero no hidratan" y que, en el caso de los refrescos azucarados, es mejor sustituirlos por zumos de frutas naturales, infusiones frías o refrescos sin azúcar.
CUIDADOS CON LOS MÁS PEQUEÑOS
Por su parte, el doctor Roi Piñeiro, jefe del Servicio de Pediatría del hospital de Villalba, señala cómo los "sustos" más habituales de los niños en esta época del año los traumatismos, las picaduras y las intoxicaciones alimentarias.
A estos, el pediatra suma los "accidentes acuáticos", como los "mal llamados 'cortes de digestión', ya que "lo importante no es esperar a terminar de hacer la digestión, sino evitar los choques bruscos de temperatura al entrar en el agua, lo que puede provocar escalofríos, náuseas o vómitos".
Además, advierte del peligro de los ahogamientos, "que en España siguen produciendo entre 300 y 500 fallecimientos de niños y adultos cada año". Por ello, recomienda "no estar en el agua nunca solo para que, si ocurre cualquier contratiempo, haya alguien cerca que pueda ayudar".
A su juicio, siempre es "útil" hacer hueco en la maleta para un botiquín en el que, de cara a los niños, se deberían incluir, entre otras cosas, "gasas, tiritas, tijeras, antiséptico local, algún analgésico menor, protector gástrico y, si es el caso, las medicaciones crónicas".
En caso de que se olvide, el doctor hace una llamada a la calma. "Lo importante es saber dónde vamos, si hay farmacias, centros de salud u hospitales cerca y dónde están y, si se viaja al extranjero, conocer cómo funciona el sistema sanitario del país que visitaremos y qué tipo de medicamentos puedes introducir en él", concluye el doctor Piñeiro.