Manuel Martín, vicepresidente de la SEP, cree que hay que restringir el hábito en todos los centros de salud mental
La normativa antitabaco prohíbe fumar en las unidades de agudos de Psiquiatría, dentro de los hospitales generales. Pero hay otro tipo de centros psiquiátricos, como los de larga estancia, donde esa legislación no se aplica de la misma forma. Por eso Manuel Martín, vicepresidente de la Sociedad Española de psiquiatría (SEP), piensa que este colectivo está discriminado.
"En los últimos años ha habido una conciencia creciente sobre el tabaquismo en los servicios de Psiquiatría"
"En los últimos años ha habido una conciencia creciente sobre el tabaquismo en los servicios de Psiquiatría. De hecho, creo que la norma se cumple en las unidades de agudos bastante bien. Pero hay que tener en cuenta que hay también centros donde viven personas con problemas mentales que quedaron excluidos en la prohibición de fumar en centros sanitarios. La idea sería incluirlos también en la regulación contra el tabaco. Porque entendemos que es una discriminación", asegura a este medio Martín.
Estas declaraciones vienen después de que la revista Phychological Medicine haya confirmado la relación recíproca entre fumar tabaco y desarrollar un problema de salud mental. El mismo grupo, de la Universidad de Bristol (Reino Unido), ya había publicado otro estudio similar en el British Journal of Psychiatry. En él se mostraba la evidencia de que el tabaquismo aumenta el riesgo de trastorno bipolar.
"Que al colectivo más desfavorecido en muchos aspectos se le permita el acceso al tabaco considero que va en su contra", añade.
Colaboración entre servicios
Manuel Martín señala que, al menos en su experiencia, hoy en día no se trabaja de manera conjunta entre los servicios de Neumología y Psiquiatría, a pesar de que esta relación podría ayudar de cara a derivar a los pacientes a unidades de tabaquismo.
"El estudio da una información novedosa que habría que ponerla en práctica"
En cuanto al peso que deben tener a la hora de trasladar el mensaje de que aquellas personas con hábito tabáquico pueden tener problemas de salud mental, el vicepresidente considera que "la pelota estaría más en el tejado de los servicios de salud pública".
"Son los que claramente deben informar más claramente a la población de esta asociación. Y en este sentido, yo también situaría esa labor preventiva en los propios servicios de Neumología y en la Atención Primaria, que es donde normalmente se informa de los riesgos del tabaco asociado con otras patologías de tipo cardiaco, respiratorio… y ahora habría que añadir información sobre los problemas de salud mental".
"Solíamos pensar -prosigue- que de alguna forma primero aparecían los problemas de salud mental y eso condicionaba que la persona fumara más. Y ahora este estudio, que tiene una gran magnitud por las personas que participan en él y por su rigurosidad, pone de relieve que puede ser al contrario también. Con lo cual es una información novedosa que habría que ponerla en práctica".
