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Afrontar la pérdida de un perro: guía psicológica para sanar el corazón

Fecha Publicación: 30/09/2025

Autor/autores: Rebeca Vidal Rodríguez
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Perder a un perro querido puede sentirse como perder a un miembro de la familia. En este artículo exploraremos cómo transitar ese duelo, qué estrategias ayudan, y cómo retomar la vida con sentido, sin negar el dolor.

Entendiendo el vínculo: por qué duele tanto

Desde el inicio, el vínculo con una mascota no es trivial: implica rutinas compartidas, comunicación silenciosa, protección mutua y una compañía constante en las alegrías y las tristezas. Cuando se rompe ese lazo, se altera no solo la ausencia física, sino también el sentido de pertenencia, la rutina emocional y muchas veces nuestra identidad como guardián o cuidador.

En psicología del duelo —inspirándonos en modelos como el de Kübler-Ross y posteriores adaptaciones— sabemos que el duelo por mascotas puede recorrer etapas similares a otros duelos humanos: negación, rabia, negociación, tristeza profunda, y aceptación. Pero estos esquemas no se viven linealmente; muchas veces se cruzan o regresan.

Fases y emociones comunes en el duelo de una mascota

  • Negación / shock inicial. “No puede haber pasado”, “me lo van a traer de vuelta”.
  • Culpa y autorreproche. “¿Habría podido hacer algo más? ¿Debería haberlo llevado antes al veterinario?”
  • Ira / frustración. Rabia contra la enfermedad, la muerte, el destino o incluso contra uno mismo.
  • Tristeza profunda / vacío. Llorar, experimentar nostalgia, deseo de reencuentro imposible.
  • Aceptación y reconstrucción. No significa olvidar, sino incorporar el recuerdo sin que paralice la vida.

No hay plazos fijos: algunas personas sienten una mejora significativa en meses, otras tardan más de un año. Lo importante no es “cuándo pasa”, sino cómo caminamos ese proceso.

Cómo acompañar el duelo: estrategias psicológicas

A continuación, algunas herramientas que pueden facilitar el tránsito del dolor:

  1. Permítete sentir. No reprimas el llanto o el malestar; los sentimientos son señales internas que necesitan expresarse.
  2. Escribir o verbalizar la despedida. Mapas de recuerdos, cartas al perro, rituales simbólicos (una ceremonia íntima, plantar un árbol, encender una vela) pueden marcar un cierre simbólico.
  3. Apoyo social y validación. Compartir la experiencia con personas que han sufrido pérdidas similares —amigos, grupos de duelo— ayuda a sentirse comprendido/a.
  4. Autocuidado emocional y físico. Dormir lo suficiente, comer bien, moverse (caminar, ejercicio moderado), retomar actividades placenteras, mantener contacto con la naturaleza.
  5. Límites en decisiones impulsivas. Evita tomar decisiones drásticas como adoptar inmediatamente otro perro; puede generar comparaciones injustas y agravar la culpa.
  6. Profesional de apoyo. Si el duelo prolonga síntomas intensos (insomnio persistente, abatimiento severo, aislamiento, pensamientos constantes) puede ser útil acudir a un psicólogo o terapeuta especializado en duelos.

Casos prácticos: relatos y aprendizajes

Caso 1: Marta y su perrita Luna

Marta adoptó a Luna cuando ésta tenía un año, y con el tiempo ambas desarrollaron un lazo muy estrecho. Cuando Luna empezó a mostrar síntomas graves, Marta evitó aceptar la gravedad. Tras el fallecimiento, experimentó una culpa intensa —“no hice lo suficiente”—, insomnio y aislamiento social. Con apoyo psicológico, pudo trabajar en distinguir lo que estaba bajo su control, perdonarse y crear un ritual simbólico de despedida (plantó un rosal en su jardín). Con el tiempo, integró ese vacío como parte de su historia, en vez de luchar contra él.

Caso 2: Miguel y el duelo en familia

Cuando el perro de Miguel murió súbitamente, su hijo de 8 años preguntaba repetidamente cuándo volvería. Miguel inicialmente evitó el tema para “protegerlo”, pero luego, guiado por orientación psicológica, decidió tener una conversación honesta: explicó que “el cuerpo dejó de funcionar” y permitió que el niño hiciera un dibujo y escribiera una carta. Juntos llevaron a cabo una pequeña ceremonia en el jardín con flores, palabras compartidas y un abrazo final. Esa experiencia favoreció que el niño expresara tristeza, pero también reconociera el cariño que hubo.

Aspectos especiales: duelo por eutanasia, muerte repentina o mascotas múltiples

La forma de la pérdida importa psicológicamente:

  • Eutanasia con decisión médica:** suele acompañarse de sentimientos de culpa (“¿tomé la decisión correcta?”). En estos casos, es útil pedir explicaciones claras al veterinario y obtener validación profesional del proceso.
  • Muerte repentina o accidente. El shock es más fuerte porque no hay preparación previa; pueden aparecer reacciones traumáticas o ansiedad posterior.
  • Duelo de mascotas múltiples. A veces la muerte de una mascota revive pérdidas anteriores o intensifica la sensación de fragilidad frente al afecto.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo “normal” dura el duelo? No existe una duración universal. Se puede observar una mejora sustancial en 3–6-12 meses, pero eso no significa olvido, sino que el dolor deja de estar tan presente en el día a día.

¿Cuándo es adecuado adoptar otra mascota? Es una decisión muy personal y no hay un “momento ideal”. Se recomienda esperar hasta que ya no haya una emoción dominante de pérdida, para evitar comparaciones automáticas o sentimientos de traición.

¿Es necesario hacer terapia profesional? No siempre, pero si el duelo interfiere en tu funcionamiento diario —trabajo, relaciones, sueño, ánimo— es una señal para buscar acompañamiento especializado.

Conclusiones

La muerte de un perro representa una herida emocional que merece respeto y acompañamiento. No se trata de “superarla” borrando el recuerdo, sino de **integrarla** en nuestra historia con sentido y compasión hacia uno mismo. Cada persona vive el duelo de modo distinto, y no hay una fórmula universal. Sin embargo, aceptar el dolor, construir rituales personales, contar con redes de apoyo y recurrir a la ayuda profesional cuando sea necesario pueden marcar una diferencia profunda en el proceso.

Recordar con cariño no es vivir en el pasado: es honrar lo que fue y abrirse a lo que aún puede venir. Y aunque el vacío nunca desaparezca por completo, su intensidad puede transformarse en gratitud por lo vivido.

Glosario de términos útiles

  • Duelo: proceso emocional adaptativo ante una pérdida.
  • Aceptación adaptativa: reconocer la irremediabilidad de la pérdida mientras se reorienta la vida.
  • Ritual simbólico: acción significativa que marca un cierre emocional.
  • Reapertura de vínculo: la capacidad simbólica de seguir queriendo a pesar de la ausencia física.


Palabras clave: muerte perro
Tipo de trabajo: Post/Entrada de Blog
Área temática: Bienestar .

Universidad de Salamanca

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