Los acontecimientos sociopolíticos de carácter traumático pueden afectar a la salud de las personas y grupos afectados, promover alteraciones específicas, dificultar los procesos de duelo, inducir a emociones negativas o perturbar el sistema de creencias básicas, alterando la visión del mundo, la relación con los otros e incluso la identidad de uno mismo. Aun y todo, un tipo de afrontamiento activo, puede favorecer procesos de crecimiento postraumático que alejen a la persona de un rol de víctima pasiva ante los hechos. El presente estudio explora el impacto que tuvo la violencia represiva de la última dictadura militar argentina en una muestra de familiares de personas detenidas desaparecidas (n=30) y de personas que sobrevivieron a las cárceles de la dictadura (n=22). De los resultados se extrae que, 30 años después de que los acontecimientos tuvieran lugar, perduran algunas consecuencias psicosociales entre la población, aun cuando también se percibe una reconstrucción del sistema de creencias básicas y una baja persistencia de sintomatología postraumático. Se concluye que un tipo de afrontamiento activo de la experiencia se relaciona con más medidas de bienestar psicosocial.