Aripiprazol es el primer representante de un grupo de antipsicóticos con acción agonista parcial de los receptores dopaminérgicos D2, incluido en el grupo de los antipsicóticos denominados de tercera generación, también llamados agonistas parciales de dopamina, estabilizadores de dopamina o ?moduladores del sistema dopamina-serotonina?. Los ensayos clínicos realizados han demostrado que aripiprazol es eficaz en adultos en el tratamiento de la esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo, episodios de manía y en la prevención de éstos a largo plazo, y asociado a antidepresivos en el tratamiento de la melancolía que no responde al tratamiento antidepresivo habitual. La eficacia de aripiprazol en otros trastornos es prometedora pero todavía son necesarios la realización de nuevos ensayos clínicos bien diseñados. Aripiprazol se caracteriza por presentar un excelente perfil de tolerancia y seguridad: baja incidencia de sedación y efectos extrapiramidales, escaso aumento de peso, ausencia de efectos metabólicos, buen perfil sobre las funciones cognitivas y no incrementa los niveles de prolactina ni alarga el intervalo QTc. Para conseguir este perfil de tolerancia es importante familiarizarse con su dosificación y en la estrategia de cambio de un antipsicótico a aripiprazol para prevenir la acatisia y el síndrome de activación.