La Comunicación de Malas Noticias, es una tarea ardua y compleja tanto para el emisor (quien comunica) como para el receptor (quien recibe) y si a eso le aunamos las circunstancias tan especiales como son las situaciones de los accidentes de tráfico, que son acontecimientos inesperados, llenos de incertidumbre y emergencia, la comunicación se endurece aún más por ambas partes, en donde el miedo a causar daño y al propio dolor se apoderan de la comunicación.
Y, aunque una mala noticia nunca suena bien, sí es posible aprender a comunicarla mediante el desarrollo adecuado de “las habilidades sociales de comunicación” (empatía, escucha activa, asertividad...etc.). Existen pautas de comunicación que forman un protocolo que acompaña en todo momento al encuentro único y personal entre el emisor y el receptor -y/o receptores- de la mala noticia, optimizando así, tanto la relación de ayuda y acogida, como las posibles respuestas inmediatas del receptor.
Una buena comunicación de malas noticias es la clave para favorecer una relación más profesional y a la vez “más cercana” con el receptor, disminuyendo sus niveles de ansiedad y mejorando sus capacidades de adaptación y resolución psicológica a la nueva situación.
Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias
Liuba Yamila Peña Galbán
Psiquiatría - Cuba
Fecha: 23/05/2023
Vanessa Punset Decoppet
Psicólogo - España
Fecha: 22/05/2023