A lo largo de la historia se ha tratado de acotar el concepto de superdotación en sintonía con los principales modelos teóricos de inteligencia, aunque hoy en día continúa existiendo cierta confusión respecto a lo que se considera inteligencia superior y su localización cerebral es algo difusa. Actualmente seguimos apoyándonos en los modelos monolíticos sin tener en cuenta los factores neurobiológicos, motivacionales y ambientales, que determinan la superdotación. Los perfiles intelectuales más complejos se caracterizan por poseer un potencial que supera el percentil 75, tanto de recursos como de capacidades cognitivas producto de factores neurobiológicos, motivacionales y ambientales con edad entorno a los 12-13 años. Parece inferirse tras diversas investigaciones, que la inteligencia suprema podría traducirse en la eficiencia en el flujo de información de la red fronto-parietal y la existencia de una mayor efectividad de los medios necesarios en procesos cognitivos complejos pero resultan escasos los trabajos entorno a este concepto requiriendo más estudios en esta línea.