El suicidio supone una de las principales causas de muerte prevenible en la población general. La identificación precoz de la ideación suicida, así como de los factores de riesgo es una tarea crucial en nuestra práctica clínica diaria. Entre estos factores de riesgo, es importante recordar la influencia de la patología orgánica sobre el estado de ánimo. Encontramos especialmente relevante la patología de los ganglios de la base, en nuestro caso la enfermedad de Parkinson (EP). Este tipo de enfermedades neurodegenerativas tendentes a la cronicidad y al deterioro pueden tener un gran impacto afectivo sobre los pacientes, haciendo que sea más frecuente la presencia de trastornos afectivos así como ideas de muerte o autolíticas.
Presentamos el caso de un paciente varón de 55 años, sin antecedentes psiquiátricos de interés ni consumo de tóxicos. Como antecedentes orgánicos tiene diagnosticado EP para la cual no estaba en tratamiento ni seguimiento. A causa de dicha enfermedad, presenta marcada limitación en las actividades básicas de la vida diaria. Es traído al servicio de urgencias al ser encontrado tras intento autolítico por ahorcamiento.
Según la bibliografía consultada hasta un 23% de los pacientes con EP presentan durante el curso de la enfermedad ideación de muerte o suicida. La percepción de discapacidad, presencia de síntomas motores no controlados o la comorbilidad con trastornos afectivos aumentan la probabilidad de desarrollar este tipo de ideaciones.
Pueden ser útiles herramientas como la Mini International Neuropsychiatric Interview (MINI), Beck Depression Inventory (BDI), o Hamilton Rating Scale for Depression (HAM-D) .