Nos encontramos a las puertas del siglo XXI y se prevé que en el 2010 dos tercios de los pacientes psiquiátricos tendrán algún problema de abuso/dependencia de sustancias y que el 90% de los drogodependientes tendrán otro diagnóstico psiquiátrico. Parece, por lo tanto, que los problemas de alcoholismo y de otras toxicomanías seguirán ocupando un puesto cada vez más relevante en la necesidad asistencial de nuestros ciudadanos. Se trata, a nuestro entender, de un tema urgente del que las autoridades sanitarias y los profesionales de la medicina debemos concienciarnos para abordarlo con mayor decisión e interés. Este cambio en las necesidades asistenciales obliga a plantear modificaciones en el curriculum psiquiátrico para poder proporcionar una formación suficientemente sólida y específicamente dirigida a esa nueva demanda.