El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo después de las cardiopatías. La ciencia, en su impulso hacia la curación del cáncer, consigue que el 50% de los pacientes diagnosticados se curen gracias a los avances teóricos y técnicos de la medicina. El sujeto que enferma, no es por casualidad que enferma, hay algo en él, enfermo, en el sentido que no marcha bien, no funciona bajo el espectro de posibilidades de la máquina, se ha detenido en ciertos movimientos, repetitivos, que lo llevan a resolver las situaciones de su realidad de una manera concreta restringida, que de repetirse lo lesiona, lo somete a ese goce. El cuerpo es el escenario donde se juegan estos procesos anímicos. A veces es difícil salir de ese movimiento libidinal, en esa complejidad que supone el aparato psíquico y sus interrelaciones, de las que el mismo sujeto desea sanar y no sanar, transformar y no transformar. La repetición hace de la intervención psicoanalítica, prioritaria.