Avances en Salud Mental Relacional / Advances in relational mental health
Vol.3, núm. 2 - Julio 2004
Órgano Oficial de expresión de la Fundación OMIE
Revista Internacional On-line / An International On-line Journal
"LA CRISIS DE LA EDAD MADURA EN EL VARON"
(El climaterio masculino)
José Cukier
Cukierj@fibertel.com.ar
RESUMEN
Este ensayo desarrolla el tema de "La Crisis de la sexta década de la vida", (psicoanálisis
del climaterio masculino). El autor sustenta la propuesta a partir de la obra Freudiana y ofrece
como material clínico, el climaterio de Sigmund Freud. Con tal finalidad rastrea aspectos de su
vida y obra vinculados al climaterio. Despliega metapsicológicamente, aspectos comunes a ésta
etapa de la vida como son: el problema del poder, modificaciones del dormir, el problema con el
tiempo, el problema de la pasión, una hipótesis explicativa acerca de las causas de muerte aguda en
los hombres en la sexta década de la vida y la generación intrapsíquica de un espacio para la
muerte.
PALABRAS CLAVE
Climaterio masculino, Crisis de la sexta década de la vida.
SUMMARY
Psychoanalysis of masculine climacteric (change of life). This essay addresses the subject
of masculine climacteric. The author bases his proposal on Freud's work, and uses Sigmund
Freud's climacteric as clinical material. To do so, he investigates some aspects of his life and his
work that relate to this phase of life, such as the problem of power, the changes in sleeping
patterns, the problem of time, the problem of passion; he also offers a hypothesis which might
explain the causes of acute death in men during the fifth decade of life, and the intrapsychic
generation of a space for death.
KEY WORDS
Climacteric, crisis.
INDICE
ASMR Revista Internacional On-line - Dep. Leg. BI-2824-01 - ISSN 1579-3516
CORE Academic, Instituto de Psicoterapia, Manuel Allende 19, 48010 Bilbao (España)
Copyright © 2004
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Prólogo.
1. Presentación del tema.
2. Citas Freudianas vinculadas al climaterio masculino.
3. Material clínico. Sigmund Freud y su climaterio.
4.Consideraciones metapsicológicas acerca de algunas singula ridades del climaterio masculino.
A.
El problema del poder.
B.
Modificaciones del dormir.
C.
La modificación subjetiva del pasaje del tiempo.
El problema de la pasión.
Creatividad y rasgos de carácter.
Sentimiento de sí y de inferioridad.
Una hipótesis psicosomática acerca de las causas agudas de muerte en los varones , en la sexta
década de la
vida
I
Generación intrapsíquica de un espacio para la muerte.
5.
Resumen.
6.
Bibliografía.
PRESENTACIÓN DEL TEMA
Según el diccionario enciclopédico Espasa-Calpe las palabras climaterio y Climatérico,
derivan del griego Klimakterikós, de klimaktér, que significa escalón Comprende el período de la
vida que se inicia en la sexta década de la vida.
La Organización Mundial de la Salud, determinó a los 65 años como el momento de
inciación de la vejez, y "envejecimiento" al período que comprende entre los 55 y los 65 años. Esta
concepción artificial tiene sus variaciones culturales, históricas, sociales e individuales. Es una
época de síntesis y creatividad, con realizaciones sociales y personales, de producción científica,
política, intelectual, industrial o militar; con puestos de poder, influencia y responsabilidad de
decisión. Suele observarse un conjunto de rasgos psicológicos que configuran a mi entender una
época de crisis, "La Crisis de la sexta década de la vida". Sólo nombraré algunos de los más
destacados.Se ponen en evidencia, entre otros, los problemas con el poder y la herencia,
modificaciones en el dormir y una sensación subjetiva de aceleración en el paso del tiempo. Cierta
desexualización sustituída por trabajo (generalmente no remunerado). Cambio en la cualidad del
vínculo amoroso preexistente que se puede sustituir a veces por vínculos pasionales (como por
ejemplo la pasión amorosa, la pasión política, la pasión creadora, la pasión por el juego, la pasión
intelectual, la pasión deportiva, la pasión mística entre otros). Es frecuente el vínculo pasional con
los hijos o con los nietos, expresión de que si bien hay cierto desapego de la pulsión, quedan restos
que denuncian remanentes de amarre a la misma. Coincide con los momentos de emigración de los
hijos y la incorporación de nuevos miem-bros, (yernos y nueras), con quienes se suelen dar
vínculos desbordantes. Y por fin, la idea de la muerte, que comienza a avizorarse como espacio
mental posible.
CITAS FREUDIANAS VINCULADAS AL CLIMATERIO MASCULINO
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Las citas corresponden a Obras completas, Buenos Aires: Amorrortu editores (AE),
24vols.,l991,con el número de página y del volumen de la S.E.
(1895b [1894]). "Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en
calidad de "neurosis de angustia". En éste artículo, Freud refiriéndose a su paciente Schreber dice
que "[...] hay hombres que, como las mujeres, muestran un climaterio, y en la época de su
potencia declinante y su libido creciente producen una neurosis de angustia [...], y luego agrega;
"[...] La angustia en la senescencia (el climaterio de los varones) [...] sobreviene como durante el
climaterio de las mujeres, un acrecentamiento [...] de la excitación somática [...]. Los casos de [...]
climaterio, se tramitan en la mujer exactamente igual que en el varón [...]." (my italics). (S.E. 3.
p.101-2-110).
(1911c [1910]). "Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia ("Dementia
paranoides") descrito autobiográficamente" Freud dice que "[...] No omitamos, empero, llamar la
atención sobre un factor somático que muy bien podría entrar en cuenta. El doctor Schreber tenía
51 años de edad en el momento en que contrajo la enfermedad; se encontraba en la época crítica
para la vida sexual, aquella en que la función sexual de la mujer [...] experimenta un vasta
involución, pero de cuya gravitación tampoco parece a salvo el hombre; también para éste hay un
"climaterio" con las predisposiciones patológicas que de él se siguen [...]". (my italics). (S.E. 12.
p.46). En carta del 13 de Septiembre de 1926 a Marie Bonaparte, Freud le dice que se enteró de
que Schreber tenía cincuenta y tres años cuando hizo eclosión su enfermedad, "como si dijéramos
en la menopausia varonil". (my italics). (E. Jones. 1962. T. lll. p.465).
MATERIAL CLÍNICO. SIGMUND FREUD Y SU CLIMATERIO
Para sostener éste aspecto, me remitiré a algunos pasajes de su vida y su obra, en donde se
vislumbran los problemas con el poder, la herencia, las modificaciones en el dormir, y la idea de la
muerte en la sexta década de la vida.
a.
En "El creador literario y el fantaseo", Freud, (1908e), señala que la mayoría de los seres
humanos crean fantasías en ciertas épocas de su vida, son deseos ambiciosos, que sirven a la
exaltación de la personalidad. Freud contaba en ese momento con 51 años, momento de la vida en
que el poder comienza a declinar en el medio familiar, y pueden quedar como reducto para
sostenerse, otros recursos como por ejemplo el recurso económico, político o científico. El
ejercicio del poder, destaca la importancia de otras pulsiones, no ligadas a la erogeneidad genital,
por ejemplo la ambición, ligada a la erogeneidad uretral.
b.
Max Schur, (1972), T. l, p. 370, dice que Freud en 1907 preocupado por quien sería su
sucesor intelectual reflexionaba acerca de su discípulo Jung, "[...] Cuidado con este brillante joven;
lo has elegido como tu sucesor, pero ya anda detrás de tu corona como Enrique lV [...]".
c.
En 1911, en la carta del 14 de Marzo a Binswanger, se lo adivina preocupado por la
herencia y le dice a éste, "[...] Cuando el imperio que he fundado quede huérfano, ningún otro sino
Jung debe heredarlo todo [...],". (Schur, op. cit. T.I, p.379).
En la carta del 16 de Diciembre de 1912, Schur, (op.cit. T. I, p. 394) recuerda un comentario de
Freud, "[...] todos ellos (Stekel y Jung en especial) apenas pueden esperar [...]". Es decir, a que
Freud estuviera muerto.
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Con "Grande es Diana Efesia", (1911f), denota el interés por la continuidad de la historia y
el tema de la inmortalidad. (Su trabajo remite al nombre de un poema de Goethe. Proviene de un
capítulo sobre Efeso, de Villes mortes d' Asie mineuse, de F. Sartiaux, (Paris, 1911).
Cuando Freud escribe Totem y Tabú, (1912-13), tenía 56 años, y se sentía como el padre de
la horda primitiva cuando observaba a sus discípulos. Por un lado la necesidad de un sucesor
confiable a quien legar. Por otro, las raíces instintivas de la rebeldía y el conflicto edípico,
sustentaban la ambivalencia
Schur (op.cit.), opina que en yiddisch, idioma que Freud conocía, moira, (mejor dicho
"moire"), significa temor y no destino. Se insinúa el miedo, "moire", a la muerte.
f. Cuando Freud desarrolló el tema de "El motivo de la elección del cofrecillo", (1913f), trabajo
donde despliega la temática de el Rey Lear, tenía entonces 57 años. Le preocupaba el tema del
poder y la herencia. Al respecto, sugiere el Dr. Horacio Etchegoyen que éste trabajo era
contemporáneo a las decisiones de Freud acerca de la creación de la asociación psicoanalítica
internacional, pero que que tenía sus incertidumbres acerca del legado. Sus dudas estarían dichas
en las palabras de Lear. Dice Freud "[...] La creación de las Moiras es el resultado de la
intelección que advierte al ser humano que también él es parte de la naturaleza, y por eso está
sometido a la inexorable muerte [...] el hombre viejo en vano se afana por el amor de la mujer [...]
solo la [...] callada diosa de la muerte, lo acogerá en sus brazos [...]". (S.E. 12. p. 299-301).
Para transmitir el poder y la herencia. Si bien el hombre primitivo estaba incapacitado para
concebir y aceptar la muerte, señala que el hombre moderno solo está aparentemente preparado.
"[...] Todos le deben una muerte a la na-turaleza [...]", (Schur, op. cit, p.445). (Esta cita remite a la
observación hecha por el príncipe Hal a Falstaff en, Enrique lV, "Le debes una muerte a Dios",
Shakespeare, Acto V, escena l).
A Freud se le hace evidente la inevitabilidad de la muerte.
g.
En 1914, en carta a Abraham del 25 de Agosto dice "[...] ¿Qué son las espe-ranzas, qué son
los proyectos, hechos por el hombre débil y perecedero [...]", Schur, (op.cit. T. II, p.436). (my
italics). Con la cita de Braut von Messina de Shiller se le hace evidente la finitud de la vida.
h.
En su trabajo "De guerra y muerte temas de actualidad", (1915b), termina el ensayo y dice
"[...] Si vis vitam para mortem: si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte [...]",
refrendando lo que ya se viene configurando de años atrás. (my italics). (S.E, 14, p.300).
i.
En la carta del 16 de Diciembre de 1917 a Fliess, Freud que tenía 61 años y nueve meses, le
dice; "[...] de hecho no hay nada extraño en que un hombre de mi edad note la inevitable
decadencia gradual de mi persona [...] trabajo espléndidamente todo el día [...] y apenas puedo
controlar mi apetito, pero ya no gozo del sueño como solía [...]", (my italics). (Schur. op.cit.
p.469).
j.
En 1927, cuando Freud tenía 71 años, reflexiona sobre un recuerdo ya lejano, en 1904,
cuando se preparaba para ingresar a la cincuentena. Evoca que "siendo ya un hombre maduro"
visitó por primera vez la colina de la Acrópolis en Atenas, y el embeleso se le mezcló con un
sentimiento de asombro y de incredulidad ante lo que veía, como un intento de desautorizar la
realidad. Freud analiza la denegación por culpa ante el padre, y concluye: "[...] parece como si lo
escencial en el éxito fuera haber llegado más lejos que el padre [...]". Cuando en 1936, ya anciano,
en la carta abierta que le escribe a R. Rolland, (1936a), en ocasión del septuagésimo aniversario de
éste, introdujo una prevención acerca de su propia edad y le dice "[...] soy diez años mayor que
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Ud., mi producción languidece. Lo que en definitiva le ofrezco es el don de alguien empobrecido
que `ha visto antaño días mejores' [...]". Los años mejores se refiere al recuerdo en la Acrópolis
(esos restos empobrecidos de la `gloria de los Antiguos', que remiten al padre). La dicha, quedó
empañada por una `moción de piedad', y agrega en la carta "[...] Y ahora ya no le asombrará a Ud.,
que el recuerdo de la vivencia de la Acrópolis me frecuentara desde que, anciano yo mismo, me he
vuelto menesteroso de indulgencia y ya no puedo viajar [...]". Freud en la cincuentena, tiene una
"moción de piedad", expresión de su identificación con el padre, y al ver las ruinas, deniega la
realidad y la dicha. Entonces el interrogante "¿Todo esto existe efectivamente tal como lo
aprendimos en la escuela?" puede ser una pregunta proyectada al futuro que podría ser así
¿Efectivamente nos volvemos viejos, en ruinas? Esta pregunta es respondida 30 años más tarde; al
decirle a Rolland, "[...] anciano yo mismo me he vuelto menesteroso de indulgencia [...]". (my
italycs), (S.E. 22. p. 239 a 248). En 1904 no quería ver las ruinas a las que está condenado el
hombre, y la desdicha que eso produjo en su ánimo, pero ya se estaba configurando en su mente y
proyectado como construcción exterior; el espacio sobre el cual se interrogaba. El espacio de la
muerte.
4.
Consideraciones metapsicológicas acerca de algunas singularidades del climaterio
masculino.
A.
El problema del poder.
El estudio del poder requiere de algunas consideraciones previas acerca del trabajo.d Freud
(1912a), refiriéndose al trabajo, sostiene que ninguna otra técnica de conducción de la vida liga al
individuo finalmente a la realidad como la insistencia en el trabajo. La posibilidad de desplazar
sobre éste componentes libidinosos, narcisistas y agresivos le confiere un valor indispensable para
afianzar y justificar la vida en sociedad. Brinda una satisfacción particular cuando ha sido elegido
libremente, o sea, cuando permite volver utilizables mediante las sublimaciones las inclinaciones
existentes. La voluntad de poder, es un patrimonio yoico, y la forma más decantada de la
tramitación de la pulsión de destrucción y ésta de la pulsión de muerte, Freud, (1924c). El trabajo
permi-te que las aspiraciones homosexuales, sean conducidas a nuevas aplicaciones con sectores
de las pulsiones yoicas para constituir las pulsiones sociales, y gestan así la contribución del
erotismo a la amistad, la camaradería, el sentido comunitario y el amor universal por la humanidad,
Freud, (1930a). El trabajo, como forma de ligadura de la pulsión homosexual evita que la violencia
fraterna culmine en asesinato o en práctica homosexual. Pero, ¿qué sucede cuando el contexto
social va impidiendo la tramitación de la violencia mediante la inserción laboral? ¿qué sucede,
cuando la transformación en la voluntad de poder se pierde, y deja de ocupar un lugar que tenía
una investidura narcisista muy alta? La respuesta requiere reflexionar acerca del doble valor que
puede reconocer el trabajo.
a)
El trabajo ligado a una forma genuina de tramitación pulsional.
Aunque claudique la inserción laboral, el trabajo continúa toda la vida con alternativas de salida
creativas. Puede perderse la posición relacionada con el poder sobre otro, con todo lo que éste
plano implica como forma de tramitación de la propia hostilidad, pero conservando el poder
interior. Este poder interior es un derivado del trabajo psíquico y de una armonía pulsional. Provee
un estado de bienestar. El ejercicio del poder "sano", tiene que ver con el ejercicio del poder sobre
uno mismo, ligado a la fusión pulsional, opuesto al estancamiento, que es repetición y muerte. Y
sobre todo vinculado al placer de rescatar capacidades no desarrolladas, o que preexistiendo
adquieren nuevas formas. El procesamiento pulsional, puede alcanzar en ocasiones su tramitación
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genuina en los hobbies, acordes con la legalidad de cada quien, y aún cumpliendo con valores
éticos. Otro aspecto vinculado al poder sobre uno mismo, se relaciona con el retorno a una lógica
más elemental. De una posición arrogante, ilusoria, que supone el cuerpo como una unidad cerrada
sobre sí mismo y autoabastecida, puede sustituirse por otra más primitiva en que cada cuerpo,
vinculado a otro, forma parte de una totalidad. Freud, (1920g), supone el cuerpo constituido por
células que para sobrevivir y reproducirse, requieren unirse con otras diferentes. En los vínculos
entre las personas, tiene vigencia la necesidad de neutralización recíproca de los excesos, la
protección mutua, el cuidado contra los intrusos. Todo ello, asegura la cohesión libidinal, pero
requiere del poder sobre uno mismo. Implica renunciar al narcisismo omnipotente, reconociendo
necesidades y limitaciones; las propias y las ajenas. Se instalan nuevos vínculos de trabajo y
nuevas relaciones intergeneracionales y de trabajo. Es el profesional que se retira dando lugar a los
jóvenes y les aporta su experiencia (el espacio de los consultores), o el espacio intrapsíquico para
dar cabida a los nietos, complementándo-se las necesidades de la lógica infantil con la lógica a la
que retorna el presenescente. Se le preguntó a Sófocles si la edad le permitía aún disfrutar de los
placeres del amor, y Sófocles respondió, "[...] has de saber que todos los días hallo nuevos
encantos en la conversación a medida que los placeres del cuerpo disminuyen y me abandonan
[...]". (diálogos entre Céfalo y Sócrates. Platón, República l) citado por M. Strejilevich. 1970.
p.223). He aquí la excelencia de una compensación, la excelencia de la comunicación humana.
b)
El trabajo ligado a un sentimiento de injusticia y vinculado al ejercicio de un poder
despòtico. Mientras la inserción laboral se mantiene, la ligadura psíquica se expresa bajo la forma
de protesta permanente, anhelando un paraíso no laborable. Se trabaja por coerción, como
obligación de conectarse con el mundo. Coartado el trabajo, la voluntad de poder deviene en un
camino inverso. Puede conservarse en la pul-sión de apoderamiento o hacer una degradación
mayor hacia el proceso orgánico. La violencia no descargada vuelve sobre sí. Cuando el trabajo no
puede usarse como poder sobre otro, porque es coartado por el medio o por el odio al trabajo; la
imposibilidad de ligar la pulsión deviene en degradación y retorno al sadomasoquismo
intrasomático, y determinante capital en el envejecimiento. Freud, (1924c), dice que "[...] Si se me
consiente alguna imprecisión, puede decirse que la pulsión de muerte actuante en el interior del
organismo -el sadismo primordial- es idéntica al masoquismo [...]". (S.E.19. p.164). Cuando el
sadomasoquismo es intracorporal, surgen los diferentes caminos del enfermar, originados en la
menor ligadura posible de la pulsión de muerte. Esta ligadura implica un desprendimiento cada vez
mayor del cuerpo, para dirigirse a productos cada vez más sublimados y transformarse en la
voluntad de poder, como expresión más benévola. Cuando falta la ligadura, estamos en la antesala
del desencadenamiento psicosomático. Una depresión convencional pre-existente, puede adquirir
un carácter orgánico, porque ligada a la claudicación de una fuente pulsional, conduce a la ruptura
de un equilibrio químico. La mayor o menor capacidad para el procesamiento de la pulsión, se
vincula con los distintos elementos que participan en el envejecer personal (filogenia, familia,
herencia y factores individuales). Dentro de los factores individuales interesa la forma de tramitar
los traumas. Freud, (1892), en su artículo "Extractos de las notas de Freud a su traducción de
Charcot", dice que en los padecimientos de la glándula tiroides los traumas psíquicos desempeñan
un gran papel en el desarrollo de la afección. En las "Conferencias...", (1916-17 [1915-17]),
refiriéndose a la enfermedad de Basedow, dice que la intoxicación por la influencia crónica de
materias extrañas, puede constituirse en factor traumático por acumulación, y continuarse con un
retorno al masoquismo elemental. En resumen: el procesamiento pulsional, es el que dará o no, la
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posibilidad de apertura para seguir teniendo proyectos; para insertarse en ellos, en un ámbito
laboral convencional, cuando los espacios habituales claudican.
B.
Modificaciones del dormir.
Freud sostiene el carácter pulsional del dormir,(1900a,1920g,1940a). -El dormir no se liga
a reponer energías, sino a crear las condiciones necesarias para la desintoxicación. ¿Qué significa
ésto?
Durante la actividad diurna, se van generando desajustes con acumulación de toxinas. Son
momentos microtóxicos acompañados de sentimiento de inermidad y violencia del yo. Este padece
porque las toxinas no pueden ni descargarse ni ser procesadas. La realidad exterior siempre
cambiante, es causa del progresivo desajuste de los relojes internos durante el día. Trastornos del
dormir aparecen normalmente con el surgimiento de la pulsión genital. Freud, (1905d), se refiere a
que hay una "intoxicación normal", alrededor de los ocho años y que luego con la complejización
del psiquismo, se va tra-mitando. Pero hasta entonces hay algo del orden de la acumulación. Son
procesos universales que pueden tramitarse pero siempre hay un resto que jamás lo fué.
El reloj biológico o reloj interno. Es un concepto metafórico, descriptivo y e-vocador de
aquello que tiene que ver con la sincronización de ritmos intra-corporales, encontrando la
homeorrhesis, y neutralizando el stress. Waddington. C.H., (1957).
Podemos definir el dormir como: un estado producido por el surgimiento al na-cer, de una
pulsión de dormir. De carácter filogenético, cotidiano y alternante. Semejante al regreso a la vida
intrauterina, busca desmintiendo la realidad, la ausencia de estímulos. Se desarolla en tales
circunstancias, una retracción de la erogeneidad hacia los órganos, periódica necesaria y no
contingente. La re-gresión del yo con el ello se produce por disminución de la inhibición yoica de
las pulsiones. Entonces el dormir, es el proceso eficaz que permite crear las condiciones necesarias
para restablecer el mecanismo de alteración interna, anterior a la acción específica. Tiene por
objetivo, restablecer los ritmos intracorporales, al neutralizar las toxinas producidas por las
relaciones intercelulares que afectan al equilibrio del sistema inmunitario. Hay una concentración
en las legalidades del único mundo disponible. No hay un equilibrio dado por una legalidad propia
que responda al desequilibrio del etímulo mundano, sino que necesita retraerse para recuperarlo.
Alteraciones climatéricas del dormir.
La fisiología, la clínica y gerontología, más las descripciones subjetivas de pacientes,
señalan una lenta disminución de la cantidad de horas de dormir a medida que avanza la edad.
Puede mantenerse la duración a expensas de la profundidad. Intentaré justificar estos síntomas
desde la teoría psicoanalítica. Metapsicología. En el climaterio, hay una cierta fractura en el poder
de la pulsión genital de subsumir a las demás. La pulsión parcial, va cobrando autonomía y
eficacia. Al no ser suficientemente procesada se convierte en intrusiva e intoxicante. Puede
expresarse como un fragmento psicótico, por ejemplo un fragmento anal primario, como en la
psicosis de Schreber. Las pulsiones parciales, debilmente sintetizadas, quedan prestas a recobrar
autonomía por razones económicas. La pulsión parcial autónoma, adquiere carácter tóxico y puede
aparecer proyectada en la exterioridad, volviendo como objeto amenazante. Ante éste el yo se
encuentra inerme y para defenderse debe permanecer despierto, con violencia muda e impotente.
Puede devenir en vínculo pasional (con hijos, yernos, nueras o socios), que "quitan el sueño". La
pulsión es activa para el psiquismo y este es pasivo. Emerge del desvalimiento gracias a una
actividad respecto del mundo, mediante una actividad perceptiva en la que participa un segmento
motriz, (1950a [1887-1902]). Así estamos en presencia del insomnio. Freud, (1937c) dice que en la
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mujer cerca de la menopausia, y en el hombre desde mi punto de vista también, el domeñamiento
de las pulsiones fracasa, y se llega a refuerzos pulsionales en virtud de "[...] influjos colaterales
recíprocos de las pulsiones, y que es incontrastable el poder del factor cuantitativo en la causación
de la enfermedad [...]". (S.E. 23, p.228).
Debo destacar, una natural, normal y sana disminución del dormir ligada a una menor
necesidad de reajustar los "relojes biológicos" porque hay mejores transacciones en la triple
servidumbre del yo, (Superyo, Ello y realidad).
Esto último se desprende de lo dicho en "Más allá...",(op.cit.), donde recuerda que en
épocas de mayor madurez, el imperio del principo del placer está mucho más asegurado.
Asimismo, el dormir puede ligarse a la muerte. Freud, (1928b), decía que Dostojevsky
solía dejar notitas diciendo que temía dormirse de noche y caer en un estado de muerte aparente.
También se refiere al tema en la carta 58, a Fliess del 8 de Febrero de 1897. Al penetrar en los
niveles profundos del dormir, se pierde el sentimiento de individualidad y con ello el yo tiene
sensación de peligro, el que es experimentado como anticipación de la muerte. "[...] Sin embargo
Eros, permite el estado de reposo, transformando el impulso de reposo en deseo placentero de
dormir, y ofrece como premio, el retorno al vientre materno, [...]". L. G. Alvarez de Toledo, (1951,
p.153). Con el insomnio queda interferido el proceso normal de desintoxicación que produce el
dormir. La intoxicación devenida, crea tensión vital pero a través de un síntoma, sustituyendo la
vitalidad de los procesos pulsionales por estímulos dolorosos tensionantes que vienen del mundo.
Tensión que es una manera de defenderse del principio de inercia.
C.
La modificación subjetiva del pasaje del tiempo.
Expresiones tales como ¡que rápido que pasó el tiempo!, ¡va quedando cada vez menos!, ¡como
creciste!, ¡soy el próximo en la fila!, son comunes en la cincuentena. En la presenesencia, la
perspectiva del tiempo comienza a ser tomada más en función de lo que falta por vivir, que el que
ha transcurrido desde el nacimiento. Surge la conciencia de la finitud, marcada por el crecimiento
de los hijos y la muerte de los padres.
¿Porque la sensación subjetiva de que el tiempo de vida pasa más rápido? y contrariamente
el tiempo cotidiano parece lento con sentimientos de aceleración e impaciencia. En este apartado
intentaré dar respuesta metapsicológica a estos interrogantes.
Generalidades acerca de la constitución intrapsíquica del tiempo.
El tema de la temporalidad tuvo múltiples alusiones en Freud. La relación entre filo y
ontogenia, la teoría de la fijación pulsional, la regresión pulsional y del yo, la vinculación entre
repetición y recuerdo, la temporalidad inferida en la construcción, las fases de la evolución
libidinal, la estratificación sucesiva de las huellas mnémicas, la articulación en la fantasía entre
pasado, presente y futuro, Maldavsky, (1991c).
Algunas citas Freudianas referidas al tiempo: 1) Carta del 6 de Diciembre de 1896 a Fliess;
donde le habla de la estratificación de los rastros mnémicos, que experimentan un reordenamiento
como una forma de transcripción. 2) La articulación de la huellas mnémicas por simultaneidad
(pasividad y actividad), analogía y causalidad, (1900a). El criterio de simultaneidad implica, no
solo un enlace de huellas mnémicas, sino una forma de tramitar la necesidad urgente de descarga
pulsional. 3) La cualidad de lo transitorio, que tiene su valor en el agotamiento para siempre de la
belleza del humano rostro en el tiempo. (1916a). 6). 4) En "El Yo y el ello", (1923b), asumía que
Eros, por oposición a la pulsión de muerte tiene por fin complicar la vida. 5) En "Nota sobre la
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pizarra mágica", (1925a), supone que el funcionamiento discontinuo de la percepción constituye la
base de la idea del tiempo.
La discontinuidad es fundamental en la producción anímica del tiempo, y deviene del
movimiento pulsional de investidura periódica y la desinvestidura posterior. Con la investidura
surge la conciencia, Freud, (1895) y la conciencia desaparece, cuando la investidura se interrumpe.
Dinámicamente, entonces, el flujo, y reflujo libidinal, que genera la discontinuidad, necesita de dos
lugares diferentes como requisito. A su vez este movimiento, es resultado de la tensión devenida
de la relaciones intercelulares. En fin que la complejización estructural preserva a la célula de la
muerte tóxica (1920g) en sus propias de-yecciones, y conlleva la complejidad, que deriva en
tensión, que deriva en flujo, que deriva en ciclo, que marca el tiempo. Es comandado por Eros en
oposi-ción a la monotonía que manda Tanatos. Cuando aumenta la cantidad del flujo, el ritmo se
acelera y con ello dejan de marcarse las diferencias de tiempo, hay es-tancamiento, intoxicación,
falta de ligadura psíquica y descarga.
La sexualidad aspira a la reunión de lo diferente y con ello se desprende de lo tóxico. Por
su lado las zonas erógenas, implican una proyección de las tensiones endosomáticas en la periferia,
y a través de ellas se eliminan y reciben incita-ciones del mundo. Cada zona erógena aporta
incitaciones diversas, singulares a cada erotismo, es fuente de exitación y puerta de salida hacia la
percepción. Como tal tiene su amplitud, su frecuencia, con ritmos y discontinuidadse en la
conciencia. La fijación a una zona erógena, conlleva el estancamiento libidinal y la clausura hacia
la exterioridad y los nuevos proyectos. Así una nueva fuente constitutiva de la temporalidad y la
discontinuidad desde las zonas erógenas se ocluye, se fija y condiciona a la repetición. Así se
articula repetición con zona erógena.
En la conciencia hay un doble registro, el pulsional como afecto; y el registro mundano
como impresión sensorial. En la constitución intrapsíquica del tiempo, es importante no sólo la
captación de las diferencias que proponen los tres espacios, sino la velocidad. La velocidad y sus
diferencias genera el pasaje de la lógica de la simultaneidad, a la analogía donde impera la palabra,
y con lo cual cada erogeneidad tiene su especificidad. La velocidad incluye el concepto de
duración que es producida por la complejización de distintas velocidades (afectivas y sensoriales),
y la velocidad sensorial se significa desde la afec-tiva.La duración mundana, es la proyección del
tramo temporal de un ciclo pulsional. Estas reflexiones servirán para desarrollar los planteos
iniciales.
Hipótesis acerca de la modificación subjetiva del tiempo en la sexta década de la vida.
Sustentación en algunos textos Freudianos. En "El Yo y el ello", (1923b), dice que pulsión
de destrucción es sincronizada según detreminadas reglas, a los fines de la descarga, al servicio de
Eros y que la exigencia del mismo detiene la caída del nivel.
En "Tres ensayos...",(1905d), se refiere al tironeo rítmico del lóbulo de la oreja, o el mamar
rítmico; y que para la producción de una sensación placentera importa la cualidad del estímulo,
particularidad en la que está contenido el factorsexual.
En "Más allá...",(1920g), recuerda que la serie placer displacer apunta al cambio de
magnitudes de investidura dentro de la mitad de tiempo.
En "El problema económico del masoquismo", (1924c), sostiene que el placer y displacer
no pueden ser referidos al aumento o disminución de una cantidad, y propone la posibilidad de que
quizá sea el ritmo, el ciclo temporal de las alteraciones.
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En la sexta década de la vida podemos pensar entonces que las modificaciones subjetivas
del tiempo pueden deberse entre otras a las siguientes causas:
a)
La caída de la energía de reservas, es autopercibida y proyectada en el tiem-po vital, y en
consecuencia hay "menos tiempo por delante para vivir". Proyecta-da en el tiempo cotidiano surge
el sentimiento de la falta de tiempo diario.
b)
La disminución de Eros, conlleva la menor capacidad de ligar la pulsión, Tanatos cobra
preeminencia con aceleración de la descarga inmediata. La urgencia de descarga proyectada en el
tiempo genera la sensación de que "el tiempo pasa más rápido", y en el tiempo diario surge la
sensación de que "se me voló el día" c) La caída de la pulsión genital, se liga a la caída del placer
que se articula con los ritmos, Freud, (1905d). La aceleración de los ritmos, produce el acortamiento de los ciclos, y la disminución del espacio temporal entre éstos, proyectado en el tiempo
potencia el sentimiento de que el "tiempo pasa más rápido". La aceleración se vincula con la
menor posibilidad de sostener una erogeneidad sin descarga.
d)
La autopercepción de la aceleración, crea la sensación relativa de que las cosas pasan más
lentamente en relación al tiempo propio, con sentimientos de impaciencia.
e)
Con la caída de Eros, y la menor capacidad de ligar la pulsión, ésta se acu-mula y hay
intoxicación la cual estimula la descarga, que potencia la ya produ-cida por la pérdida del ritmo.
f)
Las pulsiones sexuales son las que menos urgencia tienen para descargarse, ésta falta de
urgencia es la mejor resistencia a la pulsión de muerte. La pulsión de autoconservación, tiene
urgencia de descarga y esto determina la menor resistencia a la pulsión de de muerte, Cukier,
(1993a).
D.Elproblema de la pasión. Generalidades.
Desde el punto de vista descriptivo, la pasión se caracteriza por la intensidad afectiva,
(habitualmente un sentir masoquista) una fuerte dependencia de otro (un objeto, una actividad, una
circunstancia o un resultado), acompañado de gran actividad. Teóricamente la constelación
pasional está constituída por un deseo, acompañado de afectos del tipo de los celos, terror,
humillación de los cuales el yo intenta sustraerse mediante una conjunción de actos. La trama
sobre la que se sustenta el entretejido de la pasión se constituye por: las erogeneidades en juego,
las defensas predominantes, la hipertrofia del afecto y la tramitación de éste en una intensa
actividad. El afecto, constituye la parte del sostén identificatorio, como cuando alguien afirma de
sí, "soy un apasionado de", Maldavsky, (1991a.b,1992).
En "Dostojevski y el parricidio", (1928b), Freud dice que "[...] de acuerdo con la relación
de fuerzas entre las exigencias pulsionales y las inhibiciones que las contrarrestan (más las vías de
sublimación disponibles) habría que clasificar a Dostojevski como uno de esos caracteres llamados
"apasionados" [...]". (S.E. 21. p.179). La pasión se acompaña regularmente de una desmentida del
juicio que tiende a disminuir el prestigio y valor del objeto de la pasión, previamente investido
como ideal. Sucede algo semejante al enamoramiento, tiene eficacia en lo anímico, promueve
perversiones y cancela represiones. Brevemente se pueden caracterizar las múltiples formas de
pasión tomando en cuenta:
a.
La consumación o no de la meta sexual de modo directo.
Se puede singularizar por el esfuerzo de consumación o por el contario la renuncia. La pasión
puede liberarse en relación con el objeto, pero no necesa-riamente en contacto con su cuerpo.
b.
El tipo de pulsión parcial que se tramita. Por nombrar solo algunos ejemplos voy a
nombrar: la fijación pre-oral intrasomática, que deviene en la pasión numérica especuladora
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remanente de caracter regresivo ante la imposibilidad de sostener vínculos humanos. La fijación
oral primaria deviene en la pasión cognitiva por develar incógnitas abstractas. La fijación oral
secundaria se expresa como la pasión amorosa de consustanciación con el objeto. En la anal
primaria se manifiesta como la pasión justiciera vindicatoria. En éstas pasiones, la debilidad de la
ensabladura psíquica, es facilmente arruinada, porque no se tolera el displacer como forma de ser.
Naturalmente, en la clínica las formas son mixtas, cambiantes y de articulación variable.
c.
La magnitud del sentir. Puede ser: mesurada (con un vínculo de ternura inten-so), media
(pasional, con desborde), intenso (con abolición de la mesura, de los matices y con signos de
intoxicación).
d.Desdeel punto de vista vincular, el apasionado promueve que los otros se distribuyan en torno
de la desmentida y el esfuerzo por sostener la idealización del objeto, rechazando aquello que
pueda denunciar alguna diferencia entre el objeto de la pasión y el ideal. Esta promoción de
ciertas posiciones para el otro, corresponde al criterio de Freud de "Psicología de las masas...",
1921c, (modelo, objeto, auxiliar, enemigo), con una regresión del yo y el privilegio de la
afectividad sobre el pensar.
e.
Según el tipo libidinal previo. Puede ser: erótico, compulsivo y narcisista, Freud, (1931a).
La sobreinvestidura de uno de los fragmentos, implica coordinar las tres servidumbres del yo con
el predominio de una de ellas. Al claudicar la defensa, se reordenan las relaciones entre
servidumbres, y el resultado depende de una nueva redistribución global o de acentuar un
fragmento.
Singularidades de la pasión en el climaterio masculino.
En el climaterio la caída de la energía pulsional se disfraza como pasión. La captación de
una menor vitalidad, intenta ser restituída con una revitalización espúrea. Hay una proyección
ilusoria, con la creencia de que la energía de reserva la tiene otro y que se recibe de éste. La
hipertrofia del sentir pretende encubrir el agotamiento de Eros. Suele mostrase con una fachada
inversa, y desde ahí refutar el agotamiento o aún promoverlo, pretendiendo en apariencia
restablecer el circuito energético, cuando en verdad se está drenando, con la salvedad de las
pasiones ligadas a la sublimación (como la pasión creadora). Esta, aún teniendo un componente
intenso y hasta violento, cuenta con el acuerdo de un Superyo desexualizado, lo cual es una
diferencia con el intento de realimentación a través del vínculo inmediato con otra persona. La
pasión creadora implica mayor autonomía intrapsíquica y menor dependencia de la vitalidad
ajena, con diferentes posibilidades de procesamiento y destino.
Igualmente puede ser vitalizante el vínculo con personas más jóvenes (es el ca-so de los
educadores), aunque lo fundamental es el vínculo tierno que continúa luego que la pasión se
extingue en una relación de tenura mutua recíproca.
Dos tipos de alternativas posibles brinda la pasión: En un contexto sublimatorio y
pasión sin sublimación.
El primero, es un camino que la desvitalización elige para revitalizarse en un vínculo
tierno con el otro. Cuando hay interlocutores interiores, el vínculo pa-sional se da en torno a un
producto que se va plasmando. En cambio en el vínculo pasional inmediato, hay deseo de
"pigmalionizar" al otro, como complemento de uno, lo cual es imposible en la realidad. Pueden
darse coincidencias más o menos felices, o bien por sumisión de alguno de los miembros. En la
sublimación, no hay forzamiento del otro, se puede ir promoviendo y modelando el objeto sobre el
cual se opera, si es que éste se dispone para ello. Esta sublimación no implica siempre producción
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intelectual, artística o laboral. Pueden ser otras diferentes y menores como por ejemplo los
hobbies, de aparición muy común la sexta década de la vida. En los vínculos interindividuales
familiares, es observable las pasiones con los hijos, los nietos, las nueras, o los yernos (a veces
disfrazados de peleas).
¿Qué sucede cuando la pasión sin sublimación claudica?
¿Cuando el Superyo no reconoce al yo a pesar de la sumisión de éste y le exige mayor
goce?, ¿Cuando ya no es posible tramitar una voluptuosidad desenfrenada? Puede tener diversas
derivaciones (según el punto de fijación). A manera de ejemplo puedo señalar que en la fijación
pre-oral intrasomática, puede devenir en una manifestación psicosomática o en accidente. Sería el
caso bastante frecuente del señor que en la cincuentena busca energizarse en el vínculo con una
joven y cuando la pasión cede, surge la patología psicosomática.
Si la fijación es oral primaria, puede desembocar en adicciones o en las pasiones místicas
(de religiones exóticas) que al fracasar derivan en el alcoholismo o en la drogadicción. Surge el
proceso tóxico cuando claudica la posibilidad de ligar la pulsión con algo en el mundo.
El afecto hiperintenso no alcanza para satisfacer; en lugar de cancelar la urgencia pulsional,
promueve una mayor exigencia de trabajo y mayor tensión.
Mientras la pasión subsiste, hay un matiz afectivo y conciente, cuando se intensifica surge
la intoxicación sin cualidad, hasta el estallido catártico. Este puede intercalarse con la pasión, y así
alternarse pasión, intoxicación y descarga. En la intoxicación, se interfiere la capacidad de
producir por proyección, un espacio sensorial sobre el cual podría recaer la investidura pulsional.
Al no constituirse el universo sensorial, surge un conglomerado sin proyectos alternativos. Un
estado de embotamiento en que ya ni el objeto de la pasión es suficiente para satisfacer y ligar las
exigencias libidinales. Entonces la desestimación sustituye a la desmentida. Surgen los celos
delirantes, los amores tempestuosos como esfuerzo para sustraerse del riesgo de intoxicación
libidinal. Puede seguirse de una manifestación orgánica, con un vínculo esclavizante con otra
persona, aparentemente violenta y posesiva. Esta persona es alimentada por proyección del sujeto
apasionado.
Lo que en verdad sucede es que la pulsión proyectada, queda representada por un objeto.
Este retorna como alguien del mundo que impone la sumisión del apasionado. Se dan entonces
vínculos interindividuales con pasión y estados tóxicos que se alternan.
Cuando queda estancamiento con restos de la pulsión no ligada ni descargada, el Yo,
pasivo ante la pulsión, padece afectos automáticos y no desarrolla matices. No hay proyección, ni
objeto ni circunstancia que resulten investidas. En éste caso un fragmento del propio cuerpo
siempre presente, se presta para la afección somática.
E.
Creatividad y rasgos de carácter.
En la tercera posibilidad de organización que describe Freud, (1940a), agrega que las
investiduras libidinales "[...] experimentan una aplicación diversa dentro del yo, forman rasgos de
caracter, padecen sublimaciones con despla-zamiento de meta [...]". (my italics). (S.E, 23. p.155).
Así nos encontramos en el capítulo vinculado con la aparición de los hobbies, o de otros intereses
que fueron desarrollados anteriormente durante la vida, y que van cobrando valor diferente según
el punto de fijación de que se trate. La sublimación debe discriminarse de la creatividad. Esta no
presupone la sublimación pero la sublimación presupone creatividad. A esta Freud la llama actos
puramente internos porque implican procesos de autoconstrucción, diferentes del percibir y el
vivenciar. Pueden posteriormente quedar incorporados al superyo con caracter de amparo y como
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intensificador para ligar las exigencias pulsionales. Amparo que como dice Platón, citando a
Píndaro es una "dulce esperanza que le sirve de nodriza en la vejez". (El Estado o La República.
Libro l. Citado por M. Streji-levich. 1970. p.223). Amparo que permite la adquisición del humor
como transfor-mación del narcisismo, reconociendo y aceptando su finitud. El humor se alcanza
cuando el acento psíquico del yo, es transferido al superyo, Freud, (1927d). La sublimación puede
dejar al yo, expuesto a la pulsión de muerte sin ligar; la creatividad no tiene ese riesgo, da por
resultado productos que denotan un buen enlace con el ambiente y una elaboración de las tres
servidumbres del yo, con complejización creciente del psiquismo y generando neoformaciones.
En cuanto a los rasgos de carácter, solo diré que los conflictos con la propia erogeneidad y
con un superyó sádico pueden culminar en una creciente caractero-patización. Decía Freud, que se
suele atribuir a los seres deformes o contrahechos, un sentimiento de envidia por la diferencia
irreversible con los demás. La captación de una diferencia insoportable, que comienza a insinuarse
en éste período, imposible de neutralizar por la desmentida, puede devenir en rasgos conflictivos
de caracter e identificación con objetos decepcionantes. "A esta altura de mi vida, soy así y que me
aguanten", expresiónhabitualque pretende evitar el desarrollo del sentimiento de envidia nivelando
por lo bajo. El rasgo de carácter patológico se vuelve hegemónico y para sostenerse se puede
apelar a algún tipo de poder económico, político o cognitivo que permite impo-ner el criterio. Se
instala la lucha por el poder y la herencia con los más jóvenes. "Con respecto a esas quejas de los
viejos y de sus pesares domésticos, no es la vejez [...] sino en el carácter de los viejos en donde hay
que buscar la causa. Con costumbres apacibles y tranquilas encuentra uno soportable la vejez. Con
un caracter opuesto, la vejez y la juventud son igualmente dificiles."(citadopor M. Strejilevich. op.
cit).
F.
Sentimiento de sí y de inferioridad.
Freud, (1917e), dice que "[...] la melancolía se singulariza [...] por [...] una rebaja en el
sentimiento de si [...] desagrado moral con el propio yo por encima de otras tachas; quebranto
físico, fealdad, debilidad, inferioridad social (son) apreciación que el enfermo hace de sí mismo
[...]". (S.E, 4. p.247).
El sentimiento de inferioridad es la inversa del sentimiento de si; como respuesta a la
inermidad yoica que produce la herida narcisista. Deviene de la captación de la pérdida de recursos
internos y el fracaso de las conductas sobrecompensatorias para desmentir la caida (como por
ejemplo la sobrecarga laboral, deportiva, status, recompensas, honores). Estas son un intento de
restituir imaginariamente, una imagen de si identificada con el ideal para salvaguardar la
autoestima. El ideal del yo, promueve en el yo sentimientos displacenteros (de inferioridad), en
cuanto que está ubicado como negativo del yo ideal. No hay posiblidades intermedias. Para ello es
necesario un funciona-miento esquizoide (lógica de las posiciones y la parte por el todo). La
misma crea un estado de tensión narcisista, que opera como señal ante el peligro de colapso. La
búsqueda de recursos externos al sujeto, para sostener una imagen inferior dominante, sustituye lo
que debe generarse internamente. En conse-cuencia la posición es de un equilibrio precario y de
dependencia extrema. Este es el momento en que, ambición mediante y para neutralizar el
sentimiento de inermidad, pueden cambiarse las metas por otras con las alternativas siguientes: l)
abandono de una meta genuina previa por una genuina actual; 2) abandono de una meta genuina
previa por una no genuina actual; 3) abandono de una meta no genuina previa por una no genuina
actual; 4) abandono de una meta no genuina previa por una genuina; 5) formas mixtas.
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Pueden despertarse también capacidades postergadas y esta posibilidad plantear la
alternativa entre lo que es y no es genuino. Al perder la pulsión genital su hegemonía, las pulsiones
parciales recobran autonomía, que al ser tramitadas devienen en ideales que motorizan las
disposiciones postergadas.
Puede ser que no haya replanteo, o que el mismo quede solo como tal. La autoes-tima se
mantiene en proporciones variadas desde el interior o desde el mundo. Pero el entusiasmo,
proviene solo de lo interno y de cuanto hay de creativo o de identificatorio en el acto de trabajar.
En el extremo patológico, surgen las a-diccionescomoestimulantes engañosos y los
tratamientospara"rejuvenecer". "[...] Cuando acaba de renunciar a todo lo perdido [...] nuestra
libido queda de nuevo libre para si, todavía somos jóvenes y capaces de vida, sustituimos los
objetos perdidos por otros nuevos [...]". Freud, (1916a), a los 60 años de edad. (S.E. 14. p.307).
Jóvenes, se refiere Freud a la actividad mental creativa. La creatividad deviene de la serenidad y la
capacidad para ver la belleza presente y futura; y que necesita ser constantemente reconquistada en
la incesante lucha por la vida.
G.
Una hipótesis psicosomática acerca de las causas agudas de muerte en los hombres en la
sexta década de la vida.
Introducción.
En éste apartado voy a desarrollar el tema siguiente; la vinculación entre las altas tasas de
muerte en la sexta década de la vida y el climaterio masculino. Según las estadísticas de "Las
Condiciones de salud en las Américas", OMS., (1990) es la edad más castigada en cuanto a muerte
por enfermedad aguda. La esperanza de vida en las mujeres se acerca a los 70 años y la de los
hombres a los 65 años. En el grupo de 45 a 54 años, la mortalidad por enfermedad isquémica del
corazón y en particular el infarto agudo de miocardio es responsable de la mayoría de las muertes
agudas. El 68 % de la sobremortalidad temprana, se concentra en los grupos de 40 a 64 años, que
suman un tercio de la población total. En ésta etapa se hace evidente la claudicación para procesar
toxinas extrañas al cuerpo, pero generadas por su propio metabolismo.",Freud, (1916-17 [191517]). Hay modificaciones psicobiológicas que en general son desmentidas debido a los prejuicios
culturales, y potenciados por el narcisismo individual. Estas modificaciones se constituyen en
terreno disposicional, para que, los factores contextuales, actúen con eficacia desencadenando las
muertes agudas en la sexta década de la vida
METAPSICOLOGÍA
Uno de los caminos a trabajar en la metapsicología del climaterio masculino, se relaciona
con las transformaciones en el ello, que es el sustrato mismo de lo que sucede en el psiquismo. El
sujeto es regido por el destino de su libido, y el envejecer afecta la aptitud para usufructuar su
traducción psíquica. La modificación pulsional está ligada a cambios en las fuentes, Freud,
(1915c), unida a cambios químicos, que junto con las tramitaciones orgánicas y de vínculo con el
medio, van dejando marca.
Heinz Kohut, (1969, T. XXVl, N2, p.398.), nos dice que; "[...] el control final del jinete
sobre su montura, quizás haya contado con la ayuda decisiva de que también el caballo ha
envejecido [...], en lo relativo a los poderes supremos de la naturaleza, todos somos `jinetes
domingueros',[...]". Se refiere a lo dicho por Freud, (1923b), donde el compara al Yo en su
relación con el Ello como al jinete que rije y refrena la fuerza de su cabalgadura superior a la suya,
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y que, al igual que el jinete, se ve obligado alguna vez a dejarse conducir a donde su cabalgadura
quiere.
Hay dos tipos de cambio en las fuentes pulsionales:
I.
Causas preparadas filogenéticamente.
I.a.Causas de la especie.
Freud, (1905d) sostiene (refiriéndose a los factores temporales) que "[...] la génesis de ésta
propiedad humana habría que buscarla en la historia primordial de la especie [...]", y agrega que
"[...] La secuencia en que son activadas las diversas mociones pulsionales [...] parece
filogenéticamente establecidas [...]. Ni siquiera podemos indicar la procedencia de esas
complicaciones temporales de los procesos de desarrollo [...]".(S.E.7. p. 241).
La pulsión genital deja de tener hegemonía. Suele sufrir una caída que no afecta la
posibilidad de crear, ésta se mantiene y aún puede ser convocada. Otras pueden tomar importancia
(por ejemplo la ambición).
I.b. Factores hereditarios.
En estos factores tiene influencia la herencia familiar (no de la especie). Por ejemplo la
disposición singular para los problemas cardiovasculares, la hipertensión arterial o la
arterioesclerosis, y algunos menores como la dentadura y la calvicie, entre otros. En cuanto a la
herencia cultural, o "razón de la humanidad", Freud, (1918b), queda el interrogante si en ésta no
participa la eficacia del instinto, es decir de una predeterminación congénita.
II.
Causas vinculadas con el contexto.
II.a. Aspectos generales. Para éstas causas voy a citar una defensa escasamente desarrollada por
Freud. Me refiero a la defensa inmunitaria. Alude a la misma en las "Conferencias.... (1916-17), y
dice que por su propiedad de influir sobre todos los sistemas de órgano y todas las funciones, las
neurosis actuales testimonian una inequívoca semejanza con los estados patógenos generados por
la influencia crónica de materias tóxicas extrañas y por el brusco retiro de ellas. Esto significa que,
con el correr de los años ("influencia crónica y brusco retiro"), se intensifica una falencia de lo que
actualmente llamamos sistema inmunitario. Defectos en éste para destruir fragmentos tóxicos
generados por el propio organismo. Refiriéndose a la enfermedad de Basedow Freud señala que en
ésta, la acción es debida a materias tóxicas, pero no a unas toxinas que se introducirían en el
cuerpo como agentes extraños, sino que son engendrados por su propio metabolismo Freud
sostiene que en la enfermedad de Basedow, a diferencia de las neurosis actuales, hay exceso de
toxinas químicas no sexuales. Posiblemente éstas, estarían ligadas a los trastornos inmunitarios y
de autoconservación.
En "Más allá del principio del placer", (1920g), sostiene que tenemos que aceptar que todo
lo viviente, muere por fundamentos internos. Los productos de
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