En este trabajado he procurado adentrarme en un temática, que a mi criterio resulta muy difícil de abordar y se refiere a la desestimación de los afectos en ciertas patologías severas y los posibles caminos de abordaje clínico. Desde una visión metapsicológica, consideraría que la problemática nodular se asienta en sus aspectos autodestructivos y su transitar en la repetición, que los conduce a una estasis de sus necesidades, provocado por su "necesidad de estar enfermo", alterando por tanto, su economía pulsional.
La dualidad de su sentir, en una combinatoria de desapego, letargo y des-esperanza, unido a sentimientos de ira y enojo indiferenciado, genera mecanismos proyectivos que no les permite concienciar su desestimación, pues creen que el peligro y el odio provienen de afuera, del Otro. Esto se liga entonces con una crucial pregunta: ¿Es posible mejorar su calidad de vida? La renegación de las interpretaciones pone vallas, por momentos insalvables, a una factible tramitación clínica. Propongo una forma de abordaje que apunte a desmontar sus defensas, gestando nexos identificatorios tendientes a configurar un vínculo empático, surgido de la constitución de un entorno seguro y confiable en el marco de la sesión, sustentado en la relevancia que a mi entender contienen los elementos fonemáticos del habla como un basamento útil para la tramitación clínica. Además postulo que al imbricarlo con la pulsión de sanar, como un instrumento aliado del proceso, sería beneficioso para neutralizar ese ?dejar-se sucumbir? que altera su calidad de vida.
Empatía y ecpatía.
José Luis Gonzalez de Rivera
Fecha Publicación: 08/11/2010