En el contexto de los procesos clínicos, podemos considerar como un logro reciente las psicoterapias sistémicas en comparación con la mayor parte de las actividades clínicas-terapéuticas. Integridad, organización y regulación son aspectos fundamentales, teniendo en cuenta que no consideramos que los miembros de la familia posean ciertas características innatas, sino que manifiestan una conducta en relación a la conducta de otros.
En este trabajo intentaremos exponer las sesiones de un caso, y con ello, los cambios que acontecen en la familia a través del tratamiento, relacionándolo con los principales conceptos del pensamiento sistémico.
Todo ello sin perder la base fundamental de este pensar sistémico: la familia es vista como un sistema autorregulador y el síntoma como un mecanismo regulador, ya que eliminando el síntoma el sistema se queda desregulado, por lo que el cambio no es una solución única a un problema único, sino un dilema a resolver.
En el caso expuesto se observan las ventajas de tomar en cuenta a la familia de la que pertenece el paciente identificado, considerándolo como un sistema relacional, o sea, no como la suma de una serie de comportamientos individuales separados, sino algo que, aun incluyendo todo eso, lo supera y lo articula en un conjunto funcional.