La mayori?a de los artistas escénicos necesita un acompan?amiento, un apoyo gracias al cual obtener las bases y la formacio?n que les falta para poder empezar una nueva vida,ya sea en el campo del arte o en otros campos.
Esta iniciativa me parece de vital importancia ya que en nuestro pai?s no existe ningu?n organismo que se ocupe de esa transicio?n importante que sufren los artistas, al tener que reintegrarse al mundo laboral alrededor de los 40 an?os en algunos casos como los bailarines y aunque en el caso de músicos y actores puede ser un poco más tarde, en la actualidad debido a los recortes y la crisis, se hace complicado obtener trabajos en edad avanzada.
Aunque todos los artistas deberi?an tener previsto su futuro ma?s alla? de los escenarios, lo cierto es que resulta muy difi?cil fijarse objetivos ajenos a la danza, el teatro o la música mientras se esta? en activo. Por eso es importante que los profesionales, al terminar su periodo como bailarines activos, actores con demanda laboral y músicos del circuito profesionalpuedan formarse y encontrar vi?as para labrarse un futuro profesional, bien dentro de las actividades que rodean el mundo del arte (regiduri?a, vestuario, escenografi?a, repeticio?n, docencia, programadores culturales, gestores, iluminadores, coreo?grafos, te?cnicos...) bien fuera del gremio.
Es crucial que seamos capaces de afrontar el momento de la retirada minimizando el impacto emocional, lo cual es mucho ma?s fa?cil si se puede visualizar ya un futuro profesional ajeno a las tablas, con el que tambie?n podamos sentirnos realizados.
Al igual que atletas y otros profesionales del deporte, la carrera del bailari?n, del actor, del músico evoluciona segu?n su edad y condicio?n fi?sica, sus capacidades de rendimiento expresivo. A partir de los 35 an?os las oportunidades de trabajo pueden empezar a disminuir y algunos bailarines se enfrentan al fin de su carrera como inte?rprete, los actores y músicos tienen más posibilidades según su éxito profesional y posibilidades de adaptación a nuevos roles interpretativos. Adema?s, las condiciones laborales esta?n cambiando en todas partes y aunque algunos ballets nacionales/compan?i?as nacionales de danza, siguen ofreciendo programas de jubilacio?n temprana, algo que soli?a ser la norma, en la actualidad los bailarines, por lo general, no gozan de dicha seguridad. La tendencia es empujarlos a trabajar como auto?nomos. Incluso en aquellos pai?ses donde dichos programas de jubilacio?n siguen estando vigentes, hay cada vez una mayor negativa a extenderlos a los nuevos artistas que ingresan en la profesio?n, quienes, a su vez, son empleados por lo general con contratos de corta duracio?n. De hecho, el estatus como trabajador del bailari?n en Europa es muy variado, razo?n por la cual encontrar un programa que se adapte a sus necesidades se transforma en un aute?ntico reto...