El tiempo y la distancia me permiten retomar la historia compartida con especial afecto. Lo esencial no sólo aflora sino que también cobra nitidez y lo superfluo va destiñendo, se lo va llevando el tiempo y la corriente de los ríos para guardar lo más profundo que nos va haciendo personas con historia y con memoria. Mientras desde este lado del mundo, en casa de campo,miro hacia la campiña, los recuerdos y la emoción me acercan increíblemente a la ciudad de Osorno, situada en la confluencia de los ríos Rahue y Damas, a 910 Kmts. sur de Santiago, la capital de mi país: Chile.