La base de datos REI (Sirvent y Martínez, 2009) consiste en un sistema de registro global de síntomas y tratamientos que correlaciona la psicopatología del paciente con la intervención psicofarmacológica y psicoterapéutica. Está adaptada para todos los ámbitos de la salud mental (clínicas, centros de salud, hospitales, etc,). Comparte la metodología de la intervención basada en la evidencia. La base de datos la cumplimentan observadores cualificados (psicólogos, ATS, médicos, etc.). También participa el propio paciente mediante una pantalla de autorregistro sintomático donde aparece una serie de síntomas cerrados y otros optativos hasta un máximo de 7 síntomas diana. Los datos así obtenidos son considerados por psiquiatras y médicos para ajustar el tratamiento farmacológico, también los psicoterapeutas sobre todo para las intervenciones más urgentes. El registro psicopatológico se subdivide en 3 niveles categoriales: trastorno, síndrome y síntoma. El primer nivel categorial, trastorno, se corresponde con la clasificación CIE-10, incorporando nosologías no recogidas en dicha clasificación. Los siguientes niveles, síndrome y síntoma, se derivan naturalmente del primer nivel, cualificándolo y concretando el proceso nosológico, siguiendo el modelo psicopatológico descriptivo de Andrew Sims e incorporando conceptos y acepciones frecuentes en la clínica pero mal recogidos en las clasificaciones internacionales (por ejemplo la toxicofilia). Para facilitar el trabajo, se ha habilitado un buscador de síntomas. La base incorpora una escala de 0 a 100 para medir la gravedad de los síntomas. El programa viene preparado para la investigación, de manera que los observadores puntúen síntomas sin conocer el tratamiento aplicado. La base de datos incluye principios activos, nombres comerciales, grupos y familias farmacológicas, así como coste económico por paciente y día según preparados que se le administran, lo cual es útil para verificar no solo la eficacia sino la eficiencia de los tratamientos.