Los trastornos de la personalidad se caracterizan por patrones de pensamiento, comportamiento y funcionamiento interpersonal inflexibles y maladaptativos que causan malestar significativo o deterioro en diversas áreas de la vida del individuo. Por otro lado, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se distingue por la presencia de obsesiones recurrentes y/o compulsiones que generan angustia significativa y afectan el funcionamiento diario de la persona que lo sufre.
Dado el elevado porcentaje de casos en que encontramos un trastorno de la personalidad en el paciente con TOC y las implicaciones este que tiene en su funcionalidad y la respuesta al tratamiento, ambas entidades deben ser evaluadas y abordadas conjuntamente.