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Un nombre para la conceptuación y la práctica de la medicina psicosomática y la psiquiatría de enlace: ?psiquiatría psicosomática?.

Fecha Publicación: 08/06/2010
Autor/autores: Maximino Lozano


Área temática: .

Un nombre para la conceptuación y la práctica de la medicina psicosomática y la
psiquiatría de enlace: "psiquiatría psicosomática".
FUENTE: PSIQUIATRIA.COM. 2002; 6(1)

Maximino Lozano
Jefe de Sección de Psiquiatría de Enlace del Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
Vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática.
Presidente del Comité Organizador del XXXVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática.
[editorial] [18/12/2001]

En el mes de abril de 2002, durante los días 11, 12 y 13 de abril se celebrará en el Hotel Eurobuilding
de Madrid el XXXVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática.

En un plenario se celebrará una mesa redonda acerca de "La Psiquiatría de Enlace en el ámbito internacional"; será
moderada por el Dr. Antonio Lobo y participarán los Dres. Kostas Lyketsos de EEUU, Allan House del Reino Unido,
Marco Rigatelli de Italia y Frits Huyse de Holanda. El Dr. Lyketsos es uno de los ponentes que, en nombre de la
"Academy of Psychosomatic Medicine" y de la "Association for Medicine and Psychiatry" de los Estados Unidos de
América, ha realizado la "Proposal for recognition of Psychiatry of the Medically Ill as a Psychiatric subspecialty".
Se tratarán múltiples aspectos de nuestra práctica en diferentes países, la propuesta de que sea reconocida como
subespecialidad de la Psiquiatría en los Estados Unidos y, por supuesto, lo que está resultando un espinoso tema,
la nominación.
La Medicina Psicosomática ha sufrido una evolución a lo largo de su historia, desde su etapa más álgida en la
mitad del siglo XX hasta la actualidad. La razón es doble, por una parte la Medicina Psicosomática centraba su
práctica en una serie de enfermedades con daño anatomopatológico evidente pero que en su etiología se suponían
componentes psicológicos fundamentales, estas enfermedades han experimentado una evolución tanto en el
conocimiento de otros componentes orgánicos etiológicos como en su eficaz abordaje terapéutico desde la propia
medicina; la otra razón es la demanda que la Psiquiatría ha recibido en los últimos años para que fueran atendidos
los trastornos mentales de los enfermos médico-quirúrgicos.
La Psiquiatría ha respondido a las demandas de los médicos con la llamada Psiquiatría de Enlace ocupando una
posición de intersección entre la Medicina y la Psiquiatría, atendiendo los problemas psicopatológicos que
presentan los pacientes médico-quirúrgicos, la problemática adaptativa a la enfermedad y las dificultades del
personal sanitario en la atención a sus pacientes. El crecimiento exponencial de la práctica médica en todas las
facetas de su intervención, desde la prevención, el diagnóstico y el tratamiento, ha universalizado el consumo
médico. Pero además las técnicas diagnósticas y terapéuticas se han sofisticado espectacularmente ampliando las
esperanzas de vida y las expectativas de curación que hace sólo unos años se hubieran considerado ficciones. Esta
constante vivencia dialéctica entre la salud y la enfermedad, las situaciones límites que se producen y los
problemas éticos que acarrean, colocan al individuo en una constante amenaza a su equilibrio psicológico. Por otra
parte estamos asistiendo, desde hace ya algunos años, a una inversión de la resistencias entre el cuerpo y el
cerebro: los avances médicos han conseguido grandes logros en la curación de las enfermedades del cuerpo
(excluido el cerebro) con el consiguiente aumento de la esperanza de vida y, por el momento, no muy buenos
resultados en el tratamiento de las enfermedades del cerebro (fundamentalmente las degenerativas), derivándose
de este hecho que los individuos se sobreviven a sí mismos pasando los últimos años de su vida (a veces muchos)
con las funciones superiores alteradas y con muchos síntomas psiquiátricos. Por tanto la potencialidad de necesitar
ayuda psiquiátrica cuando se padece una enfermedad somática se ha ampliado muchísimo; el grupo europeo
ECLW (European Consultation-Liaison Workgroup for General Hospital Psychiatric and Psychosomatics) considera,
en un cálculo conservador, que aproximadamente un 10% de todos los pacientes ingresados un día cualquiera en
un hospital general requeriría una consulta con el especialista de psicosomática o psiquiatría de enlace.
La práctica en Psiquiatría de Enlace es variada ya que se atienden problemas adaptativos, psicopatologías
coincidentes, psicopatologías con graves repercusiones somáticas, trastornos mentales orgánicos, psicopatologías
desencadenadas y somatizaciones; además dentro de sus objetivos se encuentra el estudio de la relación médicoenfermo, sus vicisitudes y su repercusión en la enfermedad y su evolución. Se ha convertido en una práctica
exigente que ha obligado a los psiquiatras de enlace una amplia preparación en psiquiatría general, medicina y
psicoterapia.

La cuestión del nombre no es baladí. De hecho ya se sabe que la "American Board of Psychiatry and Neurology"
acepta la propuesta de convertir esta práctica en subespecialidad pero no el nombre de Psychiatry of the Medically
Ill. A lo largo de los años se han sucedido diferentes nombres para nombrar esta práctica, cada uno de ellos
enfatizando algunos aspectos de su objetivo o de su orientación terapéutica ; así además de los más utilizados de
Medicina Psicosomática y Psiquiatría de Interconsulta y Enlace, se han utilizado Medicina de la Conducta, Medicina
Psicológica, Neurología Comportamental, Psiquiatría de Hospital General, Psicología de la Salud, Psicología Médica,
Psiquiatría de Asistencia Primaria y Sociología Médica.
Ante esta situación babélica y sin desmerecer los matices de las diferentes orientaciones con sus diferentes
nominaciones, se hace necesario sostener un nombre que subsuma lo más posible la realidad de la práctica del
abordaje psicopatológico y psicosocial del paciente médico-quirúrgico y de los avatares de la relación personal
sanitario-paciente.
Presumiblemente la subespecialidad en los Estados Unidos se llamará con el nombre más clásico de "Medicina
Psicosomática".
Después de muchos debates con mis colegas a lo largo de los últimos años creo que el término "Psiquiatría" es el
que mejor designa la teoría y la práctica referidas y que, por tanto, debe mantenerse en cualquier denominación
futura. Durante mucho tiempo pensé que el otro término que ampliara la calificación de la especialidad podría ser
"Enlace", que desde hace algunas décadas venía tomando consistencia. Sin embargo no acaba de generalizarse
entre los otros colegas médicos, probablemente porque es una referencia poco clínica como es costumbre a la hora
de denominar las especialidades y subespecialidades médicas; es una realidad que es un término impreciso que no
aporta el conocimiento deseado. Por otra parte ningún término como Psicosomática, a pesar de sus complejidades,
ha definido mejor la encrucijada de la mente y el cuerpo.
Creo que mantener los dos significantes históricos, Psiquiatría y Psicosomática, además de respetar la historia
tiene la ventaja de designar acertadamente el campo al que hacemos referencia, una práctica psiquiátrica en la
encrucijada de la mente y el cuerpo, una práctica psiquiátrica intersectada en la medicina.
Por ello mi propuesta actual es denominar a esta subespecialidad "Psiquiatría Psicosomática".
El XXXVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática con el título genérico de "Psiquiatría de
Enlace en el siglo XXI" tratará los temas más actuales e importantes de esta especialidad.
Para más información visite la Web del Congreso:
www.infopsiquiatria.com/congresopsiquiatriaenlace


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